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Harry

Era sumamente incomodo estar en una mesa con la madre de mi hija sentada a lado mío, y mi esposa y madre de mis otros cuatro hijos a unos cuantos asientos. Las dos parecían ignorarse, así como ignorarme a mí. Yo no podía hacer lo mismo cuando había varios pares de ojos mirando mis reacciones, y por ello me refería a mis amigos que parecían estar atentos por si alguna hacia algún comentario.

Realmente no sabía que esperaban. Sí que discutieran, me dijeran algo o se fueran a los golpes. Como ya lo había dicho, era realmente incómodo.

Mis manos no sujetaban bien los cubiertos por el sudor en ellas. Solo pensando en los miles de escenarios que podrían ocurrir en cuestión de segundos entre ellas dos.

—Ya vengo, iré al baño—le informe a Lou a quien tenía del otro lado

Corrí como nunca antes hasta el baño solo para tomar un respiro de ese desayuno.

No tenía idea de cuánto tiempo duraría, ni mucho menos si esto se volvería a repetir.

—Me voy a volver loco—murmure en el espejo para después abrirle al grifo y enjuagar mi cara con agua helada

—¿Eso quieres? —escuche tras de mi

Me di la vuelta asustado, viendo como _____ ingresaba al baño y cerraba la puerta con seguro

Trague saliva de solo verla, y hubiera babeado de no ser porque el agua de mi rostro lo disfrazaba bien. Mismo que recorrió hasta mi camisa.

Tuve que quitármela, aunque por la mirada de _____ ella pensaba en otra cosa.

Era idiota sentirme apenado por estar sin camisa frente a mi esposa, pero lo estaba.

—Me empapé—le comenté mientras ella mordía su labio acercándose

¿Cuánto más duraría el jueguito?

Si, admitía que me encantaba verla de esa manera tan arriesgada, recordándome a cuando éramos jóvenes y lo hacíamos en cualquier sitio.

—No solamente tú lo estas—dijo descaradamente

—¿En verdad? ¿Aquí?

—No, tranquilo, no lo haremos aquí—sonrió coqueta a pasos de mi—Afuera nos esperan nuestros amigos, y no me gustaría hacerlos esperar mucho

Asentí aun con el rostro empapado

Llego a estar a escasos centímetros de mí, y solo podía ver cuán hermosa era. Su maquillaje discreto, el rímel en sus pestañas, el color de su iris, y su pupila agrandándose por verme. Sus labios rosados, deseaba que estuvieran en mis labios. Y como justo pensé que eso ocurriría, cerré los ojos esperando que estos chocaran con los míos. ¡Vaya sorpresa me lleve! al sentir sus manos desabrochando mis pantalones para después bajarlos.

Abrí los ojos al tiempo en que sentía esos delicados labios apoderarse de mi miembro.

Me ericé de pies a cabeza, y tuve que sostenerme para no perder el piso.

¿Cómo podría mantenerme cuerdo si solo sentía la lengua traviesa de _____ sobre mí?

Sus movimientos eran suaves pero mortales. Sabia justamente como me gustaba.

Las pulsaciones en mi miembro cada vez se intensificaban más con cada roce de su lengua.

Sostuve su cabello y fui a su ritmo. Dentro, fuera, dentro, fuera.

Baje la mirada y eso fue mi perdición. Toda su atención estaba puesta sobre mí. Sus ojos llenos de pasión y poder me taladraron la mente, al punto que ya no pude resistirlo más y exploté en su boca.

Styles III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora