20. Back in time

822 74 3
                                    

Lo había estropeado todo. Había decepcionado a los únicos amigos que tenía y me sentía idiota. Mejor dicho, era idiota. Estaba solo, del todo, y lo estaba por mi única culpa. Si pudiera retroceder en el tiempo, lo haría sin pensarlo dos veces. Hubiese cuidado mejor mis amistades y hubiese hecho todo lo que yo quisiera, no los demás. Esa era una de las cosas que más me reconcomía por dentro: el deseo de cambiar, deseo que había sido descubierto gracias a Olivia. ¿Cómo explicarlo? Puede que fuese un sentimiento dormido en mí pero ahora tenía más claro que nunca que debía dejarme llevar, aunque la primera vez que lo había hecho había salido mal. No sabía cómo sentirme. Estaba algo enfadado, decepcionado y cansado pero sabía perfectamente que Olivia no tenía culpa alguna y aun así lo había pagado todo con ella. Tal vez necesitara un gesto de realidad, de que a ella yo le gustaba por cómo era y que no intentaba cambiarme. Maldita sea, yo estaba totalmente seguro de que esa no era su intención y aún así dudaba por lo que la gente, en este caso Matt, me decía.

Suspiré varias veces pasando las manos por mi rostro. Olivia tenía la razón, todo era complicado conmigo. Yo era la típica persona que hacia una montaña de un grano de arena pero tenía mis razones. Razones en las que predominaban el miedo y la inseguridad. ¿Por qué tenía que ser tan idiota y desconfiado?

Cogí mi teléfono, entré en la aplicación de whatsapp, busqué la conversación con Olivia, que se encontraba la primera, y la observé durante varios segundos. No quería que esto quedara así, me sentía realmente mal. No quería ser el motivo por el que ella estuviese enfadada, molesta o triste y si tenía que arrastrarme, no tenía ningún inconveniente en hacerlo con tal de que todo volviera a estar como antes.  

¿Olivia?

Dudé entre si añadir algo pero finalmente no lo hice. Tampoco quería ser pesado y que las cosas se complicaran aún más a pesar de que los minutos pasaban y no había respuesta alguna. 

-o-

Caminé por los pasillos del instituto arrastrando los pies a causa del cansancio, no había dormido lo que se dice bien. Tampoco había conseguido hablar con Olivia ni me había encontrado con ella en todo lo que llevaba de día. 

Abrí mi taquilla y dejé allí los libros que ya no necesitaría librando así algo de peso en mi bandolera. Al cerrar la puerta observé a lo lejos a Anna y sin pensármelo dos veces caminé hasta ella, que encontraba bebiendo agua en la fuente del pasillo. Al ponerme a su altura se incorporó y me miró secándose el agua de los labios con la manga de su jersey de color verde oscuro.

- ¿Has visto a Olivia? – Pregunté rápidamente.

- Hace nada estaba conmigo pero ha desaparecido. – Explicó encogiéndose de hombros. – Anda algo distraída hoy.

Asentí apretando los labios. Puede que estuviese distraída por mi culpa.

- ¿Y está bien?

- Ella insiste en decir que si pero… - Arrugó los labios. – No me lo creo.

- ¿Por qué no?

- Porque su padre me llamó ayer pidiéndome ayuda para comerme el pastel que preparó. Un gran pastel. – Aclaró poniendo énfasis en la palabra gran.

Recordé la vez en la que Olivia me hizo un pequeño resumen de su vida en el que afirmaba que cuando se deprimía o estaba triste no le daba por comer como a otra gente, ella cocinaba.

- ¿Qué le has hecho? – Preguntó de repente.

¿Tan claro era que había sido yo? Seguramente ellas ya habían hablado sobre todo esto, al fin y al cabo Anna es su mejor amiga. Seguro que se me habían pasado la tarde criticándome.

Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora