—Italia, la ciudad del amor. —dice Daniel, con una sonrisa.
—Eso es París, fiera —lo corrige Hugo—. Y además, Italia es un país, no una ciudad.
—Yo que sé, me hacía chuletas en los exámenes de geografía —le contesta, pasándose la mano por el cuello—. Yo es que soy más de educación física, ¿sabes?
El viaje a Italia ha sido uno de los más nerviosos de mi vida. El simple hecho de pensar en que volveré a ver a mi nov- Aaron... me acelera el corazón.
Caminábamos por Roma, siguiendo a Daniel y buscando en los sitios que cree que podríamos encontrarlo.
—Como tengamos que hablar con un italiano nos va a costar sacar el traductor. —comenta Wanda, riéndose.
—Sono mezzo italiano da parte di mío padre. So difendermi. — contesta Daniel, y todos lo miramos con la boca abierta.
(Soy medio italiano por parte de mi padre. Sé defenderme)
—Ho studiato un po' di italiano —le respondo, y ahora me miran todos a mí—. A ver, sé hablar español, francés, inglés, italiano, ruso y alemán —pongo los ojos en blanco—. Aprendo rápido los idiomas.
(Estudié algo de italiano)
Y cuando creí que jamás lo encontraría, ahí estaba... sentado en la mesa de un bar mirando su móvil.
Ni siquiera avisé a los demás cuando me acerqué a paso rápido sin despegar la mirada de él.
Cuando ya estaba enfrente de él me aclaré la garganta ruidosamente para que se diera cuenta de mi presencia.
Él levantó la cabeza... y ahí estaba, sintiendo esa tensión que tanto sentía con él, mis ganas de abrazarlo y besarlo.
A él se le había iluminado la mirada con tan solo verme, pero intentaba demostrar lo contrario. Se levantó de la mesa —creo que inconscientemente— sin despegar la mirada de la mía.
—Hola, Aaron. —lo saludo, con una sonrisa.
—Peque- Claudia. —dice, sonriendo.
—Escúchame —me acerco a él aún sin despegar mi mirada de la suya—, sé que hemos terminado y que esto ha sido un infierno —me señalo—, por lo menos para mí, ¿sabes? —aparto la mirada—. Aaron, he intentado muchas cosas para superarte, y créeme, cosas malas. —devuelvo mi mirada a la de él.
—Claudia no sigas...
—Aaron, creo. —se me llenan los ojos de lágrimas—. No, creo no. Lo confirmo... Aaron, —doy un paso hacia él—, estoy enam-
—¿Amor? —pregunta una chica mirando a Aaron.
Yo me quedo con las palabras en la boca al verla. Es pelinegra, de ojos marrones, con pecas, bastante guapa y con un cuerpazo. Parece una modelo sacada de una revista.
—Claudia... te presento a mi novia Adriana. Adriana ella es Claudia. —nos presenta a ambas.
—¡Tú eres la mejor amiga de Aaron! —me señala, con una sonrisa y yo lo miro con el ceño fruncido.
¿Mejor amiga? Esas dos palabras me han roto por dentro. Justo a tiempo, todos entran al local y se colocan a mi lado.
Todos parecen felices de ver a Aaron, excepto yo, que ahora mi cuerpo solo piensa en irse corriendo.
—No sabía que tenías novia. —dice Hugo, mientras mira a ambos.
Daniel me mira con una sonrisa maliciosa. Es la primera vez que pillo una indirecta a la primera.
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Único
Teen Fiction[TERMINADA] Ella era fría y estaba rota por dentro. Él la hizo brillar y la amó de todas las formas que el ser humano puede amar a alguien. Él estuvo para ella en todo momento y le hizo volver a sentir y a tener esperanzas. Ella volvió a sentir paz...