forty-one.

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41. | katniss el muto

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La habitación detrás de la pared frente a ella era blanca. Una jaula para su amigo. Estaba atado a una cama blanca y estaba vestido con ropa blanca. La única pizca de color en la habitación, eran los moretones en su piel por lo que el Capitolio le había hecho. Había tres ventanas frente a ella, lo que le permitía ver cómo estaba él de vez en cuando, con el permiso de Plutarch Heavensbee, el ex vigilante en jefe del segundo Vasallaje. Ella todavía no sabía si podía confiar en él. No confiaba en las personas que tenían antecedentes imprecisos.

Detrás de ella, pudo oír la puerta abrirse. Mirando por encima del hombro, se encuentra con los ojos de Katniss Everdeen. Ella le ofrece una pequeña sonrisa, antes de que sus ojos se dirijan hacia Haymitch. El Vencedor del Distrito Doce se acerca a ella y la atrae en un abrazo, presionando un beso en su frente, antes de que ella se vuelva hacia las ventanas, donde Katniss estaba parada enfrente. Ella mira hacia el panel de control para ver que Plutarch también había entrado, lo que hizo que entrecerrara los ojos hacia él por un segundo, antes de regresar a la habitación.

—Háganla entrar —Plutarch ordena y la puerta de la habitación se abre, revelando a la hermana pequeña de Katniss. Katniss observa de cerca cómo su hermana pequeña se acerca a Peeta en la cama, antes de hablar con él.

—Hola —Prim saluda a Peeta con una voz amable.

—Prim —Le dice Peeta.

—¿Cómo te sientes? —Prim le pregunta a Peeta mientras se sienta junto a él en la cama.

—Está demasiado cerca —Afirma Haymitch.

—Mmm, está bien —Plutarch le asegura mientras lo mira. La chica de cabello oscuro mira a su compañera Vencedora, encogiéndose de hombros.

—¿Cómo llegaste aquí? —Peeta pregunta a Prim.

—Ahora vivimos en el Distrito 13 —Prim le responde—. Es de verdad. Las historias son ciertas. Te rescataron.

—Mi familia no ha venido a verme —Peeta dice, haciendo que Vixen baje la cabeza. Sabía lo que le había pasado a la familia de Peeta. Habían terminado como los de ella. Muertos, por el bombardeo del Distrito Doce. Él estaba solo—. Hubo un ataque al Distrito Doce.

—Sí —Prim le responde.

—¿Mi familia? —Le pregunta Peeta, con la voz quebrada. Vixen deja escapar un suspiro, al ver que sus ojos estaban comenzando a llorar. No le gustó que volviera a estar retenido como un prisionero, mientras que a ella y a Johanna se les permitía caminar por el Trece como les plazca. Sabía que lo habían secuestrado, pero eso no significaba que lo mantuvieran como un prisionero.

—La panadería no sobrevivió —Prim le dice con tristeza, con la voz quebrada.

Vixen vio como Peeta apartaba la mirada hacia la esquina de la habitación. Las emociones se apoderaron de él. Ella lo vio como si estuviera a punto de llorar, pero luego vio el cambio en su rostro. Apretó la mandíbula y ella pudo adivinar lo que estaba a punto de suceder a continuación.

—Es por Katniss —Peeta gruñe—. Es culpa de Katniss.

—No fue por ella —Prim le explica.

—¿Ella te dijo que dijeras eso? —Peeta espeta mientras se gira para mirarla.

—Ella no me dijo nada —Prim responde.

—Ella es una mentirosa, Prim. Es un truco —Le dice Peeta. Vixen mira a Katniss, observando como da un paso atrás desde las ventanas, sus labios entreabiertos.

—Peeta, lo que estás diciendo no es real —Prim le dice con calma.

—Ella te envió a hablar conmigo —Peeta le dice con una mirada horrorizada en su rostro—. Ella sabe que estás aquí ahora.

—Está bien —Prim le dice en un intento de calmarlo.

—Ella sabe... ¡No puedes confiar en ella! ¡Es un monstruo! ¡Es un muto del Capitolio creado para destruirnos! —Peeta grita, su rostro se pone rojo y las lágrimas comienzan a brotar de sus ojos. Prim se levanta de la cama y retrocede unos pasos.

—Sácala de ahí —Haymitch le dice a Plutarch.

—¿Me entiendes? ¡Tienes que matarla, Prim! ¡Tienes que matarla! —Grita Peeta.

—¿Katniss? —Plutarch le pregunta y Vixen pudo ver las lágrimas brotar de sus ojos.

—¡Es un muto! —Grita Peeta.

—Esta es solo una respuesta condicionada —Plutarch le explica mientras Prim es escoltada fuera de la habitación.

—¡Mátala! —Peeta continúa.

—No es él —Vixen le explica.

—¡Es un monstruo! ¡Es un muto! —Peeta sigue gritando mientras tiembla en su cama.

—No, no es él —Katniss responde sin emoción.

—¡Es un muto!

BLOOD SPORT ━━ finnick odair ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora