Ezellahen

11.- Viaje a otra dimensión

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~ Mundo mágico ~

Remus Lupin llegó devastado a la casa que compartía con sus amigos, por suerte solo encontró a Neville en el camino rumbo a su habitación, ya que este estaba jugando en el pasillo que daba a las escaleras. El chico miró espantado la cara llena de lágrimas de su padrino (Nota: Nunca se supo en el canon, pero en este fic Remus es padrino de Nev XD), intentó llamarlo para averiguar que le pasaba, pero el mayor lo ignoró y se encerró en rápidamente en su habitación. Con movimientos furiosos comenzó a sacar las túnicas de su guardarropa para ponerlas en su baúl de viaje.

Cuando terminó, fue hasta su pequeño escritorio y junto todas sus notas de la traducción que llevaba a cabo desde hace años y se puso a leer. Pasaron las horas y ya era de noche cuando escuchó sonidos en la primera planta, dejó su lectura de lado y fue al baño para ducharse y hacer lo mejor posible para que su cuerpo se destensara y que su cara se limpiara de todo el dolor.

Juntando todo el coraje que tenía, salió de su habitación para buscar a sus amigos y así anunciar las decisiones que había tomado ese mismo día, después de que le rompieran el corazón. Poso una de sus manos en su vientre plano, pensando que si no fuera por esa vida que crecía dentro de él... ya hubiese perdido las ganas de seguir viviendo.

– Ey, Moony, pensábamos que no estabas – Fue el saludo de Sirius, cuando llegó al living de la casa.

– Estaba en mi habitación haciendo algo importante – Contestó, rizando el pelo de Neville y pidiéndole con la mirada que guardara silencio. El chico pareció entenderlo y asintió.

– ¿Oh? ¿Es sobre lo de los manuscritos? – Quiso saber James.

– Si, pero antes tengo algo importante que decirles – Se sentó en uno de los sillones y sus amigos fruncieron el ceño al ver su actitud desanimada.

– ¿Estás bien, Remus? – Preguntó con preocupación Longbottom.

– Más o menos – Sonrió de lado – He roto con Lucius... para siempre –

– ¡Yahoo! ¡Sabía que en algún momento ibas a entrar en razón, Moony! – Chilló Sirius.

El labio inferior del castaño tembló y giró su cara para que nadie pudiera verla. Los otros dos adultos fruncieron el ceño al verlo y luego fulminaron con la mirada a Black.

– Creo que Moony no aprecia tus actos infantiles en este momento, Padfoot – Masculló James – Ten un poco de respeto –

– ¿Eh...? – Preguntó el animago estúpidamente. Giró su cabeza para mirar donde estaba su amigo y se encontró con que Frank estaba junto a él y le acariciaba la espalda – Oh... mierda. Lo siento, Moony... pero tú sabes lo que siento con respecto a ese Slytherin. Estoy feliz de que se hayan dejado... –

– ¡Sirius Black! ¡Cierra tu boca de una vez! – Gruñó Frank.

– Está bien – Murmuró el lobo, secándose algunas lágrimas traicioneras que escapaban de sus ojos. Había dejado de llorar desde que entró esta mañana a su habitación y se prometió no volver a hacerlo. Sin embargo, la herida estaba muy reciente como para que dejara de doler.– Eso ya es historia ahora, en verdad bajé para decirles algo importante – Miró a James – Hace muy poco terminé de traducir todos los manuscritos y creo que sé dónde está Harry y como ir a buscarlo –

Sus amigos jadearon en shock.

– ¿...qué? – Pidió Potter, inestable – ¿Estás hablando en serio, Remus...? –

– Sip, tu bebé estará pronto contigo – Sonrió acariciando inconscientemente su estómago.

Una sonrisa radiante se encendió en la cara del animago ciervo, Sirius sonrió igual y palmeó la espalda de su amigo. No podía creerlo en verdad, la esperanza siempre estuvo allí, poca... pero estaba. Definitivamente si deseaban traer de vuelta, de donde fuera que estuviera su ahijado, Moony era quien podría encontrarlo.