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Estaba encerrada entre estas cuatro paredes, me sentí desorientada y mareada, me habían inyectado tres veces, todo era blanco y la única luz que había era de solo una ventaba que había aquí. Me senté en la cama y puse mis manos en mi cara.
—Sáquenme de aquí.
—Atenea...—levante la vista y vi a Erin.
—¿Qué haces aquí? por tu culpa estoy aquí.
—Vine ayudarte, los chicos ya saben que estas aquí, van a sacarte.
—Sam... ¿Sam lo sabe?
—Si, el esta muy preocupado por ti, perdóname Atenea, no quería que nada de esto pasara.
—Ya nada se puede corregir, estoy aquí, me van a volver loca de verdad Erin. Yo, yo quiero irme—comencé a desesperarme, camine hacía la puerta y comencé a golpearla— ¡Sáquenme de aquí! por favor—me deslice en la pared y comencé a llorar— quiero a Sam, quiero a mi hermana.
Erin me miraba con tristeza, no sabía cuanto tiempo me tendrían aquí pero esperaba que no fuera por mucho, no podría soportarlo.
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Hoy era el día de la audiencia, Timothée me había conseguido un buen abogado, tenía miedo de lo que podía pasar. Sobre Atenea aun no teníamos noticias, Vicky me dijo que ella y su madre habían discutiendo de nuevo, tenía miedo que le hicieran algo o peor no volver a verla.
—Sam ¿estas listo?—asentí.
Camine junto al abogado, entramos a una de las salas; de lado derecho estaba Oliver con su abogada, el solo me miraba serio, ¿Cómo no pude notarla? Theo se parecía tanto a el, pero también a mi, el cabello y los ojos verdes, por eso no lo había notado, Erin se consiguió a alguien parecido a mi.
Me senté en una de las sillas; el juez entro con dos personas detrás de el, estaba nervioso. En el papel que me dieron me dijeron que nadie de mi familia podía venir, era una reunión privada solo con nosotros y nuestros abogados.
