•|Sin salidas|•

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Un silencio tenso inundó la sala, los asistentes se quedaron enmudecidos con tal revelación.

-¿De qué estas hablando Hwasa, estuviste comprometida?- Cuestionó dudoso Junmyeon, avanzando lentamente hacia la sirena la cual se mantenía recelosa de todos los presentes, escudando con su cuerpo a la frágil sirena en sus brazos.

-Lo estuve, pero eso fue hace mucho tiempo- Junmyeon se detuvo cuando vio pálidas lagrimas deslizarse por las sonrojadas mejillas de Hwasa, la vergüenza al verse débil ante los ojos de los otros, el admitir a viva voz que estuvo involucrada de alguna manera quien parecía estar relacionado con tanta desgracia.

-No es tu culpa Hwasa, no podías saber lo que sucedería, pero debes ayudarnos a entender a quien nos enfrentamos- La tranquilizó Jun, las finas facciones del vampiro se suavizaron con cariño al observar a su amiga y sus dedos se envolvieron con cuidado en las muñecas de Hwasa. Con un gesto indicó a SeHun que le ayudara en acercar una silla para sentar a la sirena y tratar de relajarla, el lobo, entendiendo se encaminó con una silla halada por su única mano.

-Todos aquí presentes te entendemos Hwasa, ninguno te culpa por lo que está sucediendo. Estamos aquí para ayudarte- Exclamó SeHun rotundo, la sirena conmovida por sus palabras y con cautela observó los rostros a su alrededor; miró dolor, cansancio, pena, mucha desolación y enojo pero ninguna era dirigida a ella o la sirena en sus brazos.

Hwasa apretó su labio con los dientes, la rabia y la desesperación se adhería a su estómago con fuerza hasta hacerla una maraña de nervios a la que no estaba acostumbrada, su usual valentía y seguridad desaparecida en algún lado. BaekHyun la observó con dolor en sus ojos dorados, solo el conocía parte de la historia, se la había contado en una noche de borrachera, en esas noches donde sus barricadas caían para dejar a la mujer que siempre se ha esforzado en ocultar. Una mujer asustada. Suspiró desde lo más profundo de su ser y apretó contra sí a Solar como si fuera un escudo entre los demás y ella.

El corazón sin palpito de Junmyeon se apretó con la visión.

»Hace mucho tiempo cuando la tierra estaba aún herida, consumada la Gran Guerra entre los humanos y los Seres Sobrenaturales, el Reino de los Cielos y los Seres Mágicos se llegó al acuerdo de esconder la presencia de cada uno de ellos para romper lazos y no verse jamás. Por mucho tiempo, esa regla fue respetada para preservar la paz y curar sus heridas sangrantes. Hasta hace 60 años, que los reinos buscaron volver a enlazar sus conexiones nuevamente y formar tratados que ayudaran a los reinos en su camino de la paz, sin embargo, el tiempo no fue un buen aliado y había creado mucha discordia entre los habitantes; rumores pretenciosos, celos, codicia. Surgieron leyendas y profecías entre reinos que ponían en duda unos con otros.

Pero predominó una. Los seres de luz, un pueblo temido y con demasiados secretos a su alrededor el cual se hacía cada vez más poderoso con el paso de los años, a su alrededor. Cuando Circe, una poderosa hechicera profetizó que los seres de luz serian los reyes de todo y serian portadores del Sol y magia sorprendente los otros reinos decidieron alzarse en armas.

-Los vampiros hicieron más fuertes a sus lideres enlazándose con humanos- Acompletó BaekHyun con dolor, entendiendo por fin el porque de su miseria. ChanYeol apretó su mano con la suya en señal de consuelo. Junmyeon apretó los dientes, el también había sido una victima de aquello, pero muchos años después. Hwasa asintió en afirmación .

- Los elfos se enlazaron con las hadas por sus afinidades con la magia elemental, y mientras tanto las sirenas se unieron a los hechiceros para dominar las artes del mundo mágico y el sobrenatural.

-Por eso tu matrimonio arreglado con Kwon- Adivinó el Alfa Choi, quien se había mantenido al margen hasta ese momento, Hwasa volvió a asentir -Mi madre llegó un día después de sus tantas juntas con el consejo, me informó de mi matrimonio con un hombre que nunca había conocido. Sin embargo, a pesar de todas esas alianzas solo una facción no se unió en la revuelta.

Somos Sangre Y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora