El descenso de un león

3 0 0
                                    

Me encuentro nuevamente caminando por aquel frío, lluvioso y oscuro bosque el cual conozco como la maldita palma de mi mano, ese donde todo comenzó. Sin importarme, me dirijo hacia el puente donde seguramente mi dos verdugos están esperándome, pues ahora soy yo quien los busca y no necesito más invitaciones.

- Vamos, no sean tímidos ahora, quiero ver que tienen para mí esta vez, ¡malditos perros! - con una sonrisa burlona y desafiante pose, comienzo a incitarlos a venir hacia mi.

Pero al ver que no llegan, me recargo colocando mis brazos en el viejo puente donde aun la rueda de mi bicicleta sigue rodando, mientras veo como el río corre rápidamente por debajo del puente, hasta que de pronto, unos gritos desesperados se escuchan a lo lejos, pero cuando estos se van acercando, comienzan a serme familiares.

- ¡Ayuda! - escucho aquella voz y me giro rápidamente hacia atrás.

De pronto aparece Fritz siendo arrastrado por el río, por lo que rápidamente y sin pensarlo, saltó al agua para rescatarlo, pero entonces, veo que se hunde y acto seguido me sumerjo para sacarlo. En cuanto lo hago, intentó regresar con él a la orilla del río, pero entonces el río comienza a hacerse más fuerte que yo, arrastrando a ambos a la corriente nuevamente.

- ¡Leon, dejame, sal de aquí o te hundirás conmigo! - dice Fritz preocupado mientras la corriente continua llevándonos.

- ¿Y eso que? Moriría feliz, no puedo creer que estés aquí. - a pesar de la situación en la que nos encontramos, yo me encuentro feliz de verlo una vez más, pues curiosamente no he podido soñar con él hasta ahora.

- Leon, por favor, no te hagas más da... - de pronto algo lo sumerge interrumpiendolo, por lo que me sumerjo también y me doy cuenta de que Brant lo está jalando de la pierna hasta el fondo.

- ¡Suéltalo, maldito! - grito dejando salir algunas burbujas de mi boca, pero Brant me sonríe malévolamente mientras este continúa jalando a Fritz al fondo.

Yo intento tomar la mano de Fritz, pero me es imposible, pues pareciera como si su mano fuera solo un holograma, ya que no puedo tomarla y cada vez veo como Fritz va perdiendo oxígeno mientras desciende.

- ¡No, no, no, Fritz, amor, aguanta! - grito desesperado.

Brant desaparece entre la penumbra del fondo del río y por más que nadó hacia abajo, Fritz comienza a perderse entre la oscura profundidad, viendo como sus ojos comienzan a perder aquel brillo. Sus manos extendidas hacia el cielo y su tierna mirada se convierte en una de sufrimiento agónico. Fritz... digo desconsolado.

De pronto y desde arriba, unos rayos de luz comienzan a iluminar el río, por lo que volteo y empiezo a escuchar mi nombre "Leon, Leon, Leon". Comienzo a sentir que me hace falta oxígeno y entonces siento que alguien tira de mí hacia arriba, sacándome rápidamente de aquel horrible lugar.

Al abrir los ojos, me doy cuenta de que me encuentro en el jacuzzi de mi baño y a un lado de mi se encuentra mi madre salpicada de agua, con la mirada asustada y apunto de llorar, por lo que sin más comienza a llorar desconsoladamente cuando observa que la estoy mirando confundido, para después abrazarme.

- ¿Qué es lo que intentabas hacer, cielo? - dice mi madre aun llorando.

- No lo sé, tal vez me desmaye mientras tomaba un baño... - digo sin saber qué fue lo que pasó, realmente no recuerdo haberme levantado del piso y después meterme siquiera al jacuzzi.

- No, no digas mentiras, tienes aun la ropa puesta... - miró hacia abajo y efectivamente me encuentro con la misma ropa que tenía cuando la vi la ultima vez, despues miro la ventana del baño que da hacia la calle y noto que hay más luz que hace un momento ¿Que carajos paso?

¿Te portarias mal conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora