BLOOD SPORT ━━ finnick odair ✓

forty-six.

46. ​​| mi nombre es peeta mellark

La Capital estaba en ruinas, eso era seguro. El Pelotón Estrella se abrió paso por las calles de la capital, demostrando que las fuerzas rebeldes habían hecho su trabajo para crear un desastre en la otrora deslumbrante ciudad de Panem. Vixen nunca pensó eso en toda su vida, que vería la Capital en ruinas. Pero se alegró de haberlo hecho. Se merecían todo lo que les había pasado.

Solo estaba molesta porque no fue ella quien destruyó la ciudad. O hacer llover sangre en las calles de la ciudad de las gemas de Panem. Porque ese fue siempre su plan. Hacer que la Capital pague por lo que le habían hecho a ella y a su familia. Debido a ellos, perdió a todos los que alguna vez le importaron.

Y ella les iba a hacer pagar.

—Nunca había visto este lugar tan vacío —Cressida afirma mientras mira los edificios humeantes.

—Solo manténganse alerta —Boggs ordena mientras escanea el área con el Holo.

Vixen miró entre el hombre de piel oscura, antes de volverse hacia Katniss. El Sinsajo caminaba justo detrás de él y al lado de su amigo Gale. La Vencedora del Distrito Nueve caminaba junto al amor de su vida y al hombre que ella no quería más que derramar sus tripas en las calles. Pero ella sabía que no estaba aprobado donde estaba. Boggs probablemente le daría una paliza por hacerlo. Y si lo hacía, sabía que perdería su mayor factor de intimidación.

Mientras el grupo continuaba caminando por las calles, se encontraron con una gran fuente, que todavía tenía su gran pieza central. Vixen lo mira antes de toparse con Katniss. La morena mira con el Sinsajo antes de que sus ojos parpadeen hacia Boggs, que apuntaba hacia un conjunto de edificios.

—Tengo una vaina. Pongámonos a cubierto —Ordena y el grupo se acerca a la fuente. Finnick mira a Vixen, que estaba agarrando su katana. Sabía que ella no estaba feliz por no poder matar a nadie. Esa era ella. Si se encontraba en una situación en la que necesitaba matar un poco, lo haría. Ella estaba siendo retenida y él sabía que no le gustaba.