12.- Encontrando lo que buscabas

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– Entonces... ¿Harry está aquí? – Preguntó Remus con una sonrisa deslumbrante, sus ojos dorados brillando con lágrimas de emoción – ¿Estás seguro? –

– Si, Remus... pero... – Regulus miró con precaución a su pareja. Él tenía una mirada inusualmente seria en su rostro normalmente alegre.

– ¿Pero qué...? –

– Él ya no es más Harry, ahora es Ezellahen y es mi hijo –

La boca de Remus se abrió en shock, inseguro de que sentir ante la nota de posesión y enojo que sintió en la declaración del elfo. Un poco de tensión se pudo sentir en el cuarto, pero, agradecidamente, unos toques a la puerta atrajo la atención de todos y Morë se apresuró a abrir.

"–" / ¡Profesor! ¡Traje a mi mami para que conozca al extraño que vino con los abuelos!/

Se trataba de un sonriente niño de 9 años, (Nota: Harry ahora tiene nueve años, para todas aquellas que se preguntaban cuanto tiempo había pasado.) que venía acompañado de Elrohir. El licántropo pudo sentir la presencia del niño incluso antes de que el mago abriera la puerta, esa presencia que nunca podría olvidar, porque Harry fue el primer bebé que alguien confió a su cuidado a pesar de su enfermedad y, en el momento en que lo tuvo en sus brazos, supo que quería vivir la experiencia de tener un hijo, arriesgándose a que el niño pudiera nacer con la maldición del hombre-lobo.

Sonrió encariñado al ver lo hermoso y lo tan parecido a su padre que era, conservando aún el color de ojos verde esmeralda de la dulce Lily. Distraídamente notó la cicatriz en forma de rayo en su frente, pero estaba más atento a comprobar si estaba bien. Lo estaba y parecía tan feliz que por un momento se sintió traicionado y celoso de que llamara con tanto cariño "mamá" al elfo que lo acompañaba, porque conociendo la lengua, había entendido perfectamente cuando lo llamó madre, a pesar de que el mencionado era un hombre.

Y hablando del elfo, Elrohir miraba con interés a Remus, había algo en ese hombre que lo atraía de sobremanera. No era la misma atracción que sentiría si él llegase a ser su pareja, pero era algo similar. Era como si pudiera sentir que ambos compartían un mismo sentimiento o vivencia que los hacía parecidos. Estaba al tanto de que era un mago, porque, viniendo hasta esta habitación, había escuchado lo que comentaban los invitados de su hermano. Durante una pequeña conversación mental con su abuela, esta le dijo que ella lo había encontrado y traído hasta Rivendel. Él había llegado a Lothlorien de la misma forma que Harry llegó a aquel bosque donde lo hallaron.

Su cara era hermosa, al igual que su pelo castaño casi rubio, la mirada que tenía ahora era por demás tierna, pero en sus ojos se podía notar un dolor intenso que le rompió el corazón y eso removió algo en su interior. Un sentimiento de protección creció en él, sin saber bien porque.

La vocecita de su hijo lo sacó de sus pensamientos acerca del mago.

– Hola – Dijo Harry algo torpe, ya que casi no estaba acostumbrado a hablar la lengua de los hombres – ¿Puedo saber quién es usted? –

– Mi nombre es Remus Lupin – Dijo, con un hilo de voz, por todas las emociones que lo embargaban. Extendió una mano y el niño se la estrechó, dándole una sonrisa radiante. El castaño contuvo un sollozo al sentir la mano pequeña y tan suave, casi como cuando era un bebé. Estas tan hermoso, pequeño.

– ¿Oh...? – Inclinó la cabeza en confusión – No lo conocía de antes. ¿Por qué vino aquí con los abuelos? ¿Es invitado de la boda...? –

Una mirada fulminante pasó por la cara de Elladan y eso le dijo al mago que no era momento de revelarle el verdadero motivo de su llegada a la Tierra Media.

EzellahenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora