CAPÍTULO 18: MÁS CERCA QUE NUNCA

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Naruto y Sakura estaban muy nerviosos, por más que buscaban a su hija no había rastro de ella. Cuando alguna vez habían discutido Naruto siempre encontraba a su niña en los columpios del parque al que solían ir cuando era más pequeña, pero esta vez no estaba allí.

Debían haber tenido cuidado con sus palabras, deberían haber permanecido callados.

—¿Dónde podrá estar? —escuchó la voz de Sakura casi lejana a pesar de que estaba a su lado.

Estaba igual de afectada que él, su niña, su pequeña no estaba y por más que llamaran a su teléfono no contestaba. Miles de pensamientos cada uno más horrible que el otro arremetían contra su cabeza. Si algo le llegaba a pasar, si le sucedía algo a Akane.

—La encontraremos—dijo Naruto seguro intentando darle fuerza a su amiga, que solo se limitó a asentir no muy segura.

Ni siquiera había sido una pelea, no había habido gritos ni nada, solo era una conversación tranquila como los dos amigos que eran, una conversación que Akane nunca debió haber escuchado. Recuerdos de su pasado de los que no debieron haber hablado, hubieras que jamás tendrían que haber mencionado y sentimientos que no preferían aun no sentir.

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Kushina y Minato preocupados llegaron a la comisaría, por lo que Shisui le había dicho por teléfono una niña estaba buscándolos. Y la única que encajaba con la descripción que el Uchiha les había dado era la de su nieta, su pequeña Akane.

Que ella de por sí estuviera allí no era algo bueno, ya que significaba serios problemas. Pero, para empeorar las cosas se encontraba con Natsu, lo cual lo volvía un problema todavía mayor y más preocupante.

—¡Apúrate! —le dijo Kushina.

—No puedo saltarme el semáforo en rojo—dijo su marido intentando calmarla, pero su mujer estaba de los nervios.

—¡Solo apúrate! —dijo ella.

Habían estado en el centro comercial comprando varias cosas cuando Shisui los había llamado, no les había dado tiempo ni siquiera a dejar los paquetes en casa, sino que se habían venido directamente de allí y con lo rápido que estaban yendo seguro que les caería alguna multa por exceso de velocidad.

Pero él sabía que eso ahora no era lo importante, sino el que sus dos nietos estuvieran ahora juntos.

Cuando llegaron a la comisaría y vieron a los dos pequeños cada uno de ellos tubo una reacción diferente. Mientras que a Akane se le iluminaron los ojos al ver allí a sus abuelitos, Natsu se extrañó, creía que la chica que acaba de conocer estaba buscando a sus abuelos y ellos eran los suyos.

—¡Abuelitos! —dijo Akane corriendo a abrazarlos.

Natsu e Inojin se miraron confundidos. El pelirrojo cada vez entendía menos, ellos eran sus abuelos.

—¿Se conocen? —preguntó Natsu confundido.

—¿Los conoces? —dijo Akane sorprendida.

—Son sus abuelos—respondió Inojin también bastante extrañado.

—¡Tengo un primo! —dijo Akane con emoción mirando al matrimonio.

Kushina no sabía que decir, sentía que las cosas se complicaban cada vez más y más. Además, conocía muy bien lo espabilado y listo que era Natsu, temía que se diera cuenta de las cosas.

Por su parte Natsu los miró con dudas, él sabía que Kushina y Minato eran sus abuelos paternos, por lo que eran los padres de su misterioso padre. Aquel del cual su madre jamás le había dicho nada conciso.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora