Era complejo para mí volver a relatar mi pasado. Estaba claro que evité momentos escabrosos que, aún después de tantos años, me costaban asimilar, pero me sinceré con Vaeros de la forma más pura posible. Le permití conocer a JinWoo de una manera en la que sólo yo fui capaz de hacerlo, pero aún así, estaba claro que no había en él demasiada empatía hacia el mencionado hombre que me preocupaba en demasía.
─Sé que no te importa JinWoo, pero realmente me preocupa qué pueda hacer ─confesé, en un tono bastante desanimado, ocultando quizás el ligero miedo que existía en mí. Vaeros soltó un profundo suspiro ante mis palabras. Me tomó de la cintura y me sentó en una de sus piernas, puesto que aún me hallaba en medio de éstas. Guió mis piernas hacia el otro lado, de modo que pudiese estar sentada cómodamente de costado sobre él. Uno de sus brazos me rodeó con firmeza, y el otro se acercó a mi rostro para que su mano sujetara mi barbilla.
─Tú me importas más que nadie en este mundo, y la gente que pertenece a tu vida también, hasta cierta extensión... JinWoo no es la excepción. Es cierto que no me agrada, pero puedo ver que te afecta la situación. Es motivo suficiente para que lo soporte por unos minutos y comprenda qué sientes tú... ─sus palabras me arrebataron una pequeña sonrisa, y sin darme cuenta, me acerqué a él para depositar un suave beso sobre sus labios. Fue un gesto inconsciente, pero Vaeros pareció algo avergonzado de recibirlo. No era común en él, pero se le escapó una risa bastante adorable ─. Creo que debería hacerme su amigo también ─bromeó, provocando una ligera risa por mi parte. Descansé mi cabeza sobre su hombro, un poco más relajada esta vez.
Seguía sorprendiéndome lo mucho que Vaeros lograba apaciguar la intranquilidad que se generaba en mí por momentos. La vida e incluso mi trabajo habían logrado que pensara siempre en los peores finales, y aquello podía llegar a ser agotador. No se lo comentaba a nadie, pero ahora había tenido la valentía de charlar sobre mis inquietudes con alguien más. Le estaba confiando lo más vulnerable de mí a Vaeros, sin arrepentirme en lo absoluto por ello.
─Te lo agradezco, de verdad... Quizás debería relajarme y disfrutar del viaje ─suspiré, sabiendo de sobra que sería regañada por YangMi si volvía a Seúl por mis preocupaciones exageradas, y que haría sentir culpable a JinWoo en el proceso.
─Me encantaría que así fuese, querida HeeSook. Preparé varias cosas, ¿sabes? Quería que tuvieras una bonita semana alejada de trabajo y preocupaciones... Falló un poco, pero apenas llegamos ─me enseñó su sonrisa tan resplandeciente, con la ilusión en su mirada de que aceptaría quedarme y seguir disfrutando de todo lo planeado a su lado. Solté un suspiro cargado de resignación y de bastante felicidad ante lo relajada que me sentía de nuevo. Por mi bien, e incluso el de JinWoo, no sería paranoica y confiaría en él.
─Está bien, quiero disfrutar de todo lo bonito que has preparado ─le informé, regalándole una delicada y tímida sonrisa, viendo cómo crecía un brillo en sus ojos.
Vaeros y yo recorrimos los jardines por un largo rato, tomados de la mano y charlando sobre ciertos momentos de nuestra juventud. Debía admitir que era ciertamente adorable que pretendiera no saber sobre algunos detalles de mi vida. Parecía sinceramente sorprendido, y en su lenguaje corporal se notaba el interés por lo que le contaba, entusiasmado por escucharme hasta el final. Quizás, ese hecho fue el que logró acelerar mi corazón todo el tiempo que estuvimos paseando. Vaeros podía ser realmente encantador, y aún cuando no quería que tuviese ese efecto en mí, la verdad era que me resultaba abrumador por momentos.
Después de un rato caminando, decidimos volver ante el llamado de uno de los empleados del hogar que nos avisó que el almuerzo estaba listo.
Quizás era porque mi desayuno había sido una amarga despedida, y el sabor de los bocadillos que Vaeros compró esa mañana habían sido burdos a comparación del banquete que había preparado su familia para recibirnos, y era esa la razón por la cual me sentía casi famélica al sentir el aroma de éste.
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v ; kth
Fanfiction"...posó su mano sobre aquella máscaras que conformaba el enigma de su ser y se la quitó. Sentí una opresión en el pecho y respirar comenzó a tornarse un desafío. Aquel gesto fue el encuentro de lo etéreo con lo demoníaco." Foto utilizada en la port...