14. Night changes

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- Antes de hablar de alguien aquí aseguraros de que no haya nadie más dentro.

Jc. Debo reconocer que me sentí bastante aliviado cuando le vi aparecer por la puerta de uno de los cubículos. A pesar de ser amigo de Kian y Sam él nunca había sido con nosotros como ellos lo eran. No teníamos nada que ver pero nos trataba con respeto, algo improbable en sus compañeros. También nos habíamos salvado de agresiones bastantes veces gracias a él, que aplicaba un poco de cordura a los demás.  Era el más sensato de los tres, el que intentaba poner paz y serenidad pero por lo visto no era suficiente del todo.

Jc caminó hasta el lavabo y colocó sus manos debajo del chorro de agua mientras nos observaba a través del espejo.

- No perdáis el tiempo criticando a Sam, vosotros no sois así. Ni siquiera nada de lo que habéis dicho tiene pizca alguna de maldad. – Caminó hasta el secador de manos. - ¿Qué se corte el dedo con un folio, en serio?

Soltó una pequeña risa y se giró hacia nosotros.

- Nos vemos.

Y sin decir nada más salió de allí. 

-o-

Me encontraba en el sofá de mi casa observando uno de los documentales de la tarde, los cuales mi padre nunca se perdía, que trataba sobre la revolución francesa.

Sé que los planes para esta tarde deberían haber sido otros pero fueron repentinamente cambiados al provocarse una fuerte y continua tormenta que parecía no querer terminar. Así que opté por quedarme en casa, como todos los demás. Tenía pinta de ser una noche muy larga y aburrida.

- Cariño, ¿qué tal si le echas un vistazo a biología antes de la cena? – Propuso mi madre acercándose por el pasillo.

Asentí sin muchas ganas y besó mi mejilla cuando crucé por su lado para subir a mi habitación. Para ser honesto, no me apetecía hacer nada, algo impropio en mí. Los días de lluvia salían a relucir mi parte más perezosa y pasiva, por no decir que estaba casi seguro que la humedad de días así provocaba algo en mi cuerpo haciendo que me notara extremadamente cansado. Me senté, más bien tiré, sobre la silla y abrí mi libro de biología por cualquier página cuando mi teléfono vibró. Lo saqué de mi bolsillo y desbloqueé la pantalla para encontrarme con un mensaje en whatsapp de Olivia.

 ¿Estás en casa?

Escribí rápidamente un “sí” pero dudé en si mandarlo solo o con alguno de esos emojis que neutralizaban un poco más el mensaje. Un “sí” solo me parecía demasiado seco y puede que se interpretara algo borde. Eché un vistazo en las diferentes pestañas y vi la cantidad de emoticonos inútiles que había allí y que jamás utilizaría. Un semáforo, un candado (abierto, cerrado o con una llave, al gusto de cada uno), un wc, un cigarro… Me estaba desviando del tema así que simplemente le mandé un “sí” con una carita sonriente.

Continué observando el libro por encima, sin leerlo o centrarme en lo que ponía. Tan solo quería que pasara el tiempo rápido y que fuese otro día pero todo el mundo sabe que cuanto más quieres que el tiempo pase, más lento lo hace. Cogí uno de los bolígrafos de mi estuche, no iba a pintar el libro ni nada por el estilo, me gustaba cuidar mi material. Simplemente, lo coloqué entre mis dedos y comencé a girarlo hasta que me di cuenta de que ese no era mi bolígrafo ya que la tapa estaba ligeramente mordisqueada. Vale, ligeramente no.

- Maldito Matt. – Murmuré. 

Y no solo fue eso, si no que por algún motivo el boli estaba bastante destrozado y eso provocó que la tinta se esparciera entre mis dedos. Bufé y me levanté en dirección hacia el aseo, donde abrí el lavabo y sumergí mi mano frotándola con una cantidad de jabón considerable. Ahora entendía porque Matt llevaba manchas de tinta en sus dedos constantemente. Sequé mis manos y volví a mi habitación para encontrarme con algo que no esperaba.

Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora