Prólogo

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En la segunda estrella a la derecha, todo recto hacia el amanecer, se encuentra Nunca Jamás...

Una isla llena de magia y secretos. Hogar de los Pieles Rojas, de hadas, piratas, sirenas y... Peter Pan.

Antaño se habló mucho sobre este peculiar sujeto: «El niño que no quería crecer» lo llamaban. Y tal vez fuese así, pero no en esta historia.

Mejor comencemos por el principio.

Nunca Jamás, como ya hemos dicho, es una isla bastante peculiar. En primer lugar, el tiempo pasa de manera muy extraña por aquí. Las personas que nacieron en la isla, envejecen a un ritmo mucho más lento que una normal. Pero aquellas que vienen de fuera, no envejecen mientras permanezcan en ella y en la frontera del mar de Nunca Jamás. Sin embargo, sí llegan a envejecer si pasan un tiempo fuera, pero de una manera mucho más lenta.

Llegar a Nunca Jamás es algo raro. Muchos ni siquiera recuerdan cómo acabaron aquí. Al cabo de un tiempo, sus recuerdos del exterior quedan aislados en un rinconcito de su mente, incapaces de ser recordados.

Nunca Jamás parece una isla digna de un cuento de hadas para niños, pero lo cierto es que no lo es. Las sirenas probablemente intenten ahogarte. Los nativos de la tribu de los Pieles Rojas, te desgarrarían antes de que pudieras decir nada. Los piratas te robarían todo lo que tuvieras (aunque creo que eso es obvio). Y las hadas, buscarían cualquier excusa para echarte de su isla. Eso por no hablar de la cantidad de depredadores que puedes toparte en la selva.

En resumidas cuentas; no, Nunca Jamás no es un lugar paradisiaco, alegre y lleno de armonía y amor. Para nada. Pero desde la llegada de Peter Pan, ha sido un sitio mucho más agradable donde vivir, ya que el joven granuja es como el moderador de la isla. Cada uno a lo suyo y Peter a lo de todos.

Ni el propio Peter Pan recuerda de dónde vino o cuándo. Ha pasado tanto tiempo que pareciese que lleva en la isla toda su vida. Lo único sobre este chico que la gente tiene claro, es que nunca sabes por dónde te va a salir.

Un día está bailando con los Pieles Rojas y al otro gastándoles bromas junto a sus niños perdidos. Al siguiente lo ves coqueteando con las sirenas, y unas horas después no recuerda ni sus nombres. Un día es el mejor amigo de las hadas, y al otro no se pueden ni ver.

Oh, pero hay algo que nunca ha cambiado.

No existe ni un alma en Nunca Jamás, que no tenga claro, que Peter Pan y el capitán Garfio se odian a muerte.


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Peter & Garfio: El cetro del diablo [LRDN #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora