-¡SeHun, detente!- gritó Junmyeon al ser arrastrado. Con maestría logró dar una patada con la punta de su bota de tacón a la nariz del lobo. Este soltó un gruñido al recibir el golpe e intentó atrapar nuevamente el pie del vampiro, más la rapidez del pequeño hombre fue mucho mejor y logró esquivarlo por cuestión de segundos, el movimiento imperceptible al ojo humano.
Junmyeon, impactado por lo furioso que parecía SeHun esquivaba patadas y garrazos sin realmente muchas ganas de empezar una verdadera pelea, solo desplazandose por el suelo y en ocasiones en el aire por la fuerza de los golpes.-Sehun, maldita sea, enserio tienes que detenerte- dobló su espalda hacia atrás esquivando un garrazo en dirección a su rostro, la uña solo tocando ligeramente la punta de su nariz respingona, un hilo muy delgado corrió por el puente de su nariz para luego cerrarse el pequeño corte en cuestión de segundos.
-¡Yo también lo extraño!- gritó con fuerza, su garganta formando un nudo grueso y rasposo. Lo aclaró un poco antes de saltar por el aire con una voltereta lateral rápida y precisa, su cuerpo resistiendo los golpes ocasionales y regresando algunos más débiles pero certeros.
El grueso cuerpo del lobo era duro de esquivar, nim se deslizaba cuál serpiente por su brazo emitiendo un fulgor brillante alerta de cualquier instrucción suya de convertirse nuevamente en espada. Sin embargo las intenciones del vampiro eran diferentes.
-¿Extrañarlo?- gruñó el lobo, el sonido de su voz masculina más animal que humana sorprendió al vampiro, el sonido era tan grotesco que comenzaba a preguntarse si aún había un humano racional dentro.
-Si lo querías muerto- le recordó, el rencor en su voz le mandó un escalofrío por toda su piel. Junmyeon, molesto y herido dejo salir un profundo gruñido de si garganta, advirtiendo.
-¡Si, lo sé!¿Y cómo mierda crees que me siento, ah? ¡Lo perdí SeHun! ¡Lo perdí!- gritó furioso, sin poder detener las gotas rojas que empezaron de surcar sus pálidas mejillas. Nim brilló más enroscada en su muñeca, como si preguntará si necesitaba ayuda. No hizo el intento de transformarla -¡Y no pude hacer nada! ¡No hice nada!
-¡Y no lo lamentas como yo!-regresó el grito SeHun, su voz regresando un poco de su humanidad pero aún en si mayoría animal, el dorado de sus ojos se volvió más intenso y profundo enmarcado por la oscuridad de su pelaje, un cuadro aterrador y mortífero que solo inventivo al vampiro a seguir luchando -¡Nadie puede, Junmyeon! Ni siquiera tú.
-Tú tampoco lo entiendes SeHun- corrió por las paredes desiguales de la cueva, con trabajoso esfuerzo logro montarse encima del gran lobo, apretando sus piernas en torno del tronco fibroso y peludo que se retorcía violentamente debajo suyo intentando quitárselo de encima.
Junmyeon no daba tregua, sosteniendo entre sus dedos el pelaje del cuello grueso manteniendo el equilibrio con todo lo que era capaz, sus esbeltas piernas reforzando su agarre amarrándose entorno a las costillas y lastimarlas por la fuerza. SeHun gruñó con dolor antes de sacudirse más fuerte y aullar furioso a su manada. Sin embargo nadie vino, todos sabiendo que Jun estaría allí esa noche para regresar a su líder con ellos. No instante la pelea era dura y ninguna daba el brazo a torcer, luchando y estrellándose con las paredes. Rasguños profundos mancillaban el inmaculado de la piel del vampiro, polvo se acumulaba en el pelaje negro, ropas rasgadas y sangre escarlata chorreaba al suelo en pequeñas cantidades.
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Somos Sangre Y Sombras
Hayran KurguDolor, traición, condenados. Vampiros. Lobos. Una guerra. Un elegido Y almas que buscan la luz a pesar de que está pueda ser demasiado fuerte como para soportarla. Kim Suho cambió porque fue obligado a hacerlo, recibió una propuesta de auxilio del h...