BLOOD SPORT ━━ finnick odair ✓

thirty-nine.

39. | rescate

Miró a los hombres con máscaras y uniformes negros, con pistolas en la mano. Sus ojos vagaron sobre ellos, y observó mientras se trasladaban a cada una de sus celdas. Vio cómo irrumpían en la jaula de Johanna y la arrastraban fuera de la habitación. Observó mientras se acercaban a la celda de Peeta y lo arrastraban también. Pero cuando se acercaron a su propia celda, ella se empujó hacia el borde de su celda. Miró a los hombres extraños y negó con la cabeza. Incluso cuando entraron a su celda, ella negó con la cabeza y trató de atacarlos.

Uno de ellos se arrodilló frente a ella y le quitaron las cadenas de las muñecas y los tobillos. Fue entonces cuando se abalanzó sobre ellos y envolvió sus manos alrededor de una de sus gargantas. Apretó tan fuerte como pudo para alguien que estaba siendo golpeado y muerto de hambre. Pero uno de los otros se acercó a ella y la apartó del soldado. Ella los miró a todos, antes de ver algo en su uniforme. Una pequeña insignia. Algo que ella había conocido demasiado bien.

La insignia del sinsajo.

—Eres del Distrito Trece —Ella murmura y el único soldado asiente con la cabeza—. Estás aquí para salvarnos, ¿verdad? Estás aquí para llevarnos al Distrito 13 contigo, ¿no es así?

—Eso es, Vixen —Uno de ellos le responde. Una pequeña lágrima escapa de sus ojos cuando el soldado le desliza los brazos por debajo de la espalda y las rodillas. Ella envuelve sus brazos alrededor de su cuello y vio como los demás corrían delante de ellos con Peeta y Johanna en sus brazos. Ella inhala profundamente, antes de apoyar la cabeza en su pecho.

No pudo prestar atención mientras salían corriendo del centro de tributos donde estaban detenidos. Lo último que podía recordar, era que los soldados se conectaban a los cables y luego subían al aire. Se aferró a la armadura del soldado más fuerte que antes, justo cuando se alzaron en el aire y entraban en un avión.

Los ojos de Vixen vagaron por el área, observando los alrededores de la aeronave. El hombre la dejó en uno de los asientos y ella estaba cerca de Peeta y Johanna. Rápidamente tomó sus manos entre las suyas y las apretó con fuerza. Descansó su sien contra la de Peeta, antes de envolverlo con ambos brazos, atrayéndolo en un abrazo. Sus ojos miraron hacia arriba y vieron como todos los soldados del Distrito Trece se estaban poniendo en posición. Sus ojos se encontraron con uno de ellos, que acababa de quitarse el casco de la cabeza.

—Te reconozco —Vixen le dice—. Eres amigo del Sinsajo.

—¿Cómo me reconociste? —Le pregunta él.

—De cuando te azotaron y Katniss recibió un latigazo por ti —Vixen le responde—. Gale, ¿verdad?

—Sí —Él le responde—. Finnick ha estado perdiendo la cabeza sin ti. Pero una vez que te llevemos allí, será mejor que esperes que él no te pierda de vista.

—Bien, porque yo tampoco lo perderé de vista a él.