CAPÍTULO 24: SINCERIDAD ANTE TODO

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Natsu notaba que algo le pasaba a su madre, pero por más que le preguntaba ella no decía nada, solo le mostraba una sonrisa que claramente indicaba que algo le ocurría. Y lo peor de todo es con el transcurso del tiempo la veía cada vez peor.

Algunas veces la veía mirar la televisión con la mirada perdida, la sentía tan ida. Entendía que hubiera estado preocupada si Akane siguiera en casa de sus abuelos, pero el día después de su concierto la niña se había marchado. Así que no sabía que era lo que tenía tan mal a su progenitora.

Lo único diferente era que no había visto a su padrino por toda una semana ya que estaba muy ocupado con su trabajo.

¿Podría ser eso? Pensó el pequeño con esperanza.

Tal vez sus súplicas habían sido escuchadas por los cielos y su madre había comenzado a ver a su padrino de otra manera. Era lo que él había soñado desde que tenía memoria, en que algún día pudiera llamarlo papá.

Su padrino siempre había estado allí para él y lo quería mucho, además de admirarlo demasiado, ambos compartían varios secretos.

Por supuesto confiaba en su madre, pero había cosas de las que solo podía hablar con su padrino, cosas que le resultaban demasiado vergonzosas como para preguntarle a su progenitora.

Sobretodo lo relacionado con una de sus compañeras de clase.

Mientras el pequeño seguía pensado en lo importante que era Sasuke para él sonó el timbre. Hinata miró a la puerta y se estaba por levantar, pero su hijo fue más rápido y preguntó quién era.

Cuando la voz de su padrino le contestó abrió la puerta enseguida, saltando a sus brazos. Hinata al escuchar la risa de Sasuke se levantó presurosa del sofá.

Él la miró sorprendido, estaba ojerosa, un poco más pálida de lo normal, incluso sentía que su piel había perdido algo de brillo. Le recordaba a aquella vez cuando la vio después de que Naruto la dejara plantada, incluso tenía un aspecto más taciturno, parecía que su estaba muy afectada porque hubiera vuelto a ver al que iba a ser su esposo.

Sasuke detuvo la ira que estaba comenzando a sentir, había ido allí a poner fin a las cosas, seguiría el consejo de Itachi. Estaría allí para ella, pero ya no pensaba seguir anclándose a sus sentimientos pasados, ya era suficiente.

Ella se aguantó las ganas de correr a abrazarlo, esa semana que no lo había visto la había puesto tan mal, sobretodo porque sentía que estaba molesto con ella, no contestaba a sus llamadas y sus mensajes solo decían "estoy ocupado". Temía que no quisiera volver a tenerla en su vida.

Natsu sonrió sin que ninguno de los dos adultos lo notara, parecía que sus pensamientos no eran tan erróneos y su mamá sí que comenzaba a ver de otra manera a su padrino.

—Mami iré a la casa de Inojin, nos vemos para la cena. Adiós padrino—dijo efusivo para luego irse antes de que los dos adultos pudieran decir algo, menos mal que Ino vivía a solo una cuadra de allí.

Hinata sentía su corazón tamborilear cuando se dio cuenta que estaba a solas con él. En todo el tiempo que habían estado juntos jamás se había sentido así y no sabía que decir, se sentía tan rara.

—¿Ya has terminado todo tu trabajo? —preguntó algo tímida.

Él solo le limitó a contarle una pequeña mentira sobre una fusión muy importante con otra empresa y que por un error de uno de sus trabajadores se habían traspapelado varios papeles y las negociaciones se habían puesto muy tensas.

—Parece duro—dijo jugueteando con sus dedos.

—Tenía mucho en que pensar—dijo con una verdad a medias, ya que más que en el trabajo era ella y Natsu quien más había inundado su mente. —¿Qué piensas hacer con Naruto? —dijo de pronto sorprendiéndola.

Demasiado tarde [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora