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Dylan

Esa mañana en particular me sentía enfermo, pero no de la clase en que tienes un resfriado y sientes el cuerpo débil. No, físicamente estaba bien, solo era mi mente la que se sentía diferente.

Había despertado en una enorme casa en donde solo estábamos los trabajadores, y yo. Sin ruido a mi alrededor más que el de algunos pajarillos cantando.

Atrás se habían quedado esos días cuando mamá entraba gritando a la habitación de cada uno por que se nos hacía tarde, o a papá cantando a todo pulmón en la cocina intentando arreglar el desayuno que mamá posiblemente había quemado. Claro que Nana también le ayudaba a papá porque él no era experto y cocinaba solo lo básico.

Al bajar las escaleras me detuve sonriendo con melancolía al recordar como Alanna y Abbey las bajaban corriendo mientras intentaban arreglarse el cabello, o a Darcy con un caminar lento y cansado al no querer ir.

En esa cocina que ahora se encontraba vacía, las gemelas y mamá siempre se ponían a preparar postres. En más de una ocasión llegaron a incendiar la cocina. Por suerte, mamá contaba con su príncipe azul que siempre la rescataba de los apuros. Papá ya sabía que siempre debía tener el extinguidor a la mano para salvar a sus princesas.

Quise llorar al ver todo en un completo silencio. Nana se había ido por el súper. Las gemelas ya estaban en la escuela. Mamá ni siquiera había llegado a dormir. Darcy estaba internada y papá ya no vivía con nosotros.

Estaba solo en una inmensa mansión que tiempo atrás me dio las mejores alegrías de mi vida. Me sentía completamente solo.

"Te extraño, hermano"

Borre el mensaje en cuanto lo escribí. Echaba de menos a mi mejor amigo, era el único que nunca me había dejado solo, y ahora no lo tenía cerca para apoyarme en él.

Entonces la puerta se abrió, y apareció mamá en ropa deportiva holgada, lentes de sol y seguida por la tía Val. Me levante de las escaleras rápidamente, borrando alguna que otra lágrima que había derramado.

—¿No fuiste a la escuela?—pregunto mamá extrañada, pero no dándole mucha importancia

—Me dolía mucho la cabeza—mentí a medias. Me punzaba de tantos pensamientos que tenía.

Sin embargo, lo que más me extraño y dolió, fue la indiferencia de mamá ante lo que dije. Era doctora, y antes apenas decirle que nos dolía una uña, ya estaba encima de nosotros preocupada. Ahora no, simplemente asintió, llevo una de sus manos a la cabeza y camino hasta la cocina.

—¿Ya tomaste algo?—pregunto la tía, mostrándose preocupada por mi, justo como debería de estarlo mamá.

—Si, de hecho ya me siento mejor...

—Que bueno mi amor. Si llegas a necesitar algo, me avisas—y corrió tras mamá como si dependiera su vida de ello

Entonces, volví a tomar asiento en las escaleras preguntándome si mamá se encontraba bien. No quería pensar que ya ni siquiera le importaba a mis padres.

—Papá siempre está para mi—dije, marcando su número en mi celular. De alguna manera quería platicar a fondo con alguien, o ya tan siquiera sentir su compañia—¡Pa!

—¡Hijo! ¡Que gusto escucharte!—exclamo feliz, por lo que sonreí enormemente—Campeón, ¿puedo marcarte más tarde? Ahora mismo estoy ocupado con la camioneta de Aria que se le quedó. ¡Bueno, larga historia!—bufo—Te marco en un rato más. Te amo.

Tampoco me dio tiempo para decirle nada. Así como contesto, colgó, logrando que el vacío que sentía volviera.

No quise llorar, pero podía sentir como las lágrimas me nublaban la vista. No las detuve, solo me baje la cabeza a mis rodillas y abracé mis piernas.

Val

—Me sorprendió mucho que no te preocuparas por Dylan—murmuré tras ella

Tenía aspecto de haber estado tomando toda la noche, y lo cierto era que si. Después de salir del hospital me pidió que la llevara a un hotel, y bueno, había estado divertida la fiesta. Al menos para ella.

—¿De que hablas?—pregunto buscando alguna pastilla y suero para curarse la cruda.

Al parecer tenía problemas graves, y no me refería al asunto con Nick o con Harry. Durante su borrachera no había comentado nada, ni siquiera se puso a llorar por Harry, lo cual también me extraño de sobre manera

—Has estado muy rara y no me has querido decir nada. Habla ahora mismo.

—¡¡Shhh!!—me silenció rápidamente mientras ponía una bolsa de hielos en su cabeza—Esta explotándome la cabeza, ¿si?

—Quiero saber porque fue la súper borrachera de anoche—exigí

—Me estoy divorciando, Val—trato de sonar obvia, pero yo sabía que no era por ello, al menos no del todo. De ser así, hubiera llorado como niña, pero no lo hizo.

—¿Y tú te crees que yo soy idiota? Se que Harry no es el problema. Te conozco a la perfección que se cuando me mientes. Tú estás mal por otra cosa y necesito que me lo digas para poder ayudarte.

—Solo un milagro me podría ayudar—confesó con los ojos llenos de lágrimas—Ahora déjame, quiero ir a vomitar—se levantó despacio, y ahí también supe que mentía, se iría a llorar a su habitación.

Sin querer darle más dolores de cabeza, fui en busca de Harry. Seguían siendo marido y mujer, por lo que tendría que darme alguna pista sobre lo ocurrido con mi amiga.

Para mi desgracia tuve que ir a la casa de Louis para que me pudiera dar el nombre del hotel donde se hospedaba.

—Val, no esperaba verte. ¿Rose está bien?—de inmediato salió a reducir su lado paternal preocupado s

—Todo bien con ella. En realidad vengo a buscar a Harry. ¿Sabrás en que hotel se está quedando?

—Te llevó, aunque a esta hora debe de estar en la nueva casa de Kendra. Les está ayudando con la mudanza

Asentí despacio haciendo una mueca.

No quería decir algún comentario fuera de lugar por el hecho de que Louis se continuaba culpando, así que sólo guarde silencio.

Lo acompañe hasta el hogar de la hija aún no reconocida de Harry, y espere afuera por él. Había sido una fortuna que no vivieran alejadas del hogar de Louis, por lo que me ahorraron el silencio incómodo con él por mucho tiempo.

—Val, ¿por qué no quisiste pasar?—pregunto de lo más normal. Casi quise estrellarle cualquier cosa en la cabeza.

—Es tu segunda familia, ¡no le haría eso a mi amiga!—exclamé furiosa, pero tratando de controlarme—A lo que venía. ¿Sabes en que problemas está metida tú aún esposa?

—¿Problemas de que?

—Justo eso me gustaría saber. Parece otra, y mira que no se ha puesto así por el divorcio—Harry frunció el ceño, para después poner cara de tristeza. Bufé cruzando los brazos—Creo que esto es en serio.

—A mi no me ha contado absolutamente nada, y dudo que lo haga. Ni siquiera me quiere cerca.

—Es que con tus acciones das mucho que decir. Pero tampoco vengo a eso—aclaré mis ideas dejando de lado los reclamos que tenía para él—Intenta averiguar que le ocurre. Es la madre de tus hijos.

—También la persona que más amo—rode los ojos—Aunque hagas tus caras. Y créeme que si está teniendo algún problema, la ayudaré aunque me cueste la vida.

—Dudo mucho que acepte tu ayuda, pero si necesito saber que le ocurre. Ya para que ni a mi me quiera platicar, debe ser tema delicado.

—Solo espero que no sea nada delicado

Aún la amaba, lo veía en su rostro. Era un amor genuino, y hasta creía que era lo más real de este mundo. Para mala suerte, Kendra había aparecido con una niña que terminaría por arruinarle no solo la vida a mi casi hermana, sino también a mi sobrina favorita.

N/A: Hoy capítulo más temprano 🙊

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