22.- Otro Potter en Hogwarts

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Por supuesto, para ese entonces, ya corrían muchos rumores en Hogwarts, acerca del pronto arribo de un nuevo estudiante, que era nada más y nada menos que "el niño que vivió y desapareció". Se podían oír los murmullos excitados desde la Estación de King's Cross, durante todo el trayecto del tren y estos aumentaron mucho más cuando todos se reunieron en el Gran Comedor. Y, todo en todo, hacían que Severus Snape estuviera de muy mal humor. Si no hubiese sido por la intensa sesión de sexo que su esposo se encargó de proveerle esa mañana, su humor hubiese sido peor... si es que eso era posible. ¡No bastando con uno ahora iba a tener que soportar a otro Potter en la escuela! La peor pesadilla de Severus se había cumplido.

– ¿Y qué tal es? – Preguntó curiosamente Ron.

– Bien él... – Neville frunció el ceño. – Es un buen chico, pero su actitud es extraña – Hizo un mohín. – Tengo entendido que se crio entre la "realeza" de donde sea que allá estado y sus hábitos de comer, de manejarse y hasta de vestirse son muy diferentes al de un adolescente normal como nosotros – Una sonrisa de lado se formó en su rostro, mirando al Malfoy. – Casi podría decir que sus manierismos son peores que los de Draco –

El rubio frunció el ceño y se enderezó en su asiento.

– Bien, perdónenme si mis hábitos culinarios o diarios difieren mucho de simios como ustedes, aunque debo de decir que Ronald es un cerdo – Dijo con desdén.

– ¡¿Disculpa?! – El pelirrojo fulminó a Malfoy con la mirada y el chico le tiró una mirada de desprecio.

– Ssshhh... Dumbledore está a punto de hablar – Susurró Hermione.

Todos los estudiantes guardaron silencio al ver al director levantarse de su asiento, sonriente.

– Mis queridos alumnos, espero que hayan pasado unas muy buenas vacaciones, disfrutando de estas fiestas tan alegres. Ahora debo darles una noticia igual de alegre, que es algo inusual para nuestro colegio – Sonrió cuando comenzaron los susurros, todos los ojos estaban en profesor de DCAO y el muchacho que estaba junto a la mesa. – Supongo que para este momento todos ya deben saber que el Señor Harry Potter ha vuelto junto a su familia, después tantos años desaparecido... – Los murmullos se volvieron más excitados. – Y me es muy grato informarles que él está muy bien y que este año se unirá a nosotros para poder aprender en Hogwarts, el cursara el tercer año – Giró para mirar a su subdirectora. – Minerva, si serías tan amable... – La mujer asintió y trajo el taburete, junto con el Sombrero Seleccionador. – Deseo que le den un gran aplauso de recibimiento, ven por favor, Harry –

El chico se acercó, sintiéndose tímido por dentro, pero por fuera no lo dejaba exteriorizar. No por nada había recibido su educación de mano de Lord Elrond, este le había enseñado a soportar las masas con cara impasible. Minerva le indicó que se sentara en el taburete y le dio una sonrisa tensa, antes de colocarle el sombrero en la cabeza.

"Oh... han pasado algunos años, pero al fin puedo conocerlo, Señor Potter..."

"Es un placer, pero prefiero ser llamado Ezellahen...."

"Por supuesto, por supuesto" Rio. "Bien... mmmhhh.... ¿Qué tenemos aquí? Veo mucha educación noble, excelentes modales y actitudes para la lucha, no es sorprendente, siendo que has sido enseñado por nada menos que un noble de los Altos Elfos"

"Mi abuelo se encargó de enseñarme él mismo y ponerme profesores para el resto..."

"Ya veo... pero debajo de todo eso... veo un bromista, que disfruta de jugarle bromas a esos que le han enseñado a ser un noble" Sonrió y el moreno se removió incómodo en su asiento. "Creo que esa parte tuya ha hecho que tome mi decisión... con esa personalidad bromista solo hay una Casa en la que no te aburrirás y en la encontraras buenos cómplices... y esa es... ¡GRYFFINDOR!"

EzellahenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora