Dolor, traición, condenados.
Vampiros.
Lobos.
Una guerra.
Un elegido
Y almas que buscan la luz a pesar de que está pueda ser demasiado fuerte como para soportarla.
Kim Suho cambió porque fue obligado a hacerlo, recibió una propuesta de auxilio del h...
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•|Mi historia|•
Junmyeon es un vampiro recién creado a la tierna edad de los 17 años.
Aquella edad en donde los adolescentes esperan el ultimátum de la niñez para llegar al apogeo de la madurez. Un fruto esperando aquella transición para un mejor sabor. Ahora su cuerpo aún sin terminar de madurar— y llegar al máximo esplendor que tanto había esperado en su descolorida vida— está congelado en su aspecto joven sin llegar a la adultez . Al igual que un pepónide varado en el momento.
Su larguirucho cuerpo desgarbado, con su usual torpeza al caminar por una habitación, ahora desaparecida por la elegante gracia con la que se movían los vampiros, aquel andar tan ligero como la vaporosidad de un nube. El recorrido silencioso de la neblina densa en una noche son luna y solo queda oscuridad.
Descubrió el mismo día que fue convertido esos pequeños detalles que lo asustaban de sobremanera, aquellas sencillas cosas tan mundanas que eran fáciles de pasar desapercibidas para todos los humanos, ahora, se habían transmutados en la nada y dejaron la máscara vacía que fue condenado a llevar.
Su humanidad ausente y ese terrible pensamiento lo perseguirá hasta el fin de los tiempos, cuando llueva de las nubes sangre y sol decida apagarse, él perdura en las sombras con la única constante de su vida, el Tiempo.
La temible belleza mortífera de sus nuevas características acompañada de su nueva condena— lo que miles de humanos de todas las eras, de todas las clases; desde los más gallardos a los más viles—la ansiada inmortalidad. Aquellas mejillas sonrojadas las veinticuatro horas del día que siempre detestaba y subestimaba con gestos despreciativos ahora eran pálidas como la porcelana clara y pura; su piel sin poros dimanaban escalofríos a sus espectadores, como ver una escultura gótica de la famosa Notre Damme del siglo XII. Los mitos que tanto había escuchado en sus animes favoritos, en los cómic que acostumbraba a leer, en aquella literatura de Anne Rice entremezclada con Bram Stocker, ahora viéndose truncadas con la realidad que enfrentaba en carne propia.
La broma con un final grosero y estúpido de una historia sin un final feliz de algún autor desconocido, su fantasía con los seres mitológicos que siempre lo habían perseguido y fascinado desde niño le daban una cachetada con guante blanco, ahora se preguntaba ¿Por qué le llegó a cautivar alguna vez? Era mucho peor y más oscuro y sucio de lo que alguna vez pudo imaginarse.
El día en que descubrió que eran verdad junto con el pequeño Luhan cuando aún eran simples mortales lo embelesaron de admiración, mas no esperaba que terminara siendo del clan enemigo, transformado por él que repudiaban y ahora siendo aquel que es ahora. Ahora son enemigos de sangre, de sombras y de naturaleza.
Convertido en una asquerosa sanguijuela —como acostumbraban decirle la manada a los chupasangre— rezagada del circulo, aquellos hombres con cuerpos de proporciones descomunalmente atléticas y esbeltas con músculos de acero y rostros envidiables como todos los seres mitológicos, lo alejaron sin mirar atrás. Ellos quienes nunca fueron cercanos pero en algún momento creyó que podrían ser familia. Ellos y él, se esperaba de todos menos él.
