¿Te portarias mal conmigo?

Una noche más en Berlín...

Me siento tan cansado, sepultado en las malditas sombras de mis sueños y quiero despertar... Ver a esa mujer siendo ahorcada y escucharla gritar mi nombre me está volviendo loco ¡Ya no lo soporto más, estoy harto de ella... y de su hijo también!

Espera... ¿Qué carajos fue eso? ¿Quién es? Escucho de pronto un sonido rechinante, por lo que asustado me giro a la oscuridad y un fuerte nerviosismo se apodera de mi cuerpo. De repente, siento calor y comienzo a sudar con repetidos escalofríos recorriendo mi espalda ¿Acaso sigo soñando? De pronto escuchó pasos y nuevamente el sonido de una puerta, pero esta vez cerrándose lentamente. El chirrido me molesta a tal grado qué comienza a darme migraña, despues siento que algo ilumina mi rostro y entonces aquella luz traspasa mis párpados.

- ¿Leon, estás bien? - empiezo a pestañear y abrir los ojos poco a poco, para después ver entre sombras a mi tonto Roomy Fritz Becker, iluminando mi rostro con la estúpida lámpara de su celular.

- Aleja esa mierda de mi rostro Fritz ¡¿Qué carajos te pasa?! - lo veo poner el celular aún con la lámpara prendida, en una mesa de noche. Veo la mesa y no me parece conocida, al menos no la de mi habitación ¿Dónde estoy, acaso no estamos en nuestra habitacion? Lo último que recuerdo fue que llegamos a los dormitorios... ¿O no fue así?

- Vaya... parece ser que solo de esta forma te despiertas, estuve mandándote mensajes, ¿por qué carajos no contestabas? La loca de la guardia de la entrada nos está buscando ¡Anda, levántate y vámonos!, ya es tarde...- con un tono de voz bajo y preocupado, lo escucho decir aquello, para después verlo salir silenciosamente por la puerta de donde entró, mientras apaga la lámpara de su celular ¿Maldito loco que le sucede?

De pronto siento una mano pequeña, más o menos alrededor de mi cintura, me giró asustado aún con los ojos entrecerrados y veo con la poca luz de la luna que entra desde la ventana, a una chica solo en tanga y con los pechos descubiertos.

- Mmmm... no le hagas caso, ven recuéstate conmigo, anda. - la chica me abraza y no me suelta. Oh no... ¿Ni siquiera sé con quién carajos estoy? ¿Hasta este punto he llegado?... Retiró su mano y la sábana, para después darme cuenta de que estoy completamente desnudo. Me levanto entonces con tremenda jaqueca e intento buscar mi celular.

- ¿En serio te vas a ir? - la chica se levanta y se queda sentada en la orilla de la cama, mientras se talla los ojos.

- Sí... - contestó escuetamente.

- Leon por favor, ¿qué tengo que hacer para que te quedes? - la chica entonces, empieza a hacer pucheros.

- Nada. En unas cuantas horas tendré un examen y no puedo faltar. - por fin encuentro mi celular, enciendo la lámpara y ubico con este el swich del foco ¡Por fin luz! De pronto me doy cuenta de que no estoy en mi habitación y los recuerdos empiezan a llegar.

- ¿De verdad me estás dejando por un tonto examen? ¡Creí que lo nuestro era sólido, Leon!

- ¿Qué tan sólido puede ser de la noche a la mañana... Alice...? - sin darle importancia, continúo buscando cada prenda mía que tire al suelo. Digo... Soy rápido desvistiendo y desvistiéndome, pero después es un lío encontrar mi ropa.

- ¡Annelize, me llamo Annelize...! - la chica me grita incrédula y molesta porque la he llamado con otro nombre. Carajo... olvidé su nombre.

- ¡Eso!... Escucha, solo quería sexo y nada más y estoy seguro de que tú también. Ahora, hazte a un lado y déjame vestirme o se hará más tarde. - la chica entonces se pone pesada y empieza a abrazarme, mientras me coloco los jeans. Carajo... aquí vamos.

- ¡Hey!, quédate quieta o te juro que todos sabrán lo fácil que eres, ¿Entendiste? - la despego de mi cuerpo, tomándola de las manos, mientras ella forcejea e intenta soltarse. Pero claro no puede, ya que su fuerza es mucho menor que la mía.