CAPITULO 44:

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(HARRY POTTER)

Me apresuré a tomar a mi hermana entre mis brazos mientras Theo temblaba, visiblemente afectado por lo que acababa de presenciar.

—Draco... —decía, jadeando, la angustia y la confusión brillando en sus ojos—. Él me ayudó.

—¿Qué? —preguntó Hermione, su voz llena de incredulidad mientras todos nos girábamos hacia Theo, buscando respuestas en su mirada.

El aire en la habitación se volvió pesado, cada uno de nosotros asimilando la implicación de sus palabras. La traición, el peligro, la posibilidad de que Draco Malfoy, nuestro enemigo, estuviera involucrado en algo tan arriesgado y decisivo, nos dejaba en shock.

—¿Estás seguro? —dije, sintiendo que la esperanza y la desconfianza chocaban en mi interior. Mi mente estaba en una espiral, incapaz de entender cómo alguien como Draco podía ofrecer ayuda, especialmente después de todo lo que había sucedido.

—¿No me digas que el también está enamorado de ella?— pregunto Ron, pasando su mano por su cabello

—No seas imbécil, Weasley —dijo Theodore, su voz baja pero llena de urgencia—. Espero que no me delates. Sabe que la saqué, pero no a dónde la traje.

—Gracias, Nott —respondí, una mezcla de gratitud y desconfianza retumbando en mi pecho—. Puedes quedarte si quieres...

—No lo sé, Potter —dijo, su nerviosismo palpable, como si el aire en la habitación se hubiera vuelto más denso—. Si algo pasa, tendré que enfrentar al señor...

—¡Mierda! —exclamó Ron, su voz vibrante con ansiedad—. Solo quédate. La salvaste, y es la única forma de agradecerte.

—De acuerdo —dijo Theodore, sus ojos ardientes dirigiéndose a ______—. Llévala a algún lugar para recostarla, tonto —me ordenó, su grito reverberando en la atmósfera cargada de tensión.

Sin pensarlo dos veces, corrí escaleras arriba, llevando a ______ en mis brazos, el latido de mi corazón resonando con fuerza mientras la sostenía. Detrás de mí, todos me seguían, la atmósfera llena de una inquietud palpable que me presionaba el pecho.

—¿Cómo fue que saliste? —pregunté a Nott mientras acariciaba suavemente el cabello de ______, buscando calmarla, sintiendo la fragilidad de la situación.

—El señor tenebroso la dejó, y cuando estuve seguro de que se había ido... —dijo Theodore, sentándose al borde de la cama, su mirada fija en ______, como si su vida dependiera de cada palabra—. La cargué, y lo demás se imaginan.

Las palabras de Nott resonaron en mí como un eco aterrador, su valentía haciéndose evidente en cada sílaba. La imagen de lo que había enfrentado por ella me atravesó como un rayo. La habitación se volvió un santuario de silencio, cada uno de nosotros asimilando la enormidad de su declaración.

—¿Cómo está, Harry? —preguntó Hermione, colocándose a mi lado y mirando con preocupación a ______.

—Su piel está pálida, su cabello ha perdido el brillo, y sus labios... ya no tienen color —dije, sintiéndome impotente, como si cada palabra fuera un puñetazo en el estómago.

—Se recuperará, Potter —dijo Theodore, su voz firme pero cargada de un tono que intentaba ser reconfortante—. Está viva y despertará, estoy seguro.

Le dirigí una mirada cargada de gratitud, asintiendo mientras volvía a acariciar a ______, deseando que mis toques pudieran transmitirle un poco de fuerza.

—Oye, Theodore —interrumpió Fleur, su voz suave pero decidida—. ¿Tienes hambre?

Nott la miró, frunciendo el entrecejo, pero finalmente asintió, su rostro revelando una mezcla de sorpresa y gratitud.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐄𝐈𝐑◇𝑻𝑶𝑴 𝑹𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora