BLOOD SPORT ━━ finnick odair ✓

twenty-two.

22. | no quiero perderte

Vixen no pudo dormir nada esa noche. Sabía que los Juegos seguían en marcha y que en cuestión de horas tendría que salir y pelear con sus amigos. Personas  que había conocido y con las que había hecho amistades. Johanna, Enobaria, Brutus, Cashmere, Gloss, Finnick. No podía soportar tener que ir contra ellos y luchar contra todos. Ella no quiso. En este punto, preferiría morir ella misma primero, antes de permitir que todos murieran.

Mirando hacia el techo, inhala profundamente mientras se quita las mantas de su cuerpo. Se pone de pie y camina de puntillas hacia la ventana grande. Ella mira hacia la Capital, observando todo su entorno. El lugar que le había causado tanto dolor le parecía un lugar seguro en ese momento. Preferiría vivir en ese apartamento por el resto de su vida y que tener que poner un pie en esa Arena esa mañana.

Sus ojos parpadean hacia la puerta y sale de su dormitorio. Entra en la gran sala de estar y se sienta en el sofá, apoyando los codos en las rodillas mientras apoya la cabeza contra las manos. Inhala y exhala a un ritmo normal, antes de frotarse la cara con las manos. Mira fijamente la pared frente a ella, antes de que pudiera escuchar un golpe en la puerta del apartamento. Ella mira hacia las habitaciones de Lyra y Aidan, antes de levantarse y caminar hacia la puerta.

Ella envuelve su mano alrededor del asa, antes de abrirla y encontrar a Finnick de pie allí en pijama. Ella le da una pequeña sonrisa, antes de que él la abrace. Ella apoya su barbilla en su hombro, enterrando su rostro en el hueco de su cuello. Él le frota la espalda y le besa la frente, antes de alejarse del abrazo. Él apoya sus manos sobre sus hombros, antes de acariciar su rostro entre sus manos.

—No puedo dejar de pensar en cómo estás o cómo te sientes —Finnick le susurra—. No puedo apartar mis pensamientos de ti. Estás en mi mente y no puedo deshacerme de ti.

—Quizás es porque yo no puedo dejar de pensar en ti —Vixen le responde y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Él le frota el pómulo con el pulgar—. No quiero tener que salir y pelear contigo. No quiero - no lo haré.