CAPÍTULO 3: REGALO IMPREVISTO

1.1K 169 18
                                    

Neji no sabía de qué manera agradecer la intervención de Sasuke, no tenía ni idea de cómo había conseguido sacar a Hinata de su aislamiento autoimpuesto, pero se lo agradecía. Había estado tan desesperado al ver a su prima así, pero ahora poco a poco sentía que las cosas mejorarían. No diría que no fue una sorpresa cuando se enteró que había sido él quien la había hecho entrar en razón, no solo por su indiferente carácter, sino porque se trataba del mejor amigo de Naruto y Sakura, quienes eran los causantes de todo este problema.

—No sabes cuanto te lo agradezco—dijo Neji feliz de ver a su prima fuera de su apartamento.

—Nosotros también te lo agradecemos—dijo con un tono mucho más respetuoso del cual solía emplear, señalándose a él y a Shino.

—Sí, lo que sea—dijo Sasuke algo incómodo, mientras Hinata se reía en silencio, no era necesario ser un genio para notar la molestia del chico.

Desde que había conseguido sacar a Hinata de su casa tanto Neji, como Kiba y Shino le agradecían cada vez que podían y aunque trataba de no ser borde tanta cursilería comenzaba a molestarle.

Por su parte Hinata aún sentía el corazón roto, pero de alguna manera había hayado consuelo en las palabras del Uchiha, además ella no podía tirar toda su vida por la borda solo porque Naruto no la amase. Sabía que iba a ser duro, que a veces llegaría a casa y solo tendría ganas de ponerse a llorar hasta quedarse dormida, pero tenía que hacer frente a este dolor, tenía que avanzar.

Sin darse cuenta un ligero suspiro se le escapó de sus labios.

—¿Estás bien Hina? —preguntó Kiba preocupado logrando que todos se centraran en ella logrando ponerla incómoda.

—Lo está, Hyuga es fuerte —dijo Sasuke haciendo sonreír a Hinata.

Tal vez si lo repetía más veces se volvería verdad y sería realmente fuerte.

Sasuke era el único que la trataba con normalidad, incluso Shino, Kiba y Neji siempre iban cautos con sus palabras, intentando no nombrar a Naruto o Sakura, cosa muy distinta con el Uchiha, que a veces incluso se burlaba de ellos. Y justamente aquella normalidad es lo que había hecho que Hinata se empezara a sentir mejor.

Por eso es que desde aquel día que había ido a su apartamento se comenzó a formar una fuerte amistad entre ambos. Él estaba día y noche con ella consiguiendo que la taciturna Hyuga desapareciera y volviera a ser la Hinata que todos querían. Además, para la chica la presencia de Sasuke le servía como una gran distracción, nunca lo hubiera pensado, pero ambos tenían muchas más cosas en común de lo que se podía ver a simple vista.

Así, que después de un mes de esa fatídica boda Hinata volvía a ser la misma de siempre, con sus sonrojos y su dulce sonrisa. Sí, aún tenía sus momentos depresivos, aún a veces se la escuchaba sollozar y llamar a Naruto en sueños, pero su corazón empezaba a sanar.

Ella siempre había sido hermosa, pero a ojos de Sasuke ahora lo era aún más, y no solo porque la veía superarse, sino también porque ya no era la novia de su amigo, ya no era una chica prohibida, ya no había ninguna atadura o impedimento para él. Incluso había hablado con su padre sobre lo de su marcha y aunque se había sorprendido por su repentino interés en quedarse Fugaku no le preguntó nada.

Si era totalmente sincero le dolía la partida de Sakura y Naruto, sobretodo que no confiaran en él como para contarle sobre su romance secreto, pero por otra parte estaba feliz, ya que ahora tendría una oportunidad con Hinata.

Sabía que aún todo era demasiado reciente y que no podía intentar algo con ella en ese instante, ya que ella lo rechazaría sin dudar, pero pensaba ser paciente y conseguir que ella lo mirara de otra manera, no se iba a rendir hasta conseguir su corazón.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora