Capítulo 10: El bosque de pesadilla

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«Entrégame el arma y a Pan, y yo te devolveré tu barco y a tu querida tripulación».

—Garfio.

El pirata se sobresaltó al sentir la mano de Peter sobre su hombro. Apretó con fuerza el silbato y se cruzó de brazos, escondiéndolo.

—Oh. Buenos días —dijo tratando de sonar despreocupado—. ¿Has dormido bien?

Peter sonrió. Tenía su abrigo entre las manos. Campanilla le había contado lo ocurrido la noche anterior.

—Sí. —Le entregó el abrigo—. Gracias por esto.

Garfio lo tomó y guardó con disimulo el silbato en el bolsillo. La mirada burlona del muchacho lo puso nervioso. En su intento por disimular había sido extrañamente amable, pero Peter parecía haberlo interpretado más como un juego.

—Me dabas pena ahí tirado —trato de excusarse.

—Ya... —Peter le dio un repentino beso en la mejilla y se alejó—. Al final va a resultar que eres tierno y todo.

Garfio quedó mudo por un momento, y la vergüenza le hizo sentir irritado por la risita divertida de Peter. «Es exasperante» dijo en su cabeza nuevamente. Comenzaba a parecer un mantra para calmarse.

Campanilla lo miró desconfiada cuando se acercó. Parecía ser incapaz de comprender por qué se estaba comportando tan bien. No quería bajar la guardia con él, y, honestamente, Garfio tampoco.

«Esa pequeñaja me pone los pelos de punta» —pensó. Campanilla estaba siempre alerta (o casi siempre, porque Barbanegra se la había jugado anoche), preparada para lo que pudiera pasar. Garfio sabía que lo vigilaba bien de cerca y eso le ponía nervioso. ¿Realmente no escucho nada de lo que pasó anoche? No podía confiar en el dúo, podrían estar llevándolo a una trampa—. «¿Y si esto es todo un engaño?».

—¿Ahora qué? —preguntó, volviendo a la misión.

—Podemos seguir por aquí —dijo Peter señalando un camino que ascendía por la colina—. No estamos lejos.

—Dices eso mucho últimamente y aún no hemos llegado.

—Cuando lleguemos al Bosque de Pesadilla preferirás no haberlo hecho. —Garfio mentiría si dijera que eso no lo tenía inquieto. ¿Qué diablos había ahí?—. Vamos.

Garfio se puso su abrigo y comenzó a seguir a Peter en silencio. Ambos parecían bastante concentrados, cada uno en una cosa. Lo que no sabía el capitán del Jolly Roger es en qué estaría pensando Peter.

—Oye, Pan —lo llamó a medio camino—. ¿De qué va eso del bosque de las pesadillas?

—El Bosque de Pesadilla.

—¿Qué más dará? —Peter rodó los ojos—. ¿Qué es eso?

Peter y Campanilla compartieron una rápida mirada.

—Es un lugar que te hace revivir tus mayores miedos, los peores momentos... —Hizo una pausa—. Aquello que te aterra solo recordar.

Garfio se estremeció. Su peor pesadilla tenía nombre y ya lo visitó anoche.

—Entonces no tienes nada que temer, ¿no? El gran Pan no teme a nada. —Garfio habló con burla.

—Todos tenemos cosas que desearíamos olvidar para siempre.

«¿Los Pieles Rojas?» se preguntó Garfio. Comprendería perfectamente que no quisiera rememorar aquello, él huía de un recuerdo similar.

—¿Y tú? ¿Crees que podrás aguantarlo? —El tono de Peter sonaba a reto, como si estuviera jugando. Pero su expresión mal disimulada indicaba que aquello no era ningún juego.

Peter & Garfio: El cetro del diablo [LRDN #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora