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El ruido de mi celular comenzaba a fastidiarme al punto de que deseaba tirarlo por la ventana. Tal vez lo más sencillo sería contestar esas llamadas y mensajes, pero no me apetecía responderle a Harry, Valerie, Nick, incluso a Matt.

Anoche había sido un día intenso en todos los sentidos para mi. Había vuelto a estar con Harry en la intimidad y en nuestra propia habitación. Despertar y verlo dormido como lo hice en los últimos 18 años me termino por romper. Yo no estaba hecha para acostarme con alguien sin mostrar sentimientos, al menos no con Harry a quien seguía amando.

—¡Dejen de llamar, por favor!—me repetía tan solo observando el celular, abrazando mis piernas sobre la cama.

Opte por apagarlo para no estresarme aún más. Yo debería de estar en el hospital tratando de solucionar un enorme problema, y no encerrada en la habitación de un hotel al que tuve que venirme porque mi marido estaba en nuestra cama.

Al detenerse el ruido molesto, suspire un poco. Para mi mala suerte tocaron a la puerta, queriendo arrancarme el cabello de la frustración.

No quería levantarme de la cama, pero al ver la insistencia tuve que hacerlo.

Apenas abrir, Valerie ingreso a la habitación con comida y unos cafés.

—Pero ¿como?—estaba confundida. ¿Como se había enterado de que estaba aquí?

—Anoche vi como Harry te cargaba y te llevaba a su auto. Supuse que me habías hecho caso y te habías acostado con él. Solo que, supuse que se irían a un hotel, y que tú estarías llorando en la casa sintiéndote culpable por lo que habías hecho. Al ir a tu casa, me percaté de que era lo contrario. Harry estaba ahí con un rostro de preocupación, alegria, confusión, entonces supuse que te habías venido a llorar a un hotel—dijo todo esto rápidamente y a la vez que sacaba la comida de las bolsas

—Me parece que me conoces muy bien, pero aún así, ¿como supiste que estaría en este hotel?

—Estuve llamando para preguntar por Alanna Holmes y di contigo

Sonreí.

De niñas, al jugar con nuestras muñecas o cuando fingíamos ser otras personas, mi nombre siempre era Alanna Holmes, mientras que el de ella era Dorotea Vincen.

No era difícil adivinar porque una de mis niñas se llamaba Alanna.

—Bueno, ahora cuéntame que sucedió

—Tuve sexo con Harry—las palabras aún no las asimilaba del todo. Era tan difícil decir que solo fue sexo y no algo más íntimo

—Eso lo noté cuando fui a tu casa y lo vi en calzoncillos—ironizó burlona—Pero cuéntame los sucios detalles

—Pues fue sucio

No tenía mucho que decir ante aquello

—¡Que amargada! Tuviste sexo con tu esposo. ¿No sentiste cosas?

<<Claro que sentí cosas>>

—Lo que hicimos fue una equivocación. No quiero que ahora Harry piense que lo nuestro se puede arreglar solo por este desliz—comencé dándole un trago al café negro que me había llevado—Solo fue una noche y ya

—¿Segura que no quieres repetir?—enarcó una ceja no creyéndome

Permanecí en silencio por más de lo que debería. Trate de fingir que era porque estaba soplándole a mi café para enfriarlo, pero lo cierto es que las imágenes de anoche no paraban de reproducirse en mi mente una y otra vez.

Styles III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora