Un ambiente decorado al estilo de un palacio moderno, comida exquisita, vinos importados y excesivamente caros, y auras completamente oscuras contrastando con la mía, una simple humana en medio de una reunión de demonios, siendo acompañada por un híbrido... Así es como podría resumir el escenario tan interesante en el que estaba involucrada, aún cuando sonase como un extravagante y psicótico relato, dicho ante cualquiera. Me resultaba interesante poder analizar el entorno. Estaba más que claro que, después de atravesar aquella puerta y caminar por el salón, no dejamos de ser el centro de atención y el clima pasó a ser notoriamente distinto. Recibíamos miradas filosas, cual criminales en un juicio recibiendo su sentencia. Quizás la situación se sentía similar para todos ellos, viendo una intrusa que jamás debió pisar en su territorio.
Apenas habían transcurrido unos pocos segundos desde que decidimos tomar asiento frente a los tres. Incluso, nuestra comida había sido traída casi al instante por unos inexpresivos meseros, como si todo fuese premeditado. Eso, me dejó en claro que Vaeros confió en mí y mi valor para participar de un almuerzo tan particular, tanto como para confirmarles que comeríamos con ellos, sin duda alguna.
No podía concentrarme en el plato frente a mí, mucho menos en la conversación tan fluida entre los tres comensales y Vaeros. Aún así, sus ojos repletos de un brillo auténtico, no pasaron desapercibidos para mí. Estaba claro que ellos eran una parte de su vida que atesoraba con todo su ser, siendo aquello expuesto por la forma en la que eligió referirse a los tres. No a cualquier persona decidimos llamar "familia", mucho menos le otorgamos el título de alguien que "salvó nuestra vida". Aquello me llevaba a pensar en el peso de influencia que tendrían en él, y me hacía reflexionar sobre lo fascinante del hecho de unos seres sobrenaturales teniendo modelos a seguir, e incluso, familiares de corazón. Aún era muy ignorante sobre el factor social de semejantes entidades.
─Do HeeSook ─escuché de repente, precipitándome a girar mi cabeza en dirección a la voz femenina que me llamó. Conecté miradas con ella, la única mujer del trío de personas frente a nosotros, y un escalofrío singular recorrió mi espina dorsal al darme cuenta de su magnífica presencia sobreponiéndose ante las ajenas ─. Ese es tu nombre, ¿o me equivoco? ─cuestionó de repente, logrando que despejara mi mente de la lluvia de pensamientos por un segundo y me concentrara en su persona, y en la mirada tan expectante de todos puesta sobre mí. Finalmente, asentí con firmeza ante su pregunta ─. Es todo un placer conocerte. Lamentamos hacerte sentir tan foránea en la charla, pero no nos hemos visto en mucho tiempo. Estamos algo entusiasmados hoy ─sonrió con tranquilidad, enseñándome una pequeña disculpa en su tono.
─No se preocupe, entiendo perfectamente ─respondí, en un tono más relajado de lo que esperaba. Si alguien me acusaba de poseer cierto temor en ese momento, respondería que estaba en lo correcto. Sin embargo, eso no significaba que no pudiese llevar adelante la situación, y adaptarme más allá de mis diferencias abismales del conocimiento de su mundo, con respecto a su total entendimiento del mío. Después de todo, cada uno de nosotros coexistía en el universo, y no era justo negarles una oportunidad a entenderlos o, al menos, sentir genuino interés.
─Oh, qué descortés... No nos hemos presentado ─apuntó a aquél detalle mientras se dedicaba a servirse un poco más de vino, algo angustiada por el error compartido con sus otros dos acompañantes. La observé en silencio, dándome cuenta de su elegancia innegable y su belleza tan etérea. Su cabello caía ondulado hasta un poco después de su hombro, y el vestido azul que tenía puesto se ceñía a su cuerpo con sensualidad; su piel estaba libre de imperfecciones, como si se tratase de un lienzo delicado. Era una mujer madura y distinguida, sin duda alguna. Luego de beber un sorbo pequeño, entregándome una pequeña sonrisa torcida como las que Vaeros suele darme, decidió hablar ─. Encantada de conocerte, HeeSook. Soy Lilith, la madre de Vaeros ─se presentó, con cierto orgullo surcando su semblante ante la mención de tal relación, alzando apenas el mentón mientras sonreía ampliamente.
ESTÁS LEYENDO
v ; kth
Fanfiction"...posó su mano sobre aquella máscaras que conformaba el enigma de su ser y se la quitó. Sentí una opresión en el pecho y respirar comenzó a tornarse un desafío. Aquel gesto fue el encuentro de lo etéreo con lo demoníaco." Foto utilizada en la port...