09

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Draken se me había perdido de vista, ¿Ahora que hago?

—Angry. —Llamé. —Perdoname.

Hice mi cabeza hacia atrás soltandole un cabezazo y luego pise con fuerza su pie. Él me soltó, tomé mi bastón y aproveché para correr en busca de Draken, en ese momento me choque con el rubio de ojos azules.

Los dos caímos y en cuanto nos miramos a los ojos, hubo algo raro.

—¿Tú...? —Comenzó a hablar.

—Estoy buscando a Draken. —Le dije y me levanté rápido.

«Olvidé mencionar que te alejaras de él... Es como tú.»

Cariño nadie es como yo.

Ignoré eso y seguí mi búsqueda, pronto volví a ver al rubio pero estaba junto a Draken tirando en el suelo con un charco de sangre.

—¿Drakencito? —Murmuré. —Muevete.

Puse mis dedos en su cuello, buscando su pulso.

—Sigue vivo, vamos ayúdame. —Le dije y entre los dos comenzamos a levantarlo.

—¡Mikey! —Exclamó el rubio.

Ellos comenzaron una conversación a gritos pero yo no les puse tanta atención, solo estaba enfocada en enrollar el moño de mi yukata en su herida.

—Vas a estar bien, ¿Okay? —Le dije a Draken. —Tienes que mantenerte despierto, ¿Puedes hacerlo?

—Si... —Murmuró.

—Niño, ocupo que lo lleves en tu espalda. —Le dije y él se vio asustado. —Tienes que hacerlo, no voy a permitir que se desangre y pueda... Ni siquiera voy a decirlo.

El chico subió a Draken a su espalda, pero al ser mucho más grande y pesado, hubieron dificultades.

Para cuando llegamos al callejón, la mocosa y otra chica llegaron, yo a lo lejos pude ver al que reconocí como Kiyomasa.

—Niño, déjalo en el suelo. —Le dije y volví a desplegar mi bastón, ésta vez añadiendo la bola y el filo en cada lado.

—¿Qué vas a hacer? —Cuestionó el chico.

—Solo observa. —Sonreí.

Nadie se iba a meter en mis objetivos, y si es necesario matar a alguien, estoy muy dispuesta a hacerlo.

—Kanu, no lo hagas. —Dijo Draken tosiendo sangre.

—Tranquilo Drakencito, voy a estar perfectamente bien. —Le di mi mejor sonrisa y fue entonces que le lancé mi bastón al chico Kiyomasa.

—¡Ja! ¡Fallaste! —Exclamó pero al voltear al frente yo ya iba corriendo hacia él.

—Yo nunca fallo. —Dije burlona.

Le solté un puñetazo en el cual hubo un par de rasguños, pues siempre tenía mis anillos de picos.

—¿Kiyomasa, cierto? Eres una perra. —Dije con burla. —A partir de ahora vas a ser mi perra o te prometo que irás al reclusorio.

—¡Deja de hablar mierdas! —Exclamó empujandome.

Cuál gato caí de pie, pero después le solté una patada en el estómago, y finalmente otra en la cara lanzandolo hacia los arbustos.

—¡Por fin soy yo quien manda a alguien a los arbustos! —Dije con emoción, luego miré a uno de los chicos que estaban ahí, él sujetaba mi bastón. —Oye, deja eso, está embrujado.

El chico lo soltó y se asustó aún más cuando el bastón comenzó a venir hacia mí sin tocarlo. Tenía un hilo y con ese lo hice venir a mi.

—¿Quién quiere más? —Pregunté sonriente tomando mi bastón y haciéndolo pequeño.

—¿Crees que unos cuantos puñetazos y patadas nos vas a asustar? —Exclamó uno riéndose. —Por favor, ¿Qué nos podría hacer una niñita como tú?

Volví a desplegar el bastón y lo lancé hacia el tipo, clavando la parte filosa en su brazo. Sin darle tiempo volví a hacer venir hacia mí el bastón, el tipo estaba gritando cuál niña.

No me había dado cuenta pero cierto tipo en los arbustos me había golpeado con una roca en la cabeza.

—¡Kanu! —Exclamó Draken.

Cuando miré hacia el tipo, pude sentir como la sangre me caía de la cabeza.

—¿Tú quieres morir? —Sonreí y entonces le solté otro puñetazo, está vez clavando mis anillos con ganas en su piel.

Puñetazo tras puñetazo, incluso el rubio de ojos azules se había puesto a pelear con otro tipo del grupo.

—¿Quieres interferir en mis malditos asuntos? —Bramé dándole un par de puñetazos más en la cara. —¡Te voy a matar antes de que eso suceda.

Escuché un crack proviniendo de la nariz otros cuantos cracks de la boca y pronto uno de la frente.

Las dos chicas vinieron a mi y me jalaron, después unos cuatro chicos salieron de los arbustos y tras una conversación muy motivacional, se pusieron a ser sacos de boxeo de los otros tipos.

Pero al menos llegó la ambulancia por Draken, y ellos se fueron.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó uno de los chicos que habían llegado. Se parecía algo a Mikey pero sin el cabello recogido.

—Si, ¿Por qué? —Pregunté como si nada.

—Bueno, tu cabeza está sangrando. —Señaló.

—Ah, ¿Esto? —Toque mi cabeza y luego miré mis manos con sangre. —No es nada, ni me duele.

—Pero deberías ir al hospital también. —Dijo el de lentes.

—Nah, estoy bien. —Dije yendome por mi lado.

Pero los chicos se tomaron las confiancitas para tomarme en brazos y llevarme al hospital.

Para cuando estuvimos ahí me dijeron que necesitaba unos cuantos puntos en la nuca, así que me los hicieron, así sin anestesia. Y luego fui con los demás.

—Pff, nada de esto hubiera pasado si Drakencito hubiera ido conmigo al festival. —Dije y todos me miraron. —¿Qué me miran? Todos sabemos que es verdad.

—¿Por qué te molesta que haya ido conmigo? —Cuestionó la niña.

—¿Por qué? ¿Quieres saber por qué? ¡Porque él ahora mismo está luchando por su vida en una cirujía! ¿Qué mierda pensabas? ¡Al menos hubieras luchado por protegerlo!

—¿Y tú en dónde estabas? ¿Tú qué hiciste por él?

—Yo estaba tratando de ayudarlo hasta que Angry me agarró y me alejó de ahí. Ahora dime, ¿Tú qué hiciste?

Ella se quedó callada conteniendo las lágrimas en sus ojos.

—Eso pensé. —Gruñí y me fui a sentar junto a Mikey.

Él estaba perdido en sus pensamientos. Pronto salió el doc y dijo que estaba estable, así que todos nos alegramos.

Cry For Me [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora