Styles III

6

Freddie

Darcy lucia como un sueño, uno hermoso, pero a la vez que podía desvanecerse en cuestión de segundos. Ella era como estar soñando con algo maravilloso, y temer de que en cualquier segundo tu madre te despertara para ir al colegio. Así la veía, con miedo a que me pidiera que ya no la volviera a buscar más.

—¿Estuviste investigando por mí? Pero, ¿Cómo?

—Cuando algo me interesa, no descanso hasta conseguirlo—le sonreí desde lo más profundo de mi corazón. Realmente quería siempre estar a su lado.

—No dejas de sorprenderme

—Desde que ingresaste me puse a investigar los movimientos de este lugar. Sabía que no resistiría tanto tiempo sin verte, por lo que me prepare para cuando llegara el momento

Ella lucia asombrada por todo lo que había hecho para solo venir a verla. Pero no mentía, si investigue hasta lo más profundo para también asegurarme de que ella estaría a salvo en este lugar.

—Y, ¿vendrás más seguido a verme? —en sus ojos había ilusión, y no pude decir no a esos ojos verdes

—Sé que solo te toca limpiar esta zona los viernes, así que aquí me tendrás. Además, estamos justamente en el punto ciego. No hay cámaras apuntando esta parte, y tu vigilante se distrae fácilmente en la cafetería.

—Gracias por hacer esto por mí, en verdad—deseaba tocarme justo como yo quería hacerlo con ella, pero la barda era demasiado alta. Podría brincar y tomarla entre mis brazos para besarla, pero después nos descubrirían y ya no podría verla más. Debía resistir un poco más.

—No te podría dejar sola en esto—confesé—Podremos estar como máximo 10 minutos hasta que vengan a buscarte. Y no, no podre platicarte nada de lo que ocurre allá afuera—me adelante a lo que posiblemente me preguntaría.

Ella suspiro triste. Extrañaba a su familia.

—Solo dime, ¿todos están bien?

Asentí

—Extrañándote cada día, pero están bien. ¿A ti como te tratan aquí? ¿te sientes cómoda?

—Las terapias con los psicólogos son entretenidas. Me hacen hablar hasta de la última comida que no me gusto de mamá—sonrió—Me esfuerzo para salir más rápido de esto.

—Y sé que lo harás.

Estuvimos platicando algunos minutos más, hasta que comenzaron a gritar su nombre. El tiempo había pasado y era momento de despedirnos de nueva cuenta.

—Se me harán eternos estos días sin verte—sus ojos se cristalizaron

—Tómalo de la mejor manera. Podrás hacer muchas actividades de las cuales me podrás platicar la siguiente vez que venga.

—¿Seguro que lo harás?

En su tono de voz pude escuchar miedo. Temía que yo también la fuera a abandonar.

—Con mi vida misma te prometo que aquí estaré cada viernes.

—Te quiero, Freddie—a punto estaba de brincar de la barda para besarla cuando el vigilante a lo lejos se acercaba

—Y yo a ti Darcy, no lo dudes nunca—sonreí un poco para después brincar, pero hacia el otro lado.

Caí, ensuciándome el pantalón por lo que tuve que sacudirme un poco. No quería marcharme, pero debía hacerlo.

Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón para contestar la llamada de Ivanna quien no ha dejado de marcarme.

—¿En dónde has estado todo el día, amor? Ni siquiera tu hermana o tu papá saben en donde estas