5. Clouds

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Me encontraba caminando por el pasillo persiguiendo con paso firme a Olivia quien con un movimiento de cabeza me sugirió que le siguiera después de que su abuela le entregara un cuenco de color crudo con pequeños trozos de pescado. Debo admitir que me extrañó porque Olivia solo atrevió a decir “es para Chloe” y yo no se quien narices es Chloe pero me aterraba el hecho de pensar que algún familiar estuviese allí y no por la vergüenza que podría notar otra vez en mis carnes, si no porque le ofrecieran pescado crudo. Puaj. Era partidario del sushi porque su aspecto entraba por los ojos y podrías replantearte el comértelo pero no así, nada más sacado del agua (por cierto, por mí) y sin ninguna preparación. Ni siquiera le habían quitado la piel. 

Olivia se colocó frente a la puerta de la última habitación y levantó la mano ordenándome parar. La hice caso y ella abrió la puerta lentamente, con cuidado, para después asomar la cabeza y susurrar “Chloe” en un tono cariñoso.

- Pasa. – Ordenó después de varios segundos.

Entré detrás de ella a lo que supuse que era una habitación de invitados donde había una cama de matrimonio, dos mesillas con sus respectivas lámparas de mesa y una cómoda. Todo esto perfectamente cuidado y sin el mínimo síntoma de ocupación.

- ¿Chloe? – Preguntó dejando el cuenco sobre la cama y agachándose para mirar debajo de ella. – Oh, aquí estás. 

En ese instante tuve miedo, la verdad. ¿Qué esperaríais que saliera de debajo de esa cama? Tal vez algún animal, pero ¿cuál? Y todo esto tratándose de Olivia, es decir no sería nada común. Y acerté. Olivia salió de allí debajo con una cría de nutria a la que miraba con una amplia sonrisa.

-  Hola, bonita.

Contemplé asombrado la escena. ¿Una nutria? Sin duda era un animal curioso para tener en una casa.

- ¿Esta es Chloe? – Pregunté.

Olivia alzó su mirada, ya que se encontraba sentada en el suelo, y asintió.

- ¿Qué esperabas?

- No se, tal vez algo más normal para una mascota en una casa. Algo como un perro, gato, pájaro, pez…

- Qué típico. – Rió. – Chloe no es del todo una mascota, tan solo está de paso.

- ¿De paso? – Pregunté queriendo saber más mientras me sentaba a su lado observando al animal con curiosidad.

- Sí. Mi abuela la encontró y decidí criarla con su ayuda aquí hasta que crezca lo suficiente y pueda volver a su hábitat pero para eso debe aprender a sobrevivir. Y bueno, el primer paso es acostumbrarse al sabor del pescado. 

Observé como le tendía un trozo de pescado al animal, quien después de olerlo varias veces lo cogió cuidadosamente con su boca y corrió debajo de la cama a comérselo.

- Es preciosa. – Solté.

- Sí. Es un gustazo hacer cosas así, la verdad. Hace que te sientas bien. Mi abuela es una gran defensora de los animales y es miembro de varias asociaciones. Yo intento ayudarla en todo lo que puedo y es algo… Satisfactorio del todo.

- Lo imagino, debe ser genial convivir con alguien así.

- Lo es. Ella es un ejemplo a seguir, me ha enseñado tantas cosas… Me enorgullezco de que sea mi abuela, no se, es… Mi persona.

- ¿Tú persona? – Pregunté confuso.

- ¿Has visto alguna vez Anatomia de Grey? – Asentí. – Grey es la persona de Yang y viceversa. Pues mi abuela es la mía. – Sonrió. – Quiero decir, es la persona que siento que mejor me conoce y la que sabe como actuaré en cada momento. A la que acudo cuando estoy mal o cuando estoy bien.  

Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora