11. Certain things

1.2K 96 2
                                    

Cerré el libro de historia y suspiré. Al llegar este mediodía a casa mentí a mis padres diciendo que me había entretenido hablando con mi profesora, aunque no era del todo mentira, y la culpabilidad volvía a pesarme. Aun así Olivia volvió a hacer de las suyas utilizando el gran poder de persuasión que tenía sobre mí y tuve que volver a mentir. Dos veces en un día, guau. Utilicé como excusa que saldría con mis amigos después de estudiar, a mis padres no les agradó mucha pero cambiaron de opinión cuando les dije que era para hacer un trabajo.

Terminé de prepararme y cuando el reloj marcó las 17:00 escuché un motor acercarse por la carretera, sabía que era ella. Bajé las escaleras rápidamente para evitar preguntas y salí por la puerta encontrándome a Olivia sobre su moto frente a mi puerta.

- Que puntual. – Solté mientras me acercaba caminando.

Ella me tendió un casco y me lo coloqué mientras subía a la parte trasera del vehículo.

-o-

Atravesamos el centro de la ciudad hasta llegar hasta una gran zona comercial rodeada de coches. En un instante, Olivia aceleró haciendo que la moto subiera encima de la acera provocando que me alarmara. Esto no era legal. Me encogí en el asiento agarrándome a el con ambas manos. Olivia condujo varios metros haciendo que los peatones se apartaran y llegó a una plaza de aparcamiento libre antes que uno de los coches que avanzaban por la calzada, desde donde el conductor nos miraba con gesto molesto.

Bajé de la moto rápidamente y observé su rostro tranquilo. Retiré el casco de mi cabeza y se lo entregué para que lo guardara.

- Cada vez me da más miedo tu forma de conducir. – Confesé.

Olivia soltó una carcajada y guardó también su casco para luego depositar las llaves en el pequeño bolso de color negro que colgaba de su hombro, sacudió sus pantalones negros rotos a juego con sus converse y me fijé en el jersey de color gris que llevaba con el logotipo de Batman dibujado también en color negro.  

- ¿Nos ha pasado algo? – Negué con la cabeza. – Pues ya está, no hay problema.

Dicho esto comenzó a caminar en dirección a la puerta y yo la seguí. Entramos dentro del gran edificio atravesando dos puertas correderas con carteles publicitarios pegados a ellas. Era un sitio enorme y estaba abarrotado de gente. Nunca había estado aquí, pero era algo normal ya que nunca salía de casa.

Caminé detrás de ella hasta unas escaleras mecánicas.

- Aún no me has dicho a dónde vamos.

- Nunca te lo digo. Impredecible, ¿recuerdas?

- Touché. 

Continué persiguiéndola por el centro y esquivando a la gente que caminaba con agobio y bolsas en sus manos hasta que atravesó la puerta de cristal de un local. Me acerqué hasta allí y observé desde fuera con asombro. Dos grandes cristales me permitían vez una gran selección de guitarras eléctricas, acústicas y bajos colgados de la pared. Observé como Olivia me hacía un gesto desde dentro y atravesé la puerta de cristal. En el medio de la tienda había colocadas dos grandes mesas donde cientos de cds se exponían, desde música jazz, pasando por blues y llegando a rock y punk. En la pared también se encontraban varias fotos de artistas de todos los tiempos pegadas, rindiendo una especie de tributo. Al final de la tienda, justo al lado de unas escaleras que subían hasta una puerta de madera, se encontraba un precioso piano de color negro brillante. Detrás de él una cortina hecha con cds colgando separaba el local del almacén, desde donde justo en ese instante apareció el padre de Olivia.

Young volcanoes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora