—Las cosas han vuelto a la normalidad —Dijo Scott, su voz carente del habitual júbilo que siempre la impregnaba—. No estoy seguro aun del cómo, pero lo hicieron. Aunque es difícil darse cuenta de ello, luego de todo lo sucedido, es difícil volver a algo que parece tan lejano y antinatural. Ya ha pasado una semana. Chris se ha ido, no podemos encontrarle, y ni siquiera creo que quiera ser encontrado.
Trago saliva
—Todos vamos a clase, fingiendo que nada ha pasado. Pero todo el mundo parece saberlo —Continuó él, con pesar—. Caminas por el pasillo y nadie te sonríe. Nadie se está riendo. Tienes la sensación de que todo el mundo puede sentir que algo viene. Solo que no sabes lo que es, o cuan malo será.
Dejo que sus ojos se extendieran ante lo que estaba frente a él, el dolor era visible en su rostro. Un rostro que no mostraba cicatrices visibles, pero que las había, profundamente en su interior estaban allí.
—Cada vez que siento como si tuviera que decir algo, o hacer algo al respecto, me encuentro buscando a Stiles. Como si ambos pudiéramos encontrar una solución brillante para remediar todo lo que sucedió —Hizo una mueca—. Pero entonces, recuerdo que no nos hemos hablado desde lo ocurrido. No creo que nadie sabe que decir realmente luego de lo que pasó. Y quizás, esa es la razón por la que ninguno habla con el otro. A veces ni siquiera nos notamos entre nosotros. Pero creo que alguno de nosotros estamos de acuerdo con eso. Porque al no estar hablándonos, se nos hace fácil guardarnos secretos. Aunque no son mentiras, no creo que lo sean. Es más como mentir por omisión.
Se frotó las manos, nervioso
—Aunque la peor mentira es para Lydia —Confesó—. Porque nadie le dijo que te sucedió realmente. Aunque por otra parte, tampoco se lo dijimos al sheriff. Con Deaton creemos que tú muerte no tiene relación con Peter o el Nogitsune, fue alguien más. Y si Lydia supiera la verdad, intentaría investigarlo por su cuenta. Así que Deaton está buscando por todos sitios alguna información sobre lo que sucedió en realidad.
Scott miró la tumba de Allison a unos pasos de él, la misma se alzaba, triste y gloriosa a la vez. Y se pregunto cómo eso era posible. La rosa que llevaba en su mano le ardía, un claro recordatorio de quien estaba frente a él. Había fallado. Había jurado protegerla, y lo había arruinado.
—Pero todos los caminos parecen llevarnos Eichen House, y la última vez que Lydia estuvo allí, casi es asesinada —Le dijo—. Aunque parece ser que no somos los únicos buscando respuestas. El sheriff está buscando a un asesino que ha matado a varios estudiantes. Aunque nadie sabe exactamente que están buscando. Algunos sospechan de un asesino en serie. Otros probablemente piensen que es algo peor.
Su rostro hizo otra mueca, revelando los conflictivos sentimientos que asolaban su corazón.
—Mientras tanto, Kira está haciéndolo bien. En realidad, mejor que bien. Ella está curándose rápidamente, está cada vez más fuerte —Dijo—, ella no necesita nuestra ayuda. Y no creo que la quiera de todos modos.
Suspiró, afligido
—Todavía no he escuchado nada de Malia, y me estoy poniendo más y más preocupado por Lydia. Sé que algo viene, y todo lo que puedo pensar es: ¿Cómo podré salvar a alguien, cuando ya ni siquiera tengo una manada?
***
En un lugar hecho de sombras, y miedo, una chica caía al suelo gruñendo del dolor. Sus ojos, como los de un animalillo asustado, miraban todo su entorno. Aunque apenas podía moverse.
—Por favor... —susurró. Unas figuras comenzaron a acercarse. Parecían hechas de de partes mecánicas. No tenían rostro, se encontraba cubierto por unas escalofriantes mascaras.
La chica retrocedió, luchando contra la maquina que sujetaba su pierna. Sentía las afiladas agujas incrustadas en su pierna. La sangre se olía en el aire.
—Por favor, por favor... —Suplicó clemencia
Logró liberarse de la trama, y retrocedió aun más, levantándose de golpe.
—Su condición es terminal —Repetían una y otra vez, con voz mecánica las tres figuras que no cesaron su camino hacia ella.
La chica retrocedió aun más y corrió hacía la entrada, empujó su camino fuera, reconociendo las alcantarillas.
Tenía que encontrar una salida, tenía que hallarla. Empujó otra de las puertas, y corrió por la larga alcantarilla. El agua corría por la misma, sus piernas se mojaron, pero siguió sin importarle, dándole la bienvenida al frío.
Mientras corría, miró a los costados para divisar alguna escalera que la llevara a la superficie. A su vez, intercalaba la mirada detrás de sí, viendo como las figuras caminaban aun hacía ella. No preocupadas en absoluto por su huida.
Su respiración se agitó. Hasta el punto en el que creyó que sufriría un infarto.
Sería mejor un infarto a lo que ellos te harán. Pensó ella. Cuando por fin encontró la escalera, luchó por subirla, viéndolos acercarse cada vez más.
Concéntrate. Concéntrate.
Llegó a la parte de arriba, y luchó para abrir la escotilla, la cual se aferraba cruelmente. Vio hacía abajo, viendo como uno de ellos comenzaba a subir.
Ella gruñó, su visión borrosa por las lágrimas y empujó con todas sus fuerzas.
La escotilla se abrió, y ella consiguió salir. Apenas la cerró detrás de sí, corriendo lo más que pudo por las desoladas calles de Beacon Hills.
Un poco más se dijo Un poco más y llegarás.
Mientras corría, supo que ellos aun la seguían. Su mente estaba preparada sin embargo, a pesar del terror absoluto que la recorría.
Girando en la esquina, se chocó con un chico el cual salía del cementerio.
—¡Hey! ¿Estás bien? —Le pregunto este, viendo la expresión asustada de su rostro.
Ella negó
—Me están persiguiendo —Dijo ella temblorosa—, por favor, ayúdame.
El chico asintió
—Claro que sí —La tranquilizó, ella miró detrás de sí para ver si las figuras se acercaban—, ¿Quién te sigue?
—Los doctores... los Doctores del terror —Susurró, temblorosa, mirándole
—¿Cuál es tu nombre? —Dijo él
Ella tragó saliva
⦁ Tracy, Tracy Stewart —Contesto la chica.
El chico sonrió, y le dio una mirada
—Soy Theo... Theo Reaken —Le dijo él, la chica asintió, queriendo solo salir de allí—, y lo siento, Tracy. Pero no puedo dejarte ir.
Tracy le miró, de repente asustada. Cuando le había visto por primera vez, le había parecido un ángel. Ahora parecía más el diablo.
—¿Por... por qué? —Pregunto temblorosa
La sonrisa de Theo creció lentamente y le dio una mirada escalofriante.
—Porque tu condición es terminal —Los ojos de ella se abrieron de golpe, e intento retroceder, pero ya era demasiado tarde.
Las figuras aparecieron de la nada y sujetaron sus brazos, mientras una de ellas le clavaba una jeringa en el cuello.
Tracy gritó antes de caer al suelo.
***
En su habitación, en plena oscuridad, Lydia se despertó de golpe. Su respiración agitada, sus cabellos despeinados y su vista perdida.
El sonido regresó, más fuerte que nunca, como aquel día de hace tanto tiempo atrás.
La presión creció, su corazón parecía explotar.
Abrió su boca.
Y gritó.
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Despierta | Teen Wolf #5|
Fanfiction❝Perderás tu mente❞ |No se permite adaptación| Libro #5 de Teen Wolf|