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one.

01. | boleto al infierno

El Distrito Nueve estaba tranquilo, hasta que el sonido de una bocina fuerte despertó al Distrito dormido. Vixen dejó escapar un gemido mientras se ponía de lado, mirando por la ventana de su habitación. Sabía que hoy era el día que había estado esperando en los últimos trescientos sesenta y cinco días. El día en que pudiera iniciar su plan de venganza contra los tributos que le habían quitado a su familia, y darle a Capitolio un espectáculo que nunca olvidarán. O un espectáculo que perseguiría cada parte de su ser hasta que murieran.

La cosecha.

Ella mira por la ventana por unos segundos más, hasta que su reloj despertador le chilló. Ella puso los ojos en blanco mientras presionaba el botón del reloj para silenciarlo. Se quita las mantas y se levanta de la cama. Se pasa los dedos por su cabello largo y oscuro y camina hacia su armario, antes de sacar un vestido color canela, que tenía un hilo de tela que se ataba alrededor de su cintura. Lo arroja sobre su cama, antes de arrodillarse y agarrar un par de zapatos color canela para atar. Los deja junto a su cama.

Al salir de su habitación, camina por el pasillo y se dirige hacia la habitación de su hermana pequeña. Toca la puerta un par de veces, gritando su nombre, pero todo lo que obtiene en respuesta es Carina gimiendo. Vixen no necesita mucho para irrumpir en su habitación, quitarle las mantas y arrojarle la ropa de la cosecha. Le da una mirada mientras se dirige hacia la puerta, pero ella solo le sonríe.

Ella comienza a caminar hacia la habitación de su hermano mayor, pero la puerta de su habitación se abre de golpe y él se apoya contra el marco de la puerta. No tiene camisa y su cabello está desordenado. Ella cruza los brazos sobre su pecho mientras lo mira y él solo le da una sonrisa llena de dientes.

—No deberías estar sonriendo, Isaiah —Vixen chasquea mientras se da la vuelta y regresa a su habitación. Podía escucharlo soltar una risita y se gira para mirarlo de nuevo, dándole una mirada furiosa.

—Y tú no deberías arrugar tu cara de esa manera, te causa arrugas —Isaiah le dice y ella pone los ojos en blanco. Ella lo mira, antes de entrar a su habitación y cerrar la puerta. Pudo escuchar a su hermano mayor reír de nuevo, antes de cerrar la puerta también. Vixen camina hacia la puerta del baño que ella y su madre compartían y rápidamente salta a la ducha.

Usa un champú de lavanda que su madre había comprado en el mercado y exprime una pequeña cantidad en su mano, antes de pasárselo por el cabello. Las gotas de agua caliente golpean su cuerpo desnudo mientras limpia toda la suciedad que se ha acumulado al trabajar en el campo con sus hermanos. Ella deja escapar un suspiro mientras continúa lavando la suciedad y la mugre y luego cierra el grifo. Ella alcanza la encimera y envuelve la toalla alrededor de su cuerpo desnudo.

Al abrir el botiquín, Vixen toma su cepillo de dientes y le pone un poco de pasta de dientes. Lo pasa por debajo del fregadero, antes de cepillarse los dientes. Después de unos buenos tres minutos, Vixen se enjuaga la boca y regresa a su habitación. Se pone el vestido por la cabeza y se para frente al espejo. Ella comienza a dividir su cabello a la mitad y a hacer una trenza francesa en una parte.

Una vez que está lista, sale de su habitación y baja las escaleras a la cocina. Ella descubre que todos sus hermanos están listos y, por lo tanto, su madre. Ella le da a su madre una pequeña sonrisa, antes de que todos salgan de la casa. Su hermana pequeña, Carina, camina delante de ellos, mientras que Vixen está al lado de su hermano. Su madre se cuelga detrás de ellos mientras se dirigen a la plaza del pueblo y Vixen se encuentra con los ojos de algunos de sus amigos. Ella les da una sonrisa mientras camina hacia el área de registro con sus hermanos.

Era el último año de Isaiah en tener su nombre en la Cosecha, así que con suerte saldría vivo. Él le da su dedo al agente de la paz y lo pinchan por su sangre, antes de enviarlo hacia su sección. El resto de la familia Rivers también lo hace, y Vixen lleva a sus hermanas hacia su área. Ella las guía hacia su grupo de edad, antes de caminar hacia la sección de diecisiete años. Se para junto a su amiga, Tarin, antes de que miran hacia el Edificio de Justicia, viendo como su escolta del Capitolio se dirige hacia el micrófono.

—¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos, bienvenidos! ¡Ahora espero que todos estén tan emocionados como yo con los juegos de este año! —Lyra Spark canta en el micrófono, pero todo el Distrito Nueve está en silencio. Todos ellos la juzgan mientras miran a la colorida mujer. Se aclara la garganta antes de volver a sonreír—. ¡Sigamos con las festividades, ¿de acuerdo? —Pregunta mientras camina hacia el cuenco de cosecha del tributo masculino. Vixen mira hacia su hermano, antes de regresar al escenario, viendo como Lyra camina hacia el micrófono—. Y nuestro afortunado es... ¡Flint Roxen! ¡Sube, cariño!

Vixen mira hacia la sección de chicos y observa como un chico de diecisiete años con cabello rubio revuelto camina hacia el escenario. Tenía una sonrisa en su rostro, como si estuviera feliz de estar en los juegos. Llevaba una camisa de vestir azul y pantalón de vestir negro oscuro. Tenía la piel clara y los ojos verde oscuro. Ella mira hacia Tarin, para ver una expresión de horror en su rostro. Y Vixen llegó a conclusiones.

Vixen aprieta sus ojos cerrados, antes de mirar hacia el escenario. Tarin tendría que darse cuenta de que cuando Vixen lo matara, fue por piedad. Que sería mejor para ella matarlo, que los profesionales. Que matarlo era que ella volviera a casa.

—¡Y ahora para la señorita especial! —Lyra canta mientras salta hacia el cuenco con el nombre de Vixen. Aprieta la mandíbula, mirando como Lyra se toma su tiempo mientras agita su mano en el cuenco. Podía sentir los ojos de su madre sobre ella, así como los de Tarin. No le importaba que la estuvieran mirando, rezando para que no la eligieran. Pero eso era lo que ella quería. Y si no era elegida, se ofrecería como voluntaria—. Y su nombre es... ¡Tarin Roxen! ¡Sube, preciosa!

Vixen pudo escuchar el eco de los gritos de la madre de Tarin a través de la multitud y Tarin comienza a caminar hacia el escenario. Vixen respira profundamente mientras avanza. Podía sentir los ojos de su hermano y hermanas sobre ella mientras se para en la isla de gente. —¡Me ofrezco voluntaria como tributo! —Ella grita y todo el Distrito Nueve se queda en silencio. Tarin se da la vuelta para enfrentar a Vixen y ella la mira con miedo. Vixen asiente con la cabeza mientras camina hacia el escenario, una zancada en su paso y una pequeña sonrisa en sus labios.

Ella sube los escalones y camina hacia el lado de Lyra y se para allí, y podía sentir la mano de la mujer en la parte baja de su espalda. —¿Y cuál es tu nombre, hermosa? —Lyra le pregunta.

—Vixen Rivers —Ella responde y Lyra la mira fijamente.

—¡Y aquí los tienen, Distrito Nueve! —Lyra canta en el micrófono—. Los tributos que competirán en los Septuagésimo segundos Juegos Anuales del Hambre: ¡Flint Roxen y Vixen Rivers!