Las oscuras sombras se mezclaban, creando formas terroríficas y escalofriantes. El frio de la noche golpeaba las ventanas de la mansión de Katashi, mientras este se paraba frente a la ventana, mirando a través de ella a su jardín.
Guardias uniformados se movían como ninjas, a la espera de un enemigo que él sabía que tarde o temprano llegaría.
Había dado un paso en falso esa tarde, le había obsequiado al enemigo su posición. Un error de novato. No esperaba que Christopher apareciera, no esperaba volver a verlo.
Pero se lo debía.
Él había salvado su vida, y merecía tener la oportunidad de salvar la suya y la de su hija. Pero era demasiado inocente, pensando que se puede detener al diablo.
Porque eso es lo que no saben.
Eso es lo que no les dijo.
El Nogitsune no es solo un demonio astuto, es el mismo diablo. Él ser más ruin de las profundidades de su cultura, alguien que ansia el caos, el miedo y el dolor. Y que va a buscar destruirlos uno a uno, quebrándolos, dejándolos en la oscuridad.
Por la mirada que pudo ver en ellos esa tarde, se dio cuenta de que había comenzado a hacerlo. Ellos quizás no se dieran cuenta, pero lentamente cada uno se había volteado a la oscuridad, algunos para ser más fuertes, otros, porque debían de hacerlo.
El riesgo era que, si pasas demasiado tiempo con la oscuridad, esta terminará apagando la luz que tienes en ti. Y eso sería lo peor que podría suceder. Porque si el Nogitsune gana, si los quiebra...
No habría esperanzas para ninguno de ellos.
—Te estaba esperando —dijo, su voz no tembló en ningún momento. A pesar de que algo en su corazón vaciló. No esperaba que llegara tan pronto, eso era cierto. Pero si moría, lo haría con honor.
Moriría sabiendo quién se escondía detrás de las sombras.
Girándose, lentamente, se encontró con una figura a varios pasos de él. Vestía completamente de negro, pero pudo divisar en su cinturón una espada fina. Una katana.
—Ellos descubrirán quién eres —le dijo Katashi, mientras movía su mano hasta llegar a su espada, la cual reposaba en su asiento—, hemos comenzado esta batalla en el pasado... la acabaremos ahora.
Saco de un tirón su espada y se preparo, mientras veía a la criatura hacer lo mismo.
—¡Tú los trajiste a este mundo, y me asegurare de que no los lleves contigo! —fue su último grito antes de lanzarse a por el Nogitsune.
Sus katanas chocaron, el sonido repiqueteo en toda la habitación. Parecía una danza perfectamente coreografiada.
Ambas espadas desafiándose a la otra, en un baile tan antiguo como letal. Ninguno cedía terreno, ninguno aflojaba su agarre.
Ambos eran buenos en ello, pero lo que él no sabía, era que el Nogitsune era mejor.
Porque a él le faltaba algo que a Katashi no:
Honor.
La espada choco, mientras la fuerza de una se sobreponía con la otra, empujando, rompiendo, gritando.
La habitación solo tenía los sonidos de las respiraciones, los jadeos, el choque de las espadas y el olor a miedo y a victoria que destilaba el aire.
Katashi retrocedió otra vez, mientras su terreno decrecía cada vez más. No demostró terror en su mirada, solo fría determinación.
La criatura le hizo girar hasta que su espada cayó a un lado, y el al suelo.
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Despierta | Teen Wolf #5|
Fanfiction❝Perderás tu mente❞ |No se permite adaptación| Libro #5 de Teen Wolf|