Capítulo 25: Te odio

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Dos de los piratas agarraron a Garfio de los brazos y lo sujetaron contra un árbol, sentado en el suelo. Garfio intentaba zafarse, pero era inútil. Elarh se acercó a él, regodeándose por la situación, como si lo tuviera a su merced.

—Te haría tantas cosas en este momento. —Acarició su rostro con un cuchillo, amenazante—. Siempre me he preguntado qué era eso que le hacías al capitán para tenerlo tan contento. —Todos se rieron—. Quizá puedas enseñármelo más tarde. Por ahora, dejaré que ellos jueguen contigo.

—¿No quieres empezar? —le preguntó uno de sus compañeros.

—No. El capitán lo quiere de una pieza, sería muy aburrido. Prefiero esperar para tenerlo a solas.

Garfio intentaba mostrarse fuerte, mirándolos a los ojos como si realmente no estuviera aterrorizado. ¿Para qué? Ni lo sabía. Quizá por orgullo. O tal vez era su forma de ser valiente. En cuyo caso, no suplicaría, no les concedería ese placer, y tampoco dejaría de resistirse, sin importar todo el daño que le hicieran.

—Pasadlo bien —concluyó Elarh, guiñándole el ojo.

Uno de los piratas se adelantó y le puso la mano en el cuello con demasiada brusquedad, trató de besarlo, pero Garfio lo mordió, al punto de que su boca se llenara de sangre.

—¡Maldito hijo de puta! —bramó el hombre adolorido, antes de pegarle un puñetazo.

Elarh se echó a reír.

—Se nos ha vuelto salvaje el niño —comentó, disfrutando de todo aquello—. Vais a tener que doblegarlo. Pero recordad que el jefe lo quiere de una pieza, así que respetad esa carita.

Ni siquiera esperaron para comenzar a golpear a Garfio, pero apenas pudieron darle un par de golpes, antes de salir disparados por los aires. Todos volvieron la vista y contemplaron a Peter, con la mayor expresión de cólera que le hubieran visto nunca.

Garfio pensó por un momento que le habían golpeado demasiado fuerte en la cabeza. ¿Peter había vuelto a por él?

—¡Matadlo! —bramó Elarh, siendo el primero en atacar.

Peter no tenía armas, pero no parecían hacerle demasiada falta. Era mucho más ágil y hábil que los piratas, cuyo estilo de lucha se basaba demasiado en la fuerza bruta.

Peter enredó sus piernas en el cuello de uno de los piratas y lo golpeó en la cabeza con el codo, cuando cayeron al suelo, rodó lejos de él antes de lanzarlo por los aires. Uno de los hombres más corpulentos, los agarró de los brazos por la espalda, Peter le dio un cabezazo y una patada en la espinilla, consiguiendo soltarse de un brazo. Le arrebató uno de sus cuchillos y se lo clavó en el ojo.

Hasta Garfio se sorprendió por la brutalidad con la que Peter peleaba. Desde luego no tenía problema alguno en mancharse las manos, no parecía inmutarse ni un poco ante los golpes y la sangre derramada.

Estaba muy enfadado.

Garfio trató de deshacerse de sus ataduras, aprovechando la situación. Uno de los piratas intentó agarrarlo, pero el cuchillo salió disparado contra su mano, atravesándola y clavándolo al árbol. Garfio lo uso para romper sus ataduras y golpeó al pirata, dejándolo inconsciente. A pesar del dolor en su abdomen, se unió a la pelea. Agarró al hombre que había intentado besarlo y le partió el cuello, para posteriormente escupirle en la cara.

Mentiría si dijera que aquello no fue una auténtica satisfacción.

Peter dejó inconscientes, o demasiado heridos, a la mayoría, y se enfrentó a Elarh, con una espada que le arrebató a uno de sus compañeros.

Peter & Garfio: El cetro del diablo [LRDN #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora