4

170 15 7
                                    


Harry

Valerie no me había podido dejar más preocupado por _____. Había intentado hablarle a las chicas para que me contaran lo que fuera, pero ninguna sabía nada. Les creía, porque de ser mentira entonces Val no hubiera pedido mi ayuda.

Primero había querido creer que estaba así por la situación de Darcy, después incluso por nuestro divorcio, y termine en blanco. Por mucho que le doliera lo de nuestra hija, _____ era fuerte, y debía ser algo que pusiera en riesgo su vida para estar de aquella manera.

¿Será acaso que tiene alguna enfermedad mortal?

<<No seas imbecil, Harry. Ni de juego lo pienses>>

Descarte cualquiera de esas ideas. Tenía que ser un poco más positivo y tal vez pensar que había discutido con su padre. Era de lo único que la afectaba a ese grado.

—¡Vecino, no esperaba verte por aquí!—saludo el maldito vecino con su traje pulcro de doctor y esa sonrisa hipócrita en el rostro

Tuve que detenerme a saludarlo.

—Hola—salude cortamente—¿Sabes donde puedo encontrar a Matthew?

—Acaba de entrar a cirugía. ¿Necesitas que le deje algún recado?

—¿Sabes si tardará mucho? ¡Me urge!—ignore su pregunta. Entre menos hablará con él, mejor.

—¿Es sobre ______? ¿Ya sigue mejor?

Fruncí el ceño y entonces le presté mi atención.

—¿Y tú cómo sabes?

—Estuvo aquí ayer, la trajo su amigo Nick 

Enfurecí apenas escuchar ese nombre. Tal parecía que el maldito Jonas no se iba a dar por vencido tan fácil con ella.  Pero ya estaba ganando más terreno.

—¿Sabes exactamente que le ocurrió?

—Tuvo un desmayo por demasiado estrés. Matt la descanso una semana. Debe estar en su casa.

—Gracias por la información. Cuando veas a Matt dile que vine a buscarlo.

—Por supuesto que si, vecino—no apartaba esa sonrisa irritante

Se marchó dejándome al borde de un colapso y la preocupación. Al parecer Valerie tenía razón al decir que algo grave le ocurría a _____.

Sin perder más tiempo ni querer averiguar por otras personas que era lo que le pasaba, decidí tomar camino hacia la casa para enfrentarla.

Sin embargo, apenas entrar me fue  muy difícil ver todo cambiado. No tenía mucho que me había salido de ahí y ahora ya todo se encontraba diferente. No había retratos míos en ningún lugar de la casa. Todo lo que había eran de los niños y de nuestras mascotas. Incluso Princess, la Labrador que era de los niños me desconoció al entrar y me ladro.

—¿Tan extraño soy en esta casa?—me pregunté un poco triste

Tuve que agacharme un poco para que ella no se intimidara y pudiera reconocerme. Al olfatearme, comenzó a mover la cola y me dejo acariciarla. Quise llorar.

—Harry, no esperaba verte por aquí—Nana se sorprendió al verme y corrió a abrazarme—¿Buscas a los niños?

—Si, ¿están aquí?—voltee hacia todas partes tratando de ver si me encontraba con mi esposa

—En la sala de cine viendo una película. Y _____ está en el despacho, por si te interesa—me guiño un ojo yéndose hacia la cocina

Sonreí al ver que intentaba de alguna manera que estuviera con mi aún esposa.

Styles III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora