Después de nuestra tardecita de locuras y embriaguez en uno de los bares del centro de Bora Bora, Fritz y yo como pudimos regresamos al hotel mientras los demás seguían bebiendo sin parar.
Con respecto al asunto de Kanno, después de 3 cervezas dejó de vernos extraño y comenzó a relajarse un poco más. Aunque siendo sincero me da igual que se de cuenta, tal vez así entienda que no quiero nada con Tyra.
Al llegar al hotel, mi celular comenzó a sonar, al revisarlo me di cuenta de que se trataba de Kelly, por lo que tomó la llamada.
- Hola Kelly.
- Espero no estar interrumpiendo algo. - ríe nerviosa.
- No, para nada, de hecho acabamos de llegar de un bar.
- Que bien ¿Que tal estuvo su día?
- Con demasiada compañía diría yo.
- ¿Por qué?
- Te lo decimos en la cena, no queremos hacerte esperar ¿Ya estás lista?
- Si, solo me despido de unas amigas y listo.
- Está bien, te veremos en la entrada del restaurante. Besos. - cuelgo.
Ambos vamos rápidamente a nuestra habitación, la cual elegimos que sería la que Fritz tomó después. Yo me puse un pantalón de manta un poco flojo, unas sandalias, una camisa de vestir tinta y el cabello recogido, mientras Fritz llevaba puesta una camisa de vestir de manga corta color verde pistache, unas bermudas beige y unas sandalias.
Llegamos justo para la cena, pues ya eran casi las 10 de la noche. El lugar que eligió Kelly se veía de maravilla, siendo un restaurante con música caribeña al aire libre, junto con esas fogatas enormes en cada pilar y millones de luces de noche alrededor. Llegamos a la entrada y Kelly aún no se encontraba, por lo que Fritz comienza a marcarle, pero de pronto aparece ella con un largo vestido de seda de color ambar, con lentejuelas en la parte de arriba y tomado del cuello solamente, exponiendo por completo su espalda.
- Hola chicos ¿No me tarde mucho? - dice de pronto Kelly mientras Fritz y yo nos quedamos con la boca abierta, por lo linda que se ve.
- No, de hecho acabamos de llegar. Woow Kelly que bien te ves. - dice un sorprendido Fritz. Vaya, parece que no soy el único que se fijó en lo hermosa que se ve.
- Si, Fritz tiene razón, te ves espectacular. - digo mirándola de arriba hacia abajo.
- Gracias chicos, ustedes siempre saben qué decir... - apenada se toma del cabello y lo hace hacia atrás de su oído.
- Pues bueno ¿Qué esperamos aquí para entrar? Adelante. - con galantería, Fritz coloca su brazo y yo por igual, para que Kelly se sostenga de ambos.
¿Se supone que esto debería ser extraño? Ambos tomados de la chica que de alguna manera nos hace feliz a ambos... Suena extraño, pero el tiempo que nos tomó aceptar todo esto, valió la pena.
Llegamos a una mesa y caballerosamente muevo una silla para que Kelly tome asiento y después entre sonrisas hago lo mismo para Fritz, pero él se sonroja demasiado y me mira sonriendo como solo sabe, con aquellas mejillas y labios rojas.
- Gracias... - dice de pronto un apenado Fritz.
- No hay de que. - le sonrió coqueto.
Le contamos a Kelly como estuvo el dia con lujo y detalle y cuando llego a la parte donde Fritz y yo nos perdimos en la otra isla, alcanzó a notar cómo de pronto se pone roja e incluso la veo presionar la servilleta que tiene en la mano derecha con cierta intensidad ¿Estará molesta? Por lo que decido callar.
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¿Te portarias mal conmigo?
Novela Juvenil¿Que tan bajo se tiene que caer, para poder ver la redención de nuestros actos? ¿Hasta donde se tiene que llegar para ser perdonado y quedar libre de pecados?... Sobre todo cuando sigues cometiendo más y más... Pero eso no importa, por que en mis pa...