12 años después
Estoy sentada boca abajo en el sofá, mirando el techo distraída, escuchando el tic-tac del reloj y los vehículos pasar por la carretera.
Me levanto lo más rápido que puedo al escuchar un grito que proviene de mi habitación.
Y justo cuando voy a abrir la puerta, esta se abre sola, dejándome pasar adentro y ver a las personas que se estaban gritando.
Por dios, estos niños van a acabar matándome.
—¡ALEC CLARK CARSON Y MADELYN CLARK CARSON! —grito con fuerzas, y ambos se callan al momento.
—Hola, mamá. —dice Mady, sonriéndome.
—¿Qué está pasando aquí? —me cruzo de brazos, y enarco una ceja esperando una buena excusa.
—Madelyn dice que dibujar y jugar al fútbol es un aburrimiento. —me dice Alec, malhumorado.
—Y Alec me ha dicho que bailar es más aburrido. —contesta Mady, cruzándose de brazos, malhumorada también.
Pongo los ojos en blanco y una oleada de nostalgia me inunda la mente.
—Niños. —doy una palmada para recibir su atención—. Hoy vienen a casa cinco personas muy especiales y es necesario que no arméis nada malo.
—Vale, mamá. —contestan los dos a la vez.
Me quedo mirando a los dos niños de once años que tengo delante de mí.
Madelyn es pelinegra y de ojos verdes, tiene los mismos rasgos que Aaron al reírse, y es bastante animada. Ama bailar.
Alec por su parte tiene el pelo castaño casi rubio y los ojos grises, es bastante frío con las personas. Ama el fútbol y dibujar.
Los tres salimos al salón y los dos mellizos se quedan jugando con Rey —el pobre ya está más viejo que yo— ahora les estoy haciendo su merienda favorita.
—Mamá, ¿quién viene a casa? —pregunta Alec, detrás de mí.
—¿Os acordáis de la tía Tara? De la que os hablaba todo el rato.
—¡SÍ! —gritan los dos a la vez.
—Pues hoy viene, y conoceréis a vuestros primos. —les sonrío.
Los dos mellizos empiezan a saltar y gritar de alegría.
—Si queréis verlos tenéis que comeros esto en silencio. —les extiendo las tortitas, y ambos asienten con la cabeza.
Escucho el timbre y voy a abrirla lo más seria posible.
Cuando la abro me encuentro con una pelinegra demasiado cambiada.
—¡CLAUDIAAAAA!
—¡TARAAAAA!
Su pelo ahora era más claro, lo tenía corto, tenía muchos tatuajes por sus brazos y la había visto en la televisión, en muchas películas.
Las dos nos abrazamos muy fuerte mientras nos reímos.
Detrás de ella entra un chico castaño con dos niños.
—¡DANIEL! —lo abrazo con todas mis fuerzas.
—¡MEDIO METRO!
—Niños presentaros. —les dice Tara.
—Hola tía Claudia. Me llamo Boone y él es mi hermano pequeño Blake. —habla el niño pelinegro.
—Tenemos once años y tenemos ganas de conocer a nuestros primos. —sonríe el castaño.
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Único
Teen Fiction[TERMINADA] Ella era fría y estaba rota por dentro. Él la hizo brillar y la amó de todas las formas que el ser humano puede amar a alguien. Él estuvo para ella en todo momento y le hizo volver a sentir y a tener esperanzas. Ella volvió a sentir paz...