CAPÍTULO 20: CORAZÓN FUERTE

773 110 32
                                    

Cuando Naruto recibió la llamada de sus padres diciéndole donde se encontraba su hija partieron a toda prisa, la preocupación les había cegado tanto que se habían dirigido a Konoha solo pensando en su niña, no pensando a donde realmente se dirigían. Pero cuando ambos fueron conscientes de donde se encontraban varios sentimientos los embargaron.

Nostalgia, alegría, cariño, pero sobretodo; miedo y vergüenza.

Habían pasado casi once años desde que se habían marchado y desde ese entonces no habían vuelto a pisar su antiguo hogar.

No era como si no quisieran volver, Naruto muchas veces había soñado con esa posibilidad, reencontrarse con sus viejos amigos, recordar los viejos tiempos. Pero no tenía la cara para afrontarlos, sobretodo a Hinata, menos después de lo ocurrido.

Tanto él como Sakura estaban tan avergonzada que ni siquiera le habían dicho algo a Sasuke y no porque no confiaran en él, pero no querían arrastrarlo a sus problemas.

La tensión en la habitación fue palpable cuando los dos adultos enfrentaron a Akane. La niña se veía incómoda y bastante nerviosa, pero después de una larga charla pudieron solucionar las cosas.

—Mamá y papa te quieren mucho—dijo Sakura.

—Eres lo más importante para nosotros—secundó Naruto.

La pequeña los abrazó ya mucho más tranquila, aún tenía varias dudas, pero lo más importante era que sus padres sí que la querían.

Una vez que las cosas estuvieron más tranquilas y habían arreglado los problemas Naruto no dejaba de mirar con disimulo a la calle, como si buscara a alguien con la mirada.

Para Sakura fue fácil saber a quién quería ver. Después de todo él no había dejado de pensar en Hinata ni un solo minuto desde su "exilio".

—Deberías ir—dijo de pronto la voz de Sakura sorprendiéndolo. —Arregla las cosas con Hinata—dijo su amiga/esposa apoyándolo.

Naruto la miró sorprendido y luego sonrió, todo sería más fácil si amara a Sakura, pero su corazón solo pertenecería a su lugar soleado.

Además, casi no se podía aguantar las ganas que tenía por ver a Hinata, más ahora que estaba tan cerca. Tal vez podían hablar, explicarle como se dieron las cosas, intentar arreglar las cosas, como le había dicho Sakura. Pero sobretodo; disculparse.

—Gracias—dijo él.

Decidido y sin decirle nada a sus padres partió a la antigua residencia de la chica, rogando porque aún viviera allí. Para su suerte cuando ella le abrió la puerta supo que esta, aún no le había dejado del todo; ya que al otro lado se encontraba Hinata.

Se aguanto las enormes ganas que tenía por abrazarla e intentando sonar normal la saludó.

—Hola Hinata-chan—dijo con aquella brillante y zorruna sonrisa que antaño la había enamorado por completo, logrando descolocarla sin saber que decir, no se esperaba verlo de nuevo, más bien, no quería verlo.

Hinata sintió como sus piernas comenzaban a temblar y su corazón comenzaba a latir con desenfreno, pero lucho contra aquello y trató de mantener la compostura, no quería que supiera que su presencia la había alterado.

Agradecía que Ino y Sai se hubieran ofrecido a llevar a Natsu junto a Inojin al recital, ya que ambos tenían que estar antes. Si su hijo llegaba a estar allí se hubiera topado con Naruto y era lo que ahora mismo menos quería que sucediera.

Pero lo que no entendía es que hacía allí, después de todo pensaba que luego que viniera a buscar a su hija se iría junto a su esposa.

Quería recriminarle por tantas cosas, echarlo, pero se mantuvo digna.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora