Prólogo

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Oscuridad.

De eso se trataba todo. No era de poder o siquiera de ambición, la oscuridad era necesaria. La oscuridad es parte de nosotros.

¿Nunca te has preguntado que son esos escalofríos que sientes en la nuca por momentos? ¿Cuando tu piel se pone de gallina? ¿Cómo una leve electricidad traspasa tu cuerpo?

La oscuridad puede no tener una forma fija, pero es una sombra, un parásito que se cuela en el corazón de hasta la persona más pura.

La pregunta es: Cuando la oscuridad llega, cuando entra en la ciudad, ¿Pueden los héroes resistirla? ¿Puede acaso el amor vencerle?

La oscuridad apela a nuestros instintos, si hay algo más relacionado con el hombre es ella. La tentación, la ira, la avaricia, la oscuridad ha estado antes que la luz, y se quedara después de ella.

Y ellos no saben lo que esta sucediendo, se encuentran confiados, creyendo que soy el mayor de los peligros: Peter el loco, Peter el villano. Pero, ¿Qué es lo que me hace el malo? ¿Qué es lo que les hace los buenos?

Lydia Martin, toda su vida creyendo que era una esquizofrénica, yo fui quien le ayude a sobrevivir a esas noches de tortura, yo la moldee, yo la convertí en lo que es, no puede darme la espalda.

Esa chica no sabe cuan importante es, prefiere proteger, salvar a sus amigos, cuando lo que realmente debería de estar haciendo es aceptar lo que se viene, nadie puede detener a un Tsunami.

Scott, Allison, Stiles, Isaac, Derek, todos ellos, están luchando por detener algo que no puede ser detenido, están luchando contra algo más grande que ellos.

Y cuando la oscuridad llegue a la ciudad, veremos quienes son en realidad, la oscuridad y la luz tienen el mismo rostro, dijo alguien una vez, no puede ser más cierto.

Conozco la oscuridad en Lydia, como ella conoce la mía, pero se niega a aceptarlo, en cierta forma, todo héroe se niega aceptar la realidad: Ellos no existen.

Los héroes son villanos ilusos, que creen que pueden hacer el bien, cuando solo traen dolor.

—Entonces, ¿Cuál es el verdadero plan? —preguntó Valack, con una fría sonrisa desde su asiento.

Peter miro más allá de la celda, hacia la puerta, su mirada perdida, pero resplandeciente de triunfo.

—Le demostrare a Lydia la verdad —le contestó, una sonrisa torcida y cruel—. Le demostrare que los héroes no existen, y que si existieran, ella no sería uno de ellos.

—Y luego... —comenzó Valack—... ¿la chica morirá?

Peter torció levemente la cabeza hacia un lado, viendo a un guardia pasar. Parecía curioso como todas las piezas se habían movido exactamente donde había predicho.

Nunca había creído en el destino, ni en la suerte, el creía en algo llamado: estrategia. Los fuertes sobreviven, los débiles perecen, la ley de la selva.

El siempre fue el Alfa, incluso después de que se lo quitaran, el fue el Alfa. Nadie le quitaría ese poder, porque a diferencia de Derek, de Talía y de Scott, el no tenia reparos en ir a por lo que quería.

Y quería a Lydia.

Quería sentir su frágil cuello entre sus dedos mientras escuchaba el último aliento abandonar su cuerpo, quería ver su blanca piel palidecer en la mortedad del momento.

Pero antes había algo que ella debía hacer, algo para lo que había nacido, y luego...

—Morirá —le dijo a la nada

Valack sonrió a un lado, pero el lo ignoro. El era un mero instrumento en su partida de ajedrez, una partida que había estado jugando desde hace mucho tiempo atrás. Una partida en el cual el era el rey, y Lydia su reina.

Y a veces, el rey, tenia que sacrificar a su reina para la victoria.

Por breves momentos, una parte de el tenia pensamientos débiles, quizás, solo quizás, Lydia merecería tener un final feliz, quizás merecería conseguir al amor, casarse y tener un hijo de cabellos rojizos y ojos verdes.

Pero ella estaba destinada a algo más, estaba destinada a ser un peón importante en el juego que estaba por venir.

Un juego donde todos estarían n pie luchando, las líneas se habrían dividido, los Villanos y los Héroes trabajaran juntos, por un objetivo en común: La victoria.

Y cada habitante de Beacon Hills seria un peón de este tablero, y como peones, serian los primeros en moverse, los primeros en ser sacrificados...

Los primeros en morir.

—Esos chicos no están preparados para lo que esta por venir —susurró Valack—, pero tú tampoco.

—¿A que te refieres? —le cuestionó. Valack había demostrado ser una pieza clave del todo, con su extraño tercer ojo, este podía predecir hasta los futuros más inciertos y oscuros.

Este cerró sus ojos, mientras liberaba la venda que escondía la atrocidad, la deformación, el acto más violento cometido contra uno mismo. Sabía la oscura verdad del porque estuvo encerrado en Eichen House, se había realizado una trepanación para poder revelar ese tercer ojo, uno que lo llevo a la peor de las locuras, a las más temibles oscuridades.

—Lydia será un día la causante de tú muerte, Peter —le susurró este con una voz que se deslizó por toda su columna, enviando leves ondas de escalofrió—. Pero su unión con sus amigos, sellara el destino de ellos. He visto su futuro, he visto el tuyo, para ninguno de los dos puedo prever felicidad.

Este bajó la mirada un largo momento

—¿A que te refieres? —preguntó

—Son breves imágenes —continuó Valack, con voz lúgubre y misteriosa—, que pasan tan rápido que son imperceptibles, veo a Lydia, y a un chico, esta frío al tacto...

«Por favor, no me dejes»

—Le escucho decir —su voz fue bajando una octava mientras continuaba—, esta llorando, lágrimas de dolor descoloran la imagen, en medio de todo, te veo de pie, alzado entre la multitud de cuerpos, cuando algo sucede y todo se vuelve oscuridad.

—Eso no dice que moriré —repusó el, cuestionándose de que momento exactamente estaba hablando—, solo dice que Lydia sufrirá, es lo justo, ser una Banshee es sufrimiento, lo aceptara con el tiempo.

Le vio abrir los ojos y alzar una ceja

—¿Lo hará? —Le preguntó— ¿Cuántas personas puede perder Lydia Martin, para que deje de ser Lydia Martin? La respuesta a esa pregunta, será la clave de tu victoria... o de tu derrota.

Despierta | Teen Wolf #5|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora