CAPÍTULO 8: HASTA PRONTO

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A Hinata el aeropuerto nunca le había resultado tan pequeño y asfixiante, pero sabía que no era por el lugar, sino por el motivo que estaba allí.

Sasuke no había querido que casi nadie supiera sobre su marcha, pero de alguna manera Sai había descubierto lo de su partida y al enterarse este también lo había hecho la escandalosa de su novia, por lo que ahora tenía a todos sus amigos reunidos.

Sasuke solo chasqueó la lengua con molestia, eran unos exagerados, tampoco era como si no fuera a volver. Incluso Itachi se había sumado a su "despedida", pero a él no le parecía más que una pantomima, aunque muy en el fondo también lo apreciaba.

Por suerte, de alguna manera había conseguido que no relazaran ninguna fiesta de despedida antes de su partida y había podido disfrutar de la compañía de Hinata con total tranquilidad. Definitivamente ese era un mejor recuerdo que cualquier otra cosa que llegaran a organizar.

Por la megafonía del aeropuerto se alertó del inminente despegue del vuelo de Sasuke, haciendo que las despedidas no se hicieran esperar.

Todos fueron acercándose para darle sus ánimos y desearle suerte, pero cuando fue el turno de Hinata esta sintió como sus pies no se movían. No quería decir adiós, sentía que otra vez su corazón se rompería si decía esas palabras.

Había conocido hace mucho a Sasuke y en todo ese tiempo jamás llegó a imaginar lo importante que se volvería para ella. Sabía que solo sería por un año, que luego se volverían a ver, pero no quería decir adiós.

Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos.

"No te vayas" quería decir, pero no podía ser egoísta.

—No llores—dijo para luego secarle las lágrimas de los ojos, sorprendiendo a varios presentes, aquella actitud no era nada propia de él. —Antes de que te des cuenta volveré.

Hinata asintió a sus palabras, él tenía razón, volvería, no tenía por qué ponerse así. Sin más que decir lo abrazó con todo el cariño que sentía por él.

Muchos debían admitir que era extraño ver esa escena, pero de alguna manera también se sentía algo natural, después de todo, sino fuera por Sasuke posiblemente aún tendrían a la taciturna Hinata.

—Eres su padrino, no te puedes alejar mucho tiempo—dijo ella sorprendiéndolo.

Varios de los presentes se extrañaron al no entender muy bien las palabras de la chica, pero tres de ellos solo miraron con rencor al chico.

—Supongo que ahora tengo un motivo más para volver—dijo Sasuke con una ladina sonrisa mientras miraba con altanería a Kiba, Neji y Shino.

Ya era oficial, habían encontrado a su persona menos favorita. Creían que la competencia para ser el futuro padrino del pequeño Natsume sería entre ellos tres, pero parecía que el Uchiha les había ganado el puesto, y no entendía como eso era posible, se sentía timados. Pero al ver la sonrisa de Hinata no dijeron no pudieron decir nada, de alguna manera parecía que Sasuke se había vuelto demasiado importante para la chica.

oOoOoOoOo

Después la marcha de Sasuke las cosas se pusieron algo más solitarias para Hinata.

Sí, tenía a Neji, Shino y Kiba, incluso ahora Kushina y Minato pasaban mucho más tiempo con ella, pero de alguna manera nadie conseguía llenar el hueco que la partida de Sasuke había causado.

Era cierto que por lo menos hablaban por videollamada una vez al día, sobretodo para la hora de comer y se ponían al día. Para su suerte era en esos momentos que sentía que lo tenía a su lado, pero es que a veces le sabía a demasiado poco.

De esa manera fueron pasando los días y cuando su panza fue lo suficientemente notoria decidió sincerarse con el resto de sus amigos, que ya se habían comenzado a percatar en los cambios de su cuerpo, pero por respeto no habían querido decir nada.

Varios de ellos se habían cabreado todavía más con Naruto, Ino siendo la primera, pero es que le daba rabia que Hinata estubiera en una situación como esa. Siendo tan buena y amable, no entendía porque debía pasar por esas penurias.

Pero, las palabras de Hinata le hicieron ver que ella no se sentía así en absoluto.

—Es un regalo, es lo único por lo que puedo darle gracias a Uzumaki-san—dijo Hinata. —Es mi hijo—dijo ella con una sonrisa mientras acariciaba su vientre y recordaba las palabras de Sasuke. —Mi hijo—volvió a repetir en un susurro más bajito.

Ino solo sonrió, tal vez las cosas no habían salido como Hinata había esperado en un principio, pero la rubia estaba convencida qué, aunque su corazón se partió con la marcha de Naruto ahora que se iba a convertir en madre se había vuelto mucho más fuerte.

Sin dudarlo tomó la mano de su amiga y quiso trasmitirle su apoyo a través de ese contacto.

En un primer momento le había resultado algo difícil afrontarla, después de todo ella y Sakura eran mejores amigas, pero no podía justificar el comportamiento de esta. Y por más que se lo preguntaba no entendía como es que había mantenido una relación secreta con Naruto y nadie se había dado cuenta, incluso como para acabar embarazada del rubio.

Ya no se podía quedar de brazos cruzados, si en algún momento esos dos desvergonzados osaban regresar les iba a dar la lección de su vida, lo había decidido.

oOoOoOoOo

Kushina soltó un largo suspiro lleno de preocupación, desde que Sasuke antes de su partida les había indicado donde estaba su hijo un pequeño cúmulo de culpa se arremolinaba en su corazón.

Por un parte se sentía culpable con su vástago, después de todo ella era su madre y a pesar de sus errores debía apoyarlo, pero si hacía eso solo se sentiría todavía más culpable ya que habría traicionado la confianza de Hinata.

—Hinata te lo dijo, que no te sientas culpable por ser su madre—dijo Minato. —Yo no me siento culpable por su padre. Es cierto que Naruto actuó mal, pero no creo que estemos traicionando a Hinata solo por querer ir a verlo—dijo con suavidad.

—Pero, ¿y Natsume? —dijo Kushina angustiada.

Minato adquirió una pose más seria y negó.

—Nosotros podemos decidir por Naruto porque es nuestro hijo, pero Natsume es el hijo de Hinata. No niego que una parte de mí no quisiera decirle para que así recapacitara y volviera con Hinata, pero... él escogió en su momento—dijo Minato triste.

Kushina sabía que tenía razón, que si iban a encontrarse con Naruto bajo ningún concepto podrían decirle nada de Hinata ni mucho menos sobre el pequeño que crecía en su vientre, ya que se lo habían prometido, pero aun así se no lo sentía del todo correcto.

Para ella Naruto y Hinata siempre habían hecho una linda pareja a sus ojos, estaban destinados el uno al otro, no entendía como las cosas se habían torcido tanto y habían acabado de esa forma.

Si él supiera, si solo supiera de Natsume estaba segura que volvería al lugar que pertenece realmente.

—Kushina, por si lo has olvidado Naruto está esperando un hijo de Sakura—soltó solemne.

Y fue entonces cuando ella lo recordó, que con ese argumento es que él había huido de la iglesia tomado de la mano de la pelirosa. Entonces lo entendió, su hijo había tomado su decisión y tendría que cargar con las consecuencias.

—Parece que lo entiendes —dijo Minato con una amable sonrisa al percatarse del cambio de la mirada en su mujer.

—Ahora lo tengo claro—dijo con decisión.

Notas de la autora: Holis, sí sé que puede parecer algo sorprendente que este de nuevo aquí, la verdad es que quería continuar con mis otras historias, pero como siempre mi querida inspiración manda y por lo visto tiene material para esta historia. 

Solo darles las gracias por su apoyo y votos, también los comentarios, me alegra que les guste.

Gracias por todo y ya nos leemos.

PD: Quiero saber si prefieren que termine esta historia o si quieren que actualices alguna otra. Lo dejo a vuestro criterio.

Nos vemos.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora