CAPÍTULO 9: SEPARADOS

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Había pasado tres meses desde que él y Hinata se habían separado, pero lo sentía como una eternidad. Sí, hablaban todos los días y a veces más de una vez al día, pero cuando se despedían solo lograba extrañaba más.

Las cosas en la empresa iban bien, pero aun así necesitaría mínimo seis meses más para poder aumentar las ganancias. Aunque desde que él había adquirido el mando todo había mejorado notablemente. Según lo que Itachi le había dicho su padre estaba muy contento con sus progresos, y que si seguía con ese camino era muy posible que lo dejara volver antes de lo previsto.

Había estado hablando con su primo Obito para que se encargara él de los negocios cuando se fuera, era el único en quien podía confiar esa responsabilidad, los demás no eran para nada brillantes y sentía que si lo dejaba en otras manos la empresa volvería a tener pérdidas.

Le había costado que aceptara, pero después de tanta insistencia había dicho que lo haría. Aunque gran parte de eso se lo debía a Rin, la esposa de su primo, que amablemente había aceptado mudarse a Kioto.

Si sus cálculos no le fallaban Hinata ya tenía seis meses de embarazo y en tres más saldría de cuentas.

Al menos debía aumentar las ventas un porcentaje lo suficientemente elevado como para que su padre lo dejara a volver a Konoha para el nacimiento de su futuro ahijado.

Esta vez, incluso si a Fugaku no le hacía gracia iría, quería estar cuando Natsu naciera. Además, solo sería para el nacimiento del pequeño, sabía que después debía volver a continuar con sus tareas.

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Desde que los demás se habían enterado de su embarazo el grupo se había unido un poco más. Con la marcha de Sakura y Naruto parecía que todos se habían distanciado, pero con el nacimiento del futuro bebé el grupo volvía a estar reunido.

—Y vosotros, ¿para cuándo el bebé? —dijo Ino burlona haciendo que Shikamaru pusiera los ojos en blanco, era toda una metiche.

—¿Y tú y Sai? —le rebatió.

Entonces la sonrisa de uno se ensanchó y sus mejillas se tiñeron ligeramente.

—La verdad... ¡Es que estoy embarazada! —confesó muy feliz mientras apretaba la mano de Sai y este asentía.

Hinata solo pudo ir y abrazar a Ino, felicitándola de corazón.

La rubia no tardó en decir que si su hijo era un niño se convertirían en los mejores amigos, mientras que si salía una niña ya podía escuchar las futuras campanas de boda.

Todos rieron frente a sus ocurrencias, pero ninguno de ellos la contradijo, después de todo Ino tenía una intuición muy buena. Además, ir en contra de la rubia era una batalla perdida.

oOoOoOoOo

Hinata miraba con asombro su cuerpo en el espejo, a veces le resultaba increíble que en ella estuviera creciendo una nueva vida. No pudo evitar sonreír y abrazar su ya abultado vientre, "mi Natsu" susurró con un profundo cariño.

Miró el reloj, se le estaba haciendo tarde, así que rápidamente se arregló y fue al encuentro de Minato y Kushina. Hacía dos meses que no los veía, ya que se habían ido de viaje.

Cuando la chica los vio fue a saludarlos, se veían algo nerviosos y eso le preocupó.

—¿Todo bien? ¿Ocurre algo? —preguntó angustiada al ver como los rostros de ambos se tensaba todavía más.

Kushina se sentía bastante mal, una parte de ella no quería decirle nada sobre su viaje para ir a ver a su hijo ya que temía que la chica se lo reprochara, pero sabía que tenía que ser sincera.

—Fuimos a ver a Naruto—dijo de pronto Kushina bastante incómoda.

Minato también estaba incómodo, conocía el enorme corazón de la chica, pero después de todo su hijo la había lastimado demasiado. Pensaron primero en no decirle nada, pero ella se había sincerado con ellos y les había contado sobre su nieta, tenían que decirle la verdad, no se merecía que la engañaran.

—¡No le dijimos nada sobre Natsume! —se apresuró a decir Minato. —Pero... necesitábamos saber cómo estaba nuestro hijo—dijo con sinceridad.

Tanto Kushina como Minato esperaban alguna señal de reproche en la cara de Hinata, pero cuando fueron capaces de mirarla a los ojos se dieron cuenta que tenía una pequeña sonrisa.

—Lo que pasó entre Naruto y yo es cosa nuestra. Pero ambos son sus padres, es normal que se preocupen por él, no me tiene que pedir permiso para verlo—dijo Hinata calmada. —Solo... no me hable de él. No quiero saber nada—dijo algo incómoda.

Hinata entendía que ellos se preocuparan por Naruto. Pero, aunque intentaba no parecer afectada por la mención del chico aún le resultaba dolorosa su elección y el dolor se intensificaba cuando pensaba en su hijo, que crecería sin un padre.

Claro que ya no se sentía para nada como al principio y sabía que a su pequeño nunca le faltaría amor, pero para su desgracia su verdadero padre ni siquiera sabía sobre su existencia y si por ella era nunca lo sabría. Con su marcha había perdido ese derecho.

—Lo entendemos, gracias Hina—dijo Minato y ella asintió.

Kushina le tomó de las manos y también le susurró y débil gracias que hizo enternecer el corazón de la chica.

Tal vez había algo más que tenía que agradecer a Naruto, la llegada de Minato y Kushina a su vida también era un oasis para su corazón.

Sin decir más los tres se abrazaron, tal vez no eran una familia de sangre, pero en sus corazones definitivamente lo eran.

oOoOoOoOo

Hinata no pudo evitar reír frente a lo que decía Sasuke, parecía que ser jefe estaba siendo todo un reto para el chico, pero no precisamente porque no pudiera con todo el tema administrativo, ya que se desenvolvía notablemente en ese campo, sino por toda la atención que estaba recibiendo.

—Tú ríete, pero es molesto—dijo enfadado.

Pero, que ella recordara ya desde la escuela Sasuke siempre había sido el centro de atención. Un alumno modelo por el que casi todas las chicas suspiraban y con el paso del tiempo aquello no hizo más que intensificarse. Así que no le parecía nada extraño que hasta en su propia empresa le hubieran montado un pequeño club de fans.

—Deberías alegrarte, te quieren como jefe—dijo ella con sabiduría.

—Me conformaría con que me respetaran—dijo negando.

Hinata lo miró tras la pantalla de su ordenador y sonrió de nuevo, era extraño, pero cuando hablaba con él era como si toda la carga del día se aliviara de golpe, se preguntaba si para él ella también era soplo de aire fresco.

—Gracias—dijo ella de pronto.

Él la miró sin entender muy bien sus palabras ¿Por qué le estaba agradeciendo? Que él supiera no había hecho nada.

—Por estar en vida, por quedarte—dijo ella dándole otra sonrisa todavía más deslumbrante.

Sasuke se quedó callado y no dijo nada, pero en su interior se arremolinaban un montón de emociones.

"Yo soy el que debería darte las gracias por dejarme ser parte de tu vida" pensó, pero no lo dijo.

Notas de la autora: Hola, primero que nada debo decir; no se acostumbre. No sé cómo es posible que en tan poco tiempo haya publicado tantos caps, casi nunca me pasa. Pero no me quejo, todo esto es cosa de mi señora inspiración, así que hasta que ella no se vea satisfecha no me detendré. 

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora