CAPÍTULO 15: PEQUEÑO VACHE

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Hinata no entendía como es que su pequeño se había metido en una pelea, sabía lo obediente y dulce que era su Natsume, no comprendía que era lo que podría haber ocurrido como para que su hijo golpeara a otro niño. Sí, era cierto que a veces era un poco impulsivo e Inojin eran quien muchas veces lo frenaba, pero hoy el pequeño estaba enfermo y no había podido venir a la escuela.

—Sé que su situación es complicada—dijo la maestra con dulce voz trayéndola de nuevo a la realidad. —Pero creo que debería hablar sobre esto con su hijo.

Hinata miró el dibujo que la maestra Kurenai le enseñó; en él estaba su primo Neji con su esposa e hija, luego estaba Kiba con su esposa, al igual que Shino, y luego en el medio se encontraban él, Hinata y Sasuke, cogidos de la mano. ¿Es que acaso se estaba perdiendo de algo? Porque no veía nada de malo en el dibujo.

—Kurenai-sensei no lo entiendo, que fue exactamente lo que Natsu—pero la profesora la cortó.

—Cuando uno de sus compañeros vio el dibujo de Natsu le preguntó si él era su papá—dijo sonrojando ligeramente a Hinata ya que estaba señalando a Sasuke. —Natsu les explicó que era su padrino y que su padre no estaba con él, pero que con su padrino era más que feliz. Lamentablemente a veces los niños no comprenden las cosas y otros se burlaron de él llamándolo huérfano—explicó logrando que la culpa volviera a arremeter contra Hinata y ligera rabia por esos niños creciera en su vientre, ¿cómo se atrevían a burlarse así de su pequeño?

—¿Fue allí cuando Natsu los golpeó? —preguntó Hinata, pero la profesora negó.

—Los reprendí, y me acerqué preocupada a Natsu, pero parecía que no le había afectado en nada sus palabras—dijo ella. —Incluso me dijo que no me preocupara, que él no perdía el tiempo con ese tipo de personas—dijo con una pequeña sonrisa, no lo iba a decir en voz alta pero el pequeño era uno de sus alumnos favoritos y se sentía orgullosa que se hubiera comportado así.

—¿Entonces cuando los golpeó? —preguntó Hinata sin comprender.

Kurenai soltó un pequeño suspiro, parte de eso era su culpa, si no lo hubiera dejado solo no habría ido a más, pero es que en ese momento otro de sus alumnos necesitaba de su presencia.

—No se lo tenga en cuenta, a veces los niños no comprender el poder de sus palabras, en lo mucho que pueden lastimar a otros—dijo Kurenai.

—¿Qué fue lo que le dijeron a mi Natsu? —dijo Hinata ligeramente enfadada.

—Hinata-san no creo que eso sea ne—pero ella le cortó.

—¡Necesito saber qué fue lo que esos niños le dijeron a mi hijo! —dijo molesta.

Kurenai la miró incómoda, pero comprendía que necesitaba escuchar toda la historia para poder tomar las riendas de la situación.

—Que como Sasuke-san no era su verdadero padre... cuando él encontrara una familia a la que querer los iba a abandonar.

Kurenai esperó las réplicas de la chica, pero en su rostro solo se reflejó una mueca de malestar, incomodando a la mujer, lo último que quería era indisponerla.

Las palabras que Kurenai había dicho no solo habían conseguido que Hinata comprendiera el enfado de su pequeño, sino que ella se sentía igual de indignada. ¡¿Como osaban meterse en los asuntos su familia cuando solo eran unos niños que no sabían nada?!

¡Sasuke no se iría! Él no la dejaría.

—No crea que no la entiendo Hinata-san, yo también fui madre soltera. Mi esposo murió cuando estaba embaraza de nuestra hija y lamentablemente mi pequeña no llegó a conocerlo. No sé qué tan diferente pueda ser su situación de la mía y sé que si usted sale o no con Uchiha-san es cosa suya, pero Natsu debe estar preparado para—pero Hinata la cortó.

—Sasuke es mi amigo Kurenai-sensei, el padrino de mi hijo. Si me disculpa, he de ir a ver cómo está—dijo para luego levantarse y marcharse del aula tremendamente enfadada.

Kurenai no hizo nada para evitar su marcha, en parte comprendía su molestia.

Cuando Hinata atravesó el pasillo y dobló pudo ver la imagen de su pequeño, que reía mientras hablaba con Sasuke y de alguna manera las palabras de la maestra volvieron a su mente.

Lo peor de todo es que no era la primera vez que alguien le decía eso. Pero no se lo tenían que repetir, ella lo sabía mejor que nadie, Sasuke era un hombre libre, nada la ataba a ella y a Natsu, pero pensar en la posibilidad que él se marcharía solo lograba indisponerla.

Ella le había pedido ser amigos, sabía que esa era su situación, que él era libre de estar con quien quisiera, que ella no se lo podía impedir, no después de la manera en que lo había rechazado años atrás. Pero eso era lo que más la aterrorizaba, temía que el día que encontrara a alguien que amara los dejaría de lado y no sabría cómo manejar eso.

Se sentía tan egoísta, Sasuke merecía toda la felicidad del mundo y si ella no se la podía dar.

Ya ni siquiera sabía si él se sentía igual, seguramente había superado su enamoramiento hace mucho.

—He hablado con Kurenai-sensei—dijo Hinata cuando llegó con ambos.

—Parece que los golpeó a todos—dijo Sasuke con un toque de orgullo.

Pero se tuvo que callar al ver la seria mirada de Hinata. Gran parte del tiempo la chica era dulce y amable, pero cuando se trataba de la educación de Natsume sacaba toda su vena Hyuga.

—No lo deberías alabar, lo que hizo está mal—reprendió Hinata haciendo que Natsu se escondiera detrás de su padrino.

Al sentir como la mano del pequeño se aferraba y temblaba ligeramente se enterneció. Su ahijado era valiente, pero cuando se trataba de Hinata la cosa cambiaba, pero él lo entendía ya que para su mala suerte le sucedía lo mismo.

Pero, no podía huir si quería seguir siendo el héroe de su querido ahijado.

—A veces está bien que los hombres arreglen sus diferencias con los puños. Naruto y yo lo hacíamos.

—No me lo recuerdes—dijo Hinata negando. —Vuestra pelea más grande os mantuvo hospitalizados una semana entera—dijo negando haciendo sonreír a Sasuke, le alegraba que la mención de Naruto ya no le afectara.

—¿Qué es un brazo roto? —dijo Sasuke con altanería haciendo que a Natsu le aparecieran estrellitas brillantes en los ojos.

—¡Como mola! —dijo el menor muy emocionado.

Hinata estaba tentada a regañarlos, romperse un hueso por una pelea no era algo de lo que se pudiera estar orgulloso, pero al ver la enorme sonrisa en su pequeño no se vio capaz.

Su mirada se dirigió a Sasuke y de nuevo la conversación con Kurenai-sensei le vino a la mente, logrando agitar su corazón.

Negó, no tenía por qué preocuparse por eso, Sasuke era su amigo y quería mucho a Natsu, estaba segura que incluso si se casaba siempre habría un hueco en su corazón para ellos. Además, él era un hombre libre, no podía ser tan egoísta.

Había hecho tanto por ella.

—¿Vamos por un helado? —dijo Hinata, volviendo a su actitud dulce de siempre.

—¡Vamos! —dijo con entusiasmo Natsume.

Como siempre hacía el menor tomó con una de sus manos la de su madre y con la otra la de su padrino. Eran justamente esos momentos en los que se sentía completo. Tal vez era demasiado vergonzoso decirlo en voz alta, pero cuando estaban así se sentía como en casa, como si fueran una verdadera familia.

Por su parte Sasuke se sentía igual que Natsu, completo. Y aunque Hinata no lo aceptara ni para ella misma se encontraba en la misma situación que los otros dos, esos eran sus momentos favoritos.

Notas de la autora: Hola, bien he de decir que este fue uno de los capítulos que me resultó más grato escribir. 

Me encanta el pequeño Natsu y más la gran dupla que hace con Sasuke.

El próximo cap viene en nada, gracias por todo.

Ya nos leemos 

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora