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—¿Es verdad que papá tiene otra hija?

Alanna fue la primera en hablar del tema en cuanto estuvimos en casa a punto de cenar.

—¿Como lo supieron?—pregunté tranquila

—Lo vimos en internet, aunque los abuelos quisieron ocultar las noticias del televisor. Ya lo sabíamos.

—No lo se. Creo que su padre se hará una prueba de ADN Justo como ocurrió con Aria.

—¿Por eso se van a divorciar? ¿Por todo lo que dicen de papá?

—No quiero que tengan a su padre en otro concepto que no es. Porque es muy diferente la relación entre una pareja y entre los hijos. Con ustedes su padre siempre ha sido el mejor y nunca les ha faltado. ¿No les ayudaba a hacer la tarea cuando estaban más pequeñas?

Ambos sonrieron recordando

—Si, y la profesora me regaño porque estaba todo mal y pensó que no había puesto atención a clases—se rieron

—Desde ahí, le revisabas la tarea a papá—las tres reímos

—¿Y qué tal cuando debían llevar maquetas? Su padre siempre les ayudó aunque también le quedaran algo feas

—O cuando en la madrugada le hizo a Darcy un vestido de hojalata porque el que le habían comprado se arruino una noche antes.

—No durmió por estarlo haciendo cuando podía haber hecho unas llamadas y conseguir otro

—Papá siempre ha estado ahí—se miraron entre ellas

—Y siempre estará para ustedes. Independientemente de que él y yo estemos separados, siempre seremos sus padres. Ya se los habíamos comentado.

—Papi es mi héroe—dijo Alanna con ternura y amor en su mirada

—Que siempre lo sea, mi amor—tome su mano—Ahora a cenar, que Nana se esforzó mucho en esta pizza

Tratamos de dejar el tema a un lado, por lo que empecé a preguntarles sobre cómo se la habían pasado con sus abuelos, o lo que habían hecho en la escuela y en sus actividades extracurriculares. Debía ponerme al tanto de todo, y no descuidar a mis hijos.

Al terminar, me ayudaron a recoger la mesa y nos fuimos a ver una película al cuarto de cine. Para las once de la noche, ya comenzábamos a bostezar.

—Ya es hora de dormir, niñas. Mañana hay escuela—bese la cabeza de ambas, ya que tenía una a cada lado

—¿Podemos dormir contigo?—preguntaron mis ángeles, a lo que claramente asentí

—No tienen ni que preguntarlo

—Pero primero una selfie—Abbey saco su celular y nos tomó una fotografía—¿Puedo enviársela a papá? Salimos muy lindas

Asentí con un nudo en la garganta. Aunque debía acostumbrarme.

Esa noche pude dormir mejor de lo que pensaba, y es que tener a mis hijas a mi lado me recargaba de energía. Aunque me hacía falta Dylan y Darcy para estar completa.

Al amanecer, me desperté temprano para prepararles el desayuno a mis niñas, así que las deje desparramadas en toda la cama durmiendo. Sonreí al verlas, porque el tiempo volaba y ellas cada vez crecían más. Ya eran todas unas señoritas.

—Buenos días mi niña—saludo Nana en cuanto me vio

—Hola nana. Hoy yo les prepararé el desayuno a las niñas. ¿Puedes encargarte del lunch?

Styles III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora