Un nuevo comienzo

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¿Cuántas posibles explicaciones podría dar un viejo sabio con respecto a lo que mis ojos ven ahora? ¿Cuánto sentimiento y agonía se puede escuchar de una alma en pena que acaba de morir? Y lo irreal... ¿Cuántas posibilidades hay de ver al amor de tu vida por última vez... cuando este ya esta muerto...?

- Fritz... Yo... - de pronto no se que decir ¿Esto es verdad? ¿Esto en verdad está pasando?

- Tan verdadero como que te queda poco tiempo, así que hablen lo que puedan y aprovechenlo ahora. - ¿poco tiempo? ¿de qué rayos está hablando ahora? La muerte saca lo que parece un reloj de arena y aquel lugar comienza a iluminarse, y entonces es ahí donde me doy cuenta que estamos flotando en la nada. Todo es tan irreal.

- No te asustes, no caerás. - siento como una helada mano toma la mía, tratándose obviamente de la de Fritz, haciéndome volver con él.

- ¿A que se refiere con que tenemos poco tiempo? - pregunto preocupado mirando el reloj de arena.

- Tu no te preocupes por eso ¿Acaso no estás feliz de verme? - pregunta Fritz con un dulce rostro pero a la vez triste mientras acaricia mi mejilla.

- Lo estoy, es solo que... aun no entiendo que sucede y tengo miedo de perderte otra vez.- tiro de él y lo acercó posesivamente a mi abrazandolo. - Te extrañe tanto... - comienzo a llorar desconsolado.

- Y yo a ti melenudo... Pero no quiero que estés triste ahora, de hecho me encantaría ver esa linda y coqueta sonrisa que siempre haces cuando piensas hacer alguna diablura.

- Lo haré si prometes que no te apartaras de mi lado.

- ¿Que pasa Leon, por que estas asi?, no pienso hacerlo.

- ¿Entonces porque suena como si te estuvieras despidiendo...?

- No lo hago... solo quiero ver tu sonrisa una vez más. - noto esta vez, que la mirada de Fritz se detiene en el reloj y entonces me doy cuenta de que yo tenía razón, él se irá y yo me quedaré aquí vagando por la eternidad...

- ¿Cuánto tiempo nos queda...? - le pregunto, tomó su rostro y lo observó fijamente a los ojos.

- Poco menos de 5 minutos... - su rostro ahora está igual de triste que el mio.

- Te amo Fritz y jamás dejaré de hacerlo... - lo acerco a mis labios y comienzo a besarlo, comprendiendo ahora lo que sucede y resignandome a lo que me depara.

Sus labios al principio son fríos, pero estos de pronto comienzan a saberme cálidos, tan cálidos como un sorbo de café por la mañana, o los mismísimos rayos del sol. Los comienzo a saborear y entonces, estos se vuelven frescos como el primer beso que nos dimos en nuestra habitación cuando regresé del hospital.

Cierro los ojos y esa imagen se plasma en mi mente, haciéndome vivirla de nuevo, después pasa a aquella donde lo besé en la parte de arriba del escenario, recordándome un impresionado Fritz con las mejillas y labios rojos.

Y por último, me viene aquel recuerdo de un beso apasionante, cálido, con bastante lujuria y a la vez romántico, aquel que empezó en la cabaña y continuó encendido hasta hoy...

De pronto un brillo extraño que proviene desde arriba, comienza a encandilar mi vista haciéndome abrir los ojos.

- Es hora Leon... - de repente algo jala a Fritz retirandolo de mi y rápidamente, por lo que lo tomó de la mano mientras un sonido fuerte y estruendoso parece golpear el techo de aquel lugar, ya que este se cuartea dejando ver una capa brillante.

- ¡¿Qué sucede? ¿A dónde irás?... ¿Te veré de nuevo?! - noto como los ojos de Fritz comienzan a brillar, como si lágrimas quisieran salir de ellos.

¿Te portarias mal conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora