33. Explosions

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Me encontraba en unos de esos típicos restaurantes a los que solía ir con mi familia en los que había largas listas de espera donde los platos de comida no sobrepasaban el tamaño de un puño de un niño pequeño pero sobrepasaban el precio de cualquier menú normal de comida completa. Todas las mesas estaban llenas, especialmente por familias muy bien vestidas y cenas de negocios donde predominaban los trajes. No me gustaban estos sitios, prefería mil veces cenar en un pequeño Burger con mis amigos. Tan solo se salvaba una cosa de esta reunión y era que con la suerte de haber venido con la familia de Blue, tenía su compañía. Blue se había convertido en mi confidente y en mi tapadera. Gracias a la imagen que mis padres tenían sobre ella siempre me permitían salir con ella y yo utilizaba esto siempre en mi oportunidad para reunirme junto a los demás, justo como haríamos después de esta comida.

Miré a Blue impaciente porque dijera algo. A nuestros padres les acababan de servir el café que marcaba el final de la comida y el momento en el que nosotros tendríamos que aprovechar para irnos. Alargué mi pie por debajo de la mesa con cuidado hasta tocar el pie de Blue y haciendo que ella me mirara. Alcé las cejas dándole a entender que esperaba su paso adelante para poder salir de allí. Ella pisó los ojos en blanco y carraspeó haciendo que su madre, que estaba sentada a su lado, se fijase en ella.

- ¿Podemos irnos ya?

- Está bien pero tened cuidado.

Observé a mis padres y me levanté de la silla cuando vi que asentían aprobando mi salida. Besé la mejilla de mi madre y Blue hizo lo mismo con sus padres para después salir junto a mí del restaurante. En cuanto la puerta se cerró Blue sacó su móvil del bolso y comenzó a caminar calle abajo. Yo seguí sus pasos colocándome a su lado.

- ¿Por qué has tardado tanto, no querías irte?

- Debo reconocer que me divierte cuando tus padres hablan de como eras de pequeño. - Contestó soltando una pequeña risa.

Yo resoplé y negué con algo de vergüenza. Era el tema favorito de mis padres y del que siempre hablaban con amigos o familia. Supongo que no eran conscientes de lo embarazoso que era para mí recordar lo que hacía con tan solo escasos años de vida.

Al torcer la esquina de la calle Blue paró en seco y se agarró a mi brazo mientras con el otro se quitaba los zapatos de tacón color negro que llevaba puestos.

- Odio estos zapatos. - Al quitarse ambos los metió en el bolso y sacó dos converse del mismo color. - Son demasiado altos para ser cómodos y demasiado bajos para ser bonitos.

Observé como se colocaba las zapatillas sin contestar a su comentario, ¿qué entendía yo de zapatos? Menos que nada. Retomamos el paso cuando su cambio ya había sido realizado mientras Blue recogía su pelo en una coleta alta y se quitaba los brillantes pendientes que adornaban los lóbulos de sus orejas.

Caminamos aproximadamente tres minutos más cuando observamos a nuestros amigos a lo lejos. Se encontraban de pie tras la valla metálica de una cancha de baloncesto al aire libre.
Tardamos escasos segundos en llegar juntos a ellos cuando Blue saltó a los brazos de Jack y este recibió de muy buen gusto sus besos.
- Vaya... - Susurré.
- Si, dan bastante asco. - Habló Johnson acercándose a mí y estrechando mi mano a modo de saludo.
Reí y eché un vistazo a los demás mientras me acercaba.
- ¿Que haceis fuera?¿Por qué no entráis? - Pregunté.
- Está ocupada. - Contestó Cameron.
Dirigí mi mirada a través de la valla y observé jugar bajo una canasta a Jc, Kian y Sam mientras Anna les observaba desde una de las gradas más cercanas. Automaticamente recordé la discusión que Anna tuvo con Matt y que sin quererlo pasó también a ser con Olivia así que me acerqué a ella, que observaba el juego de dentro de la cancha.
- ¿Has hablado con Anna?
- Si, no tanto como quería pero sí.
- ¿Y que tal? -Volví a preguntar. - ¿Arreglado?
- Arreglado no es la palabra pero... Lo haremos, supongo.
Dentro de la cancha Kian se disponía a lanzar una canasta cuando Jc saltó frente a él y le hizo un tapón impidiendo su lanzamiento. La pelota salió botando hasta donde nos encontrábamos y Sam corrió a por ella dedicándonos una de esas miradas de superioridad típicas en él.
- Va, Sam. - Dijo Taylor con fastidio. - Ibais a acabar hace diez minutos.
- ¿Tenéis prisa? - Preguntó él. - Entrad, somos pares. -Dejó caer.
- ¿Nosotros contra vosotros? -Preguntó Taylor de nuevo.
Sam asintió y comenzó a botar la pelota contra el suelo. Taylor miró hacia todos nosotros y sin decir nada entró dentro de la cancha. Rápidamente le retiró la pelota a Sam y corrió botándola hasta estar cerca de la canasta para luego saltar, encestar, quedarse colgando del aro con sus dos manos y soltando un grito ganador. El gesto de Sam se tornó serio pero todos nosotros reímos al ver a Taylor. Jack le devolvió el grito y entramos en la cancha detrás de él.
Nos reunimos todos en el centro de la pista. A un lado Sam, Kian, Jc y Anna y al otro todos nosotros.
- Vale, somos doce. -Informó Kian. -Así que seis contra seis, necesitamos a dos de vosotros.
-¿Quién quiere venirse al equipo ganador? -Preguntó Sam sonriendo de lado.
En nuestra mitad nos miramos unos a otros esperando algún voluntario.
-Venga, yo voy. -Intervino Blue.
- Vale, yo también. -Se apuntó Johnson.
El equipo de Sam, al que habían elegido capitán y cuando digo elegido digo que el mismo lo hizo, se alejó de nosotros y comenzaron a trazar su estrategia en grupo.

Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora