twenty-nine.

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29. | nos tienen

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Katniss se despertó sobresaltada. No sabía dónde estaba y lo último que recordaba era que había disparado una flecha al cielo. Katniss pudo sentir algo en su rostro y se quita la máscara que estaba alimentando su aire y la tira al suelo. Mira a su lado para ver a Beetee tirado allí. Ella lo miró fijamente durante unos segundos, antes de quitarse la vía intravenosa del brazo. Se agarra a uno de los asientos del aerodeslizador y se levanta. Agarra una jeringa mientras camina hacia la puerta del aerodeslizador, pero luego puede escuchar voces.

—Va a enloquecer cuando se entere lo del chico —Una voz de hombre, Haymitch, dice.

—¿Ella seguirá cooperando? —Pregunta Plutarch.

—¿Sin Peeta? No hay garantía —Responde Haymitch.

—Solo dile que su victoria... —dice Finnick, antes de que todos miren hacia la puerta y la vean parada allí. Katniss los mira a todos, antes de que Haymitch comience a acercarse a ella.

—Buenos días mi amor —Haymitch la saluda.

Katniss lo mira fijamente durante unos segundos, antes de atacarlo. Ella trata de apuñalarlo con la jeringa, pero Haymitch la domina y la golpea contra la puerta. —¿Qué estás haciendo con ellos?

—¿Tú y una jeringa contra el Capitolio? —Le pregunta Haymitch—. Mira, es por eso que nadie te deja hacer los planes.

—¿Qué diablos estás haciendo aquí? —Katniss le gruñe a Finnick.

—Espera —Finnick le dice mientras levanta su mano—. Espera. Solo escucha.

—No podíamos decírtelo con Snow mirando. Era muy arriesgado —Haymitch le explica—. Era mejor que no supieras nada.

—¿Dónde está Peeta? ¡Y no veo a Vixen durmiendo ahí afuera! —Katniss grita.

—Ahora, Katniss... tú fuiste nuestra misión desde el principio —Empieza Plutarch—. El plan siempre fue sacarte. La mitad de los Tributos lo sabían. Esta es la revolución. Y tú eres el Sinsajo. Y ahora mismo vamos camino al Distrito Trece.

—¿Trece? —Katniss murmura.

—Trece. Sí —Plutarch le responde.

—¿Dónde está Peeta? —Pregunta Katniss.

—Como Vixen, todavía tiene su rastreador en el brazo. Johanna te sacó el tuyo —Haymitch le explica.

—¿Donde está? —Katniss repite.

—En el Capitolio —Responde Haymitch—. Lo tienen a él, a Vixen y a Johanna.

—¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta! ¡Me prometiste que lo salvarías a él antes que a mí! —Katniss grita mientras ataca a Haymitch, recibiendo una bofetada o dos. Plutarch se acercó a ella por detrás con una jeringa en la mano, insertando lo que fuera que había en Katniss—. ¡Me lo prometiste! Eres un mentiroso. Eres un mentiroso.

El resto de las oraciones y amenazas de Katniss fueron murmuradas juntas mientras la droga recorría su cuerpo. Después de unos segundos más, estaba inconsciente.

***

Un gemido sale de sus labios mientras se despierta en su nuevo entorno. Los ojos de Vixen comenzaron a adaptarse a la luz oscura y pudo escuchar los ecos de los gemidos. Gira la cabeza y mira a su alrededor para ver cuatro paredes de barras de metal. Se vuelve boca abajo para ver que en una jaula similar a la de ella, estaba Peeta. Estaba sentado en el rincón más cercano a ella, con las rodillas pegadas al pecho. Vixen lo miró fijamente, antes de intentar moverse. Pero descubrió que no podía.

Echando un vistazo a su muñeca, encontró que había una esposas atadas a ella y a la pared. Coloca los pies contra la pared y comienza a intentar arrancar la cadena. Peeta se vuelve hacia ella y la observa mientras intenta liberarse. Una expresión triste cayó en su rostro mientras la veía luchar, hasta que se detuvo. Tiró la cadena hacia abajo, se llevó las rodillas al pecho y comenzó a sollozar.

Mira hacia Peeta, quien se acerca a ella. Se empuja hacia los barrotes que separan a los dos y se estiró con su mano libre. Ella toma su mano entre las suyas y lo mira. Sus ojos luego miran el área, viendo que Johanna y Enobaria estaban en celdas frente a ellas. Vixen luego miró de nuevo a Peeta.

—¿Dónde estamos? —Ella susurra.

—En el capitolio —Peeta responde mientras la mira—. Nos tienen.

FIN DE LA PARTE DOS.

BLOOD SPORT ━━ finnick odair ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora