37. What a feeling

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Me encontraba de vuelta a casa con la compañía de Olivia. Gran parte del camino la habíamos pasado en silencio, con tan solo el sonido de nuestros pasos y los coches pasando y la otra parte eran frases de Olivia intentando comenzar una conversación, sin efecto. Yo tan solo asentía, negaba o daba una respuesta corta. Mi cabeza aún se encontraba en aquel jardín, concretamente en el momento en el que observé a Taylor y a Lana y el objeto que provocaba mi distracción. Y, por si no era suficiente el hecho de que estos temas me dieran escalofríos, también estaba Olivia. Quería contárselo y que hiciese algo o que simplemente me diese una opinión marcada por esa sinceridad tan característica suya pero no podía. No quería que mi escepticismo me jugase una mala pasada y aún menos causar incertidumbre sin tenerlo claro.

- Se ha quedado buena noche. - Escuché a Olivia susurrar.

Automáticamente reí.

- ¿Qué? - Preguntó ella.

- Has entrado en el peor tópico de todos para empezar una conversación.

- ¿Has visto lo que me haces hacer? - Preguntó de nuevo con una sonrisa haciéndome encoger de hombros. - Si funciona, me da igual. ¿Te crees que no me he dado cuenta?

- ¿Cuenta de que?

- De que llevas toda la tarde evitándome.

- No te evito...

- Si lo haces.

Suspiré y Olivia dejó de caminar provocando que yo también me parase.

- Se que deberíamos hablar. - Reconocí.

- Pero no quieres...

- Si quiero, es solo que... No se muy bien que decir.

- Vale. - Dijo ella. - Perfecto. - Y con gesto molesto giró sobre sus talones y siguió caminando.

Sabia que no estaba siendo justo con ella pero en cierta parte ella tampoco lo estaba siendo conmigo. No la estaba mintiendo. Desgraciadamente estas cosas no se me dan del todo bien. Que más quisiera yo que tener mi cabeza y mis sentimientos completamente ordenados y poder hablarle sobre todo lo que ella deseara. Que más quisiera que tener la confianza suficiente para no tener miedo en hacer una cosa u otra. Que más quisiera yo que no ser tan inexperto en estos temas y no dudar constantemente antes de dar un paso hacia delante.

- Olivia, espera. - Dije.

Ella dejó de caminar y tardó varios segundos en girarse hacia mí. Debía actuar ahora. No quería que ella se enfadara conmigo, se arrepintiera y aún menos culpara.

- Soy un desastre en esto, ¿vale? Creo que es evidente. - Olivia ladeó la cabeza cruzándose de brazos y dejando caer su peso sobre una de sus piernas. - No se me dan nada bien estos temas, no son lo mío. Puedo hacerte un problema de matemáticas en segundos pero no puedo hablar de estas cosas con claridad, soy así.

Me propuse a dar un paso hacia delante para acercarme a Olivia pero ella levantó su mano con su palma hacia mí, indicándome que parara. Suspiré quedándome en mi sitio y continué hablando.

- No debería haber sido así.

- ¿El qué? - Preguntó volviendo a su postura de antes.

- El beso. - Contesté. - Debería haber sido mejor, como todo primer beso debe ser. Debería haberte llevado a una cita en la que abrirte la puerta del coche y correrte la silla. Debería haberte llevado flores y hacer las cosas que se hacen en las citas en las que se espera dar o recibir un beso.

Olivia sonrió de lado y deshizo el nudo que dibujaban sus brazos sobre su pecho.

- Las mejores veces no se espera dar o recibirlo, eso es lo mejor. Ya sabes, que sea natural e inesperado. - Contestó.

- Inesperado lo fue, te lo aseguro.

Escuché una pequeña risa y estiré mi pierna proponiéndome dar una zancada hacia delante mientras observaba de reojo a Olivia. Ella se quedó estática y avancé entendiendo su permiso.

- No sabia que había sido tu primer beso.

Apreté los labios algo avergonzado. Yo supuse que era evidente, nunca había tenido contacto con chicas más allá de ser compañeros en clase, al igual que también supuse que yo no había sido el primer beso de ella.

- Sí, lo has sido. - Dije.

Volví a dar un paso hacia ella.
- ¿Por eso dices que debería haber sido más especial? - Preguntó.

- Puede ser.

- Que sea el primer beso no lo hace más especial. Es cierto que influye, al igual que el momento y el ambiente pero... Lo que lo hace verdaderamente especial es la persona.

Dicho esto dio un paso hacia mí. Yo repetí su gesto y quedamos a aproximadamente un metro el uno del otro.

- Entonces, ¿para ti fue especial? - Pregunté algo tímido.

- Claro que lo fue. No me voy besando con todo el mundo, ¿sabes? - Bromeó.

Ambos reímos juntos y me quedé observándola en silencio. Tal vez no había querido admitir lo tan pronto o tal vez no era tan inteligente como yo pensaba para darme cuenta pero sin duda, Olivia era alguien especial para mí. Había conseguido que me diese cuenta de cosas que antes no veía, en ser más valiente y en tener más confianza en mí mismo.

- Me hubiese gustado que hubieses sido el primero.

Clavé mi mirada en la suya y me puse algo nervioso. Había sido una declaración muy agradable. Sin pensármelo demasiado, respiré hondo mientras acortaba el espacio que nos separaba y cogí una de sus manos, la cual se encontraba ligeramente fría.

Ella me correspondió y me dedicó una sonrisa. Algo gritaba dentro de mí, notaba pinchazos en el estomago y como mis músculos se tensaban. Iba a hacerlo y no por todo lo que había dicho antes, aunque siguiera pensándolo. No pensaba que fuese un momento perfecto pero simplemente quería hacerlo. Bajé mi mirada a sus labios y tragué saliva.

- ¿Pue...?

- No preguntes. - Contestó ella cortándome.

Y sin dejarme rectificar subió sus manos a mis brazos y estiró de mí acercándome hacia ella hasta que nuestros labios se juntaron.

Esta vez fue diferente. Seguía notándome nervioso pero no había ni una pizca de incomodidad en mi. Sentía mi corazón latir rápido, un cosquilleo en el estomago y aún así no quería dejar de besarla. Todo lo que había a nuestro alrededor no importaba y una sensación de felicidad me inundaba.

Segundos después nuestros labios se separaron pero nos mantuvimos igual de juntos, yo algo encorvado juntando mi frente con la suya a causa de nuestra pequeña diferencia de altura. Abrí los ojos lentamente y la observé junto a mí, notando su aliento en mi piel y me sentía tan bien que no podía explicarlo.

-o-

Entré en mi habitación y cerré la puerta a mi espalda. Había estado un rato con mis padres antes de retirarme a mi cuarto. Apartede ser una forma de que no me preguntaran donde había estado ni me interrogaran, también era una forma de ocultar mi felicidad por la cual tambiénse formarían varias preguntas.

Me sentía pletórico, radiante de felicidad. Era increíble como algo tan pequeño podía hacer sentir tan bien pero, pensándolo a fondo, el sentimiento que Olivia me provocaba no era pequeño. Era algo nuevo y extraño pero a la vez bonito.

Me incorporé rápidamente quedando sentado sobrela cama cuando escuché a algo golpear mi ventana. Me acerqué a la puerta yencendí la luz exterior del balcón pudiendo ver una pequeña piedra allí. Cualquier da me romperían el cristal y eso no seria nada divertido. Abrí la puerta notando como la brisa de la noche entraba a mi habitación y caminé hasta la valla inclinándome para ver quien se encontraba allí.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté.

- Necesito hablar contigo.





Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora