CAPÍTULO 28: UNA MENTIRA, UNA VERDAD

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Sasuke dio un largo suspiro y sin que lo pudiera evitar recordó uno de los tantos libros de jefe-secretaria que Hinata había leído, ya que la chica siempre se emocionaba cuando el jefe llevaba a la inocente chica para que cambiara su estilo y se viera mucho más sexy.

Pero las cosas no iban a pasar así para el Uchiha, principalmente porque no estaba ciego y sabía perfectamente que su secretaria era una mujer sexy. Además, Kin siempre iba muy bien vestida, con ropa ceñida que estilizaba completamente su figura. No necesitaba contratar a un estilista o ir a una peluquería para que arreglara el pelo de la chica, sin mal no recordaba esta le había dicho que mañana iría a su peluquera de confianza que ella misma ya había concertado una cita para que le hiciera un peinado.

Lo único de lo que no se había podido librar era de tener que ir a comprarle ropa, no iba a hacer que la chica gastara su dinero por su causa y aunque al principio se había negado ya le había entregado una tarjeta para que la utilizara y gastara el tiempo que mantenían esa farsa.

"Tómalo como una paga extra" le había dicho para que la chica no pudiera rechazar su propuesta.

—Uchiha-san, ya estoy—dijo abriendo la cortina dejándola ver en un preciso vestido rojo de encaje con la espalda completamente descubierta y de corte sirena realzando sus voluptuosas caderas.

Sasuke la inspeccionó, con ese vestido y esos tacones sería más que suficiente.

—Perfecto, te espero en la caja—dijo serio.

Kin soltó un triste suspiro al ver que su jefe ni siquiera se había inmutado al verla, sabía que las cosas no pasaban como en las películas, pero se moría porque su jefe la mirara con otros ojos.

Sabía que no se podía hacer esperanzas, pero haría todo lo que estuviera en su mano para conquistarlo, después de todo no todos los días se presentaba una oportunidad como esa. Así que, aunque tenía todas las de perder no aceptaría una derrota sin luchar. Esta posiblemente sería su única oportunidad para conquistar a su jefe y después de años de amor correspondido pensaba jugársela a todo o nada.

Además, si le había hecho esa petición a ella es porque tenía su confianza y aunque tal no vez no significaba mucho ella quería creer que si.

Así cuando llegó el mañana y en solo unos minutos aparecería su amado jefe para recogerla y presentarla ante todos como su "novia" intentó estar más impecable que nunca.

Había lavado y perfumado muy bien cada rincón de su piel, su pelo estaba perfectamente arreglado y su maquillaje no era cargado, pero si lo suficientemente deslumbrante y ni hablar de las joyas y ropa que usaba, se veía mejor que nunca.

Cuando fueron las ocho de la noche el timbre de la casa de la chica sonó y no necesitó preguntar de quien se trataba, porque lo sabía, conocía muy bien a su jefe para saber lo puntual que era. Al abrir su puerta y que tuviera delante aquel espécimen masculino casi la deja sin aliento, ni en sus sueños más húmedos se había imaginado esa escena, estaba ridículamente atractivo.

Ambos fueron en el coche de Sasuke, tan elegante como su dueño, todo en él denotaba porte y clase, Kin no podía estar más feliz. Pero se tenía que centrar, debía actuar como una verdadera novia para no avergonzar a su jefe.

Un aparcacoches apareció dispuesto a hacer su trabajo cuando llegaron al lugar acordado, vio como Sasuke le daba una propina más que suficiente, tal vez parecía no serlo, pero su jefe era muy amable.

—¿Preparada? —dijo él extendiendo su brazo y ella asintió encantada, todo parecía un sueño.

Al entrar notó como varias miradas la seguían, se esperaba algo así ya que estaba más que segura que él y Hinata siempre iban juntos. Se preguntaba qué es lo que le habría dicho como escusa a la chica para que no viniera con él.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora