Prologo

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Gulf estaba asustado corrió escaleras arriba con su hija en brazos, abrió la puerta de su habitación y la metió allí a toda prisa.

-Cierra la puerta por dentro y no habras hasta que yo te lo diga.

-No papi- lloraba la niña -No quiero que bajes, no lo hagas por favor- la pequeña se agarro a sus piernas dejando que las lágrimas fluyeran con mucho dolor -No dejes que vuelva hacerlo.

-Mi amor, tengo que hacerlo... No puedo permitir que te dañe a ti- le acaricio los cabellos con mucha ternura, en eso se escucho el golpe de la puerta de la entrada cerrarse de golpe -Métete, cierra la puerta y no abras pase lo que pase.

El pelinegro se cercioró que la pequeña hubiera cumplido con lo que le pidió y bajo a toda prisa al comedor, Mew, su marido estaba de pie junto a la mesa, empapado por la lluvia que estaba cayendo afuera y apestando completamente a alcohol, el hombre miro el plato que estaba sobre la mesa y le pego un manotazo tirándolo al suelo.

-¿Llamas a eso cena?- se giro a mirarlo -No puedo creer que pretendas que yo me coma esa porquería - se acerco hasta donde estaba Gulf y lo tomo del cabello tirando de el hacia atrás, para luego empujarlo contra el suelo.

-Lamento que no haya sido de tu agrado, te prepararé otra cosa

-Demasiado tarde Gulf- grito nuevamente Mew pegándole una patada en costado izquierdo -¿No soy un buen marido?- ahora le dio un golpe en la nariz provocando que sangrara -¿No traigo dinero a la casa para ti y para la estúpida niña que tenemos como hija?- le pego una cachetada -¿De esa manera me pagas que cuide de ti?- le dio una fuerte patada en el vientre que albergaba a su segundo hijo.

Ese ultimo golpe hizo que gritara de forma ensordecedora, Mew se puso nervioso al escucharlo y lo agarro por el cuello con ambas manos, apretando con fuerza, cuando vio que Gulf ya no podía respirar lo soltó sin ninguna ceremonia.

-¿Estas viendo lo que me obligas hacer?- lo acaricio con cariño como si no hubiera hecho nada para lastimarlo -Por tu culpa he podido hacerle daño a nuestro hijo - volvió a levantar la mano amenazando con volver a pegarle -Tienes suerte que lleves en tu vientre a mi hijo sino ya te hubiese matado- le dijo escupiéndole la cara y pegándole una pequeña patada en la pierna para luego irse hacia la puerta de entrada -Me voy a casa de Aoey, quizás allí si pueda comer algo decente, mas te vale que cuando vuelva este todo ordenado y que la tu estúpida hija no este despierta, tengo planes contigo esta noche- termino de salir cerrando la puerta de un golpe.

Al escuchar el sonido de la puerta, la niña salio de la habitación y bajo con cuidado las escaleras, al ver a su papi tirado en el suelo, con sangre en la cara y llorando corrió hacia donde estaba el muy preocupada.

-Papi...

-Te dije que no salieras de tu cuarto- sollozo Gulf acariciándole el cabello.

-Papi... ¿porque nos haces esto?- lo abrazo con fuerza la pequeña -¿Porque papá ya no nos quiere?- se acurruco llorando al lado de su papi.

-No lo se Thali... Pero te prometo que las cosas cambiarán pronto...

-¿Cuando? ¡Llevas diciéndome lo mismo por tres años! ¡Papi tengo mucho miedo!

-Mañana las cosas serán diferentes, ya lo veras confía en mi corazón si...

La niña ayudo a Gulf a curarse el rostro, le coloco ungüentos en las zonas que su padre lo había golpeado, también ayudo a recoger el desastre que el hombre había dejado en la casa mientras que su papi se tomaba un té tratando de calmar sus nervios, incluso lo ayudo a llevarlo a su habitación y meterlo en la cama, se marcho a su cuarto y se volvió a encerrar en el para luego asomarse en la ventana y ver el reflejo de la luna y comenzar a llorar.

Cambiando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora